De la redacción
Las elecciones de medio término y aún el registro de votantes han batido record de votación temprana. Hasta este martes, casi ocho millones (48 por ciento del padrón electoral de EEUU) habían votado ya. Con excepción de 1914 (51%) y 1966 (48%), de persistir esta tendencia podríamos estar viendo ahora una tasa de participación que virtualmente no habíamos experimentado. Muchas boletas enviadas por correo aún están por llegar, y faltan aún muchos que se registrarán el día de las elecciones en las casillas locales que todavía lo permiten. Este reporte forma parte de nuestra serie “Hacia el voto 2018”.
Uno de los estados en que la disputa por la gubernatura se halla muy cerrada es Georgia, donde el periodo de votación temprana va del 15 de octubre hasta el 2 de noviembre y la fecha límite para solicitar una boleta de votación en ausencia es precisamente el 2 de noviembre. Allí, el actual Secretario de Estado, Brian Kemp compite contra la carismática congresista estatal, Stacey Abrams, la primera mujer afroestadunidense en desafiar la gubernatura en la historia de ese estado, “francamente con una agenda progresista”, como se dijo en el programa de Línea Abierta de Radio Bilingüe.
Georgia es el octavo estado más poblado donde se está produciendo un rápido cambio demográfico, y donde también se reporta “marea alta en la presencia del votante latino, que pudiera llegar a ser el voto decisivo” de la apretada carrera, que hasta este momento ha triplicado la votación y la afluencia de registros de votantes y del voto temprano o en ausencia respecto a la contienda de 2014.
Adelina Nicholls, Directora Ejecutiva de la Alianza Latina de Georgia por los Derechos Humanos (GLAHR), dijo desde Atlanta a Línea Abierta que esta abrumadora marea alta y las largas filas de votación temprana son sinónimo de un cambio en las políticas actuales a nivel estatal. Ahí, casi la mitad de la votación son jóvenes, muchos de ellos que han tenido por primera vez alcance a esta oportunidad de votar, como una estrategia de lucha política en defensa de la comunidad.
Allí se impulsa la campaña, ‘Georgia Decídete’, dice Nicholls, que busca motivar la participación del votante regular y sobre todo primerizo yendo a buscarlo o a rastrearlo a los más remotos rincones del estado, donde se realizan reuniones comunitarias para afinar la estrategia local que refleja la estrategia política nacional; para combatir los arrestos y el perfil racial contra los jóvenes latinos y la presencia de los agentes de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, o sea las deportaciones mayormente de personas arrestadas en retenes apostados en los caminos del estado.
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Pero en Georgia ocurre una apremiante situación que raya en la ilegalidad. Allí, Brian Kemp, que como Secretario de estado en Gerogia es el encargado de supervisar la elección, solo que al mismo tiempo es también el candidato. O sea, ‘juez y parte’ del proceso. Además, grupos de derechos civiles están demandando al contendiente republicano, Brian Kemp, por mantener «pendientes» más de 53 mil registros de votantes, sometidos a una póliza de reciente creación y denominada “Coincidencia Exacta”, que somete la información vertida en el papeleo a un escrutinio más estricto. De tal modo que el 70% de los afectados con la medida son afroestadunidenses, y también 600 mil electores que no participaron en las elecciones pasadas fueron depurados del padrón, lo que, a decir de los expertos, no es más que otra forma de supresión del voto de las minorías.
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La coalición de grupos defensores de los derechos civiles que ha lanzado una demanda para impedir que Georgia aplique una práctica que los críticos llaman de supresión del voto, dicen que pone en peligro los votos de más de 53 mil personas en noviembre, y un número potencialmente mayor en el ciclo de elecciones presidenciales de 2020.
El Centro Legal de Campaña y el Comité de Abogados por los Derechos Civiles Bajo la Ley argumentaron en la demanda, presentada el jueves en un tribunal federal de distrito, que el requisito de «coincidencia exacta» del estado viola la Ley de Derechos de Votación, la Ley Nacional de Registro de Votantes y el Enmiendas primera y decimocuarta.
La acusación de que Brian Kemp ha impedido o desalentado a las personas para votar, en particular a los no blancos, es decir a los negros y latinos, es de larga data; pero se ha vuelto más intensa ya que Kemp se ha negado a hacerse a un lado como el árbitro de su propia competencia, dice Prensa Asociada.
Estas más de 53 mil personas -la mayoría de ellas negras-, que han sido suspendidas debido a problemas percibidos con sus formularios de registro, aún pueden votar si muestran una tarjeta de identificación adecuada, pero eventualmente serán eliminados de las listas de votantes si no abordan las supuestas discrepancias en sus formularios de registro.
La contienda por la gubernatura de Georgia es tal vez la carrera que más que cualquier otra en el país este año ha provocado un debate sobre los derechos del votante. Stacey Abrams, ex legisladora estatal que fundó un grupo de registro de votantes llamado New Georgia Project, se describe a sí misma como «una de las principales expertas en el estado en la expansión de los derechos de voto», dice The New Yorker. «La supresión de votantes no se trata sólo de bloquear el voto, también se trata de crear una atmósfera de miedo», dijo Abrams. «Se trata de que se les diga que será difícil emitir un voto».
Es imposible hablar de restricciones a la votación, especialmente en los estados del sur, sin hablar del efecto de dichas restricciones a los votantes de las minorías étnicas o raciales. Y en un debate televisivo cerrado al público uno de los moderadores le preguntó directamente a Kemp el día de ayer si podría prometer que no estaba tratando de reprimir la participación de las minorías. «Absolutamente no», dijo. «Todo esto es una distracción». Y sin embargo, el tiempo pasa y el asunto de las boletas “pendientes” sigue estancado sin aparente intervención del Departamento de Estado de Georgia, que dirige Kemp■