Familiares de inmigrantes detenidos, líderes religiosos y jornaleros fueron arrestados a las puertas de la Casa Blanca luego de un acto de desobediencia civil para pedir al presidente Obama suspender las deportaciones. Con su arresto, los activistas buscan darle un rostro humano a las secuelas de la separación de familias. José López Zamorano reporta desde la capital de la nación.
Se escucha un coro:
Two millions, too many. Two million, too many…
«Dos millones, demasiados…», fue un mensaje dirigido al ocupante de la Casa Blanca, aunque el presidente Barack Obama no se encontraba en la residencial oficial el Día del Presidente.
Más de 30 seres queridos de inmigrantes, un puñado de miembros de grupos religiosos y de trabajadores latinos alzaron su voz para orar e implorar, una vez más, que el presidente detenga las deportaciones.
Pilar Molina, una joven inmigrante mexicana que viajó desde Pensilvania, se arrodilló frente a la reja principal de la casona presidencial y estalló en lágrimas cuando recordó a su esposo detenido y la separación de sus dos pequeñas hijas.
Molina:
“Me rompe el corazón cuando me preguntan por su papá y no se qué contestarles. No hay palabras porque ni yo misma sé qué va a pasar con mi esposo”.
Se escucha la música y oraciones en voz alta.
Los manifestantes trajeron a Washington sus plegarias, sus cánticos y su música, y también su frustración.
“Venimos para protestar la deportación de más de 2 millones de personas inmigrantes, pensamos que eso es injusto”, dice Minerva Carcaño.
Carcaño es la Obispa de la Iglesia Metodista Unida de Los Ángeles:
“Las leyes de migración están totalmente rotas en este país, deportando no se va a solucionar esa situación”
Se escucha la advertencia de la policía…
Al cabo de unos minutos en la acera de la Casa Blanca la Policía de Parques les advirtió por altoparlantes que no podían bloquear la banqueta o serían arrestados. Después de tres amonestaciones similares, un grupo de agentes procedió a arrestar a los 30 manifestantes en la banqueta.
A sólo unos metros de distancia del cordón policial, más de un centenar de activistas expresaba su apoyo.
B. Loewe pertenece a la Red Nacional para la Organización de Jornaleros (NDLON).
Loewe:
“El presidente es un abogado constitucional, Él sabe bien que la oficina ejecutiva tiene el derecho y el poder de poner un alto a las deportaciones, así que cuando él dice que no puede, no es cierto… quizás no quiere, pero sí se puede”
Conforme los activistas eran fichados por la policía, la inmigrante salvadoreña Ana Machado no dejó dudas de su molestia con el presidente.
Machado:
“Queremos una reforma migratoria para 11 millones de personas que estamos aquí indocumentadas. El tiempo es ya. El nos prometió… queremos que nos cumpla”
Horas después de la movilización los manifestantes detenidos fueron liberados. En un mensaje en Internet Pilar Molina sustituyó las lágrimas por la satisfacción de la misión cumplida.
Molina (en inglés):
“Hola a todos. Sólo quiero que sepan que estoy bien… Me siento muy bien por haberlo hecho, apoyando a mi esposo, por favor, por favor, sigan llamando, sigan apoyando, no sólo por mi esposo sino por todos”
Las organizaciones tienen planeado realizar una jornada de movilización nacional contra las deportaciones el 5 de abril en Washington.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, reportó José López Zamorano.