De la redacción
Es un hecho que la ciudad de Nueva York ((N.Y.C.) es el epicentro de la pandemia de COVID-19 en Estados Unidos. Hasta el día de ayer, más de 138 mil personas en el estado habían dado positivo por el virus, con casi todos en la ciudad y suburbios cercanos. Por eso esta nota se centra hoy en N.Y.C. Pero el número de muertos en la ciudad probablemente sea mucho mayor que la cifra oficial de 4 mil decesos, porque muchos enfermos de coronavirus están falleciendo en sus hogares sin ni siquiera haber sido examinados con la prueba de coronavirus y por eso no están siendo contados como bajas en esta cuenta macabra.
Sólo los muertos pueden arrojar una cifra más o menos confiable de deceso por COVID-19, pero hasta que se les practica una autopsia. Aun así, como dijimos en este mismo espacio, enfermedades ligadas a la inequidad social, a la pobreza con que esta sociedad ha mantenido por siglos a la gente de color, como la diabetes, el asma y la presión alta son factores que por lo menos facilitan la prensión al contagio y eventualmente conducen a la muerte.
Tal vez esto explique porque en el condado de Milwaukee en Michigan, el porcentaje de la población afroestadunidense es apenas del 26 por ciento y las muertes por coronavirus alcanzan el 73%. Caso similar ocurre en Illinois, Luisiana y Michigan, según The New York Times, por citar a algunos estados.
En cuanto a la muerte y cntagio en los latinos, seguimos esperando que sean calculados, porque como cuando los medios de comunicación hablan de desglosar los números por raza, se refieren siempre –o casi siempre- a negros y blancos; y cuando mucho a asiáticos. Quizás porque técnicamente los latinos no son una raza en sí, sino una mezcla de razas, una etnicididad.
Pero los latinos, que también están siendo infectados y muriendo tendrán que esperar a que la academia se ocupe de ellos; y son los que están ‘poniendo el pecho a las balas’ en esta pandemia, porque se hallan al frente de los trabajos “esenciales”, aunque no son tan esenciales cuando se trata de paquetes de la ayuda oficial de desempleo, que siempre los deja fuera, o de las redes de apoyo social; pero también paga billones de dólares anualmente en impuestos, y sólo reciben muy poco a cabio en atención médica, asistencia social u otros servicios.
Por ejemplo, un abarcador y muy recomendable análisis de la Revista Time, de hace un año, entre muchos otros recopila este dato: “Según la Administración del Seguro Social (S.S.A.), los inmigrantes indocumentados pagaron 13 mil millones de dólares en impuestos sobre la nómina en 2010, y recibieron sólo mil millones en beneficios”.
Y agrega que para el año 2035, las reservas del S.S.A., de 2.9 millones de millones de dólares habrán desaparecido por completo, y sólo habrá para pagar el 80% de los beneficios a quienes tiene derecho. Pero, “Una forma de evitar este Armagedón financiero es aumentar la inmigración, tanto ilegal como legal. Debido a que los trabajadores inmigrantes son más jóvenes, trabajarán más tiempo y pagarán más en el sistema”.
Volviendo a N.Y.C., según el sitio de noticias Gothamist, “la oficina del médico forense de la ciudad no ha estado analizando los cadáveres para detectar el virus y, en cambio, ha remitido lo que considera muertes de virus ‘probables’ al Departamento municipal de Salud, que sólo cuenta los casos de virus confirmados en su recuento oficial de muertes, lo que sugiere que se dejaron de contar muchas muertes por coronavirus”.
Así pues, en la ciudad de NY y suburbios cercanos más de 5 mil personas han muerto. Y es que los esfuerzos iniciales de los funcionarios de Nueva York para detener el brote “se vieron obstaculizados por su propia guía confusa, advertencias no escuchadas, decisiones demoradas y luchas políticas”, dice la fuente.
Con todo, Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut vieron sus respectivos picos de muertes en un sólo día. A cinco semanas de que el brote de coronavirus llegó a la región, los funcionarios de Nueva York y Nueva Jersey, los dos estados más afectados por la pandemia esperaban que el número de muertes relacionadas hubiera alcanzado su punto máximo y se aplanara o cayera por tercer día consecutivo. Pero no sucedió así, por lo menos no con la contundencia esperada.
De acuerdo con MSNBC, en Estados Unidos “el virus ahora ha matado a 12 mil 849 personas, hasta las 2:50 am de hoy miércoles (tiempo del este), mientras que el número de casos confirmados que dieron positivo se acerca a los 400 mil”■