Elecciones primarias en California podrían ver disminuir el padrón electoral

Casilla electoral. Foto: www.nbclosangeles.com.

Casilla electoral. Foto: www.nbclosangeles.com.

De la redacción

Una de las mayores “fiestas” cívicas de la sociedad pudiera ser las elecciones para relevar de sus puestos temporales a la clase política gobernante, ya sea en el ejecutivo estatal y federal como en los congresos locales y el nacional. Pero la historia de la política moderna –por lo menos- en California, que en este ciclo electoral ha visto crecer su padrón hasta en casi 20 millones de votantes, sugiere que hasta dos tercios de estos californianos no votarán el próximo mes junio, cuando se definen las intermedias que seleccionan a los candidatos de los partidos políticos que contendrán en noviembre.

La participación del electorado, en este caso de California, se trata de un dilema cívico, dice la prensa, que apunta a una buena posibilidad de que los abstencionistas, que tradicionalmente conforman casi la mitad del electorado en la gesta nacional, afecten a los candidatos de un partido sobre otro; en algunos casos para el Congreso federal, de manera diferente a como lo haría el resto de los que sí votan.

No obstante, se espera que en las elecciones presidenciales, como la que se realizarán en 2020, acudirán a las urnas la mayoría de los votantes. Pero en las primarias de California, esta elección de 2018, incluso con una carrera importante para gobernador, no captarán la atención del público, dice la publicación electrónica de la Asociación de Periódicos de Minnesota, Postbulletin.

Ningún gobernador –en elecciones primarias, afirma- ha atraído hasta el 35 por ciento de los votantes registrados desde 2002. “La última vez que la mayoría del electorado de California se presentó a una primaria no presidencial fue en 1982”. Pero hace cuatro años, “la participación alcanzó un mínimo histórico del 25 por ciento”.

La referida publicación apuesta a que “sólo se emitirán unos 6 millones de votos en las elecciones del próximo mes”. Y sostiene que “el tipo de apatía” se hizo aún más notable, “por el hecho de que ahora se envían tantas boletas por correo”. Para los demócratas, por ejemplo, no pasó mucho tiempo después de la victoria de Trump en las elecciones presidenciales de 2016, “para que se cayera en una discusión desesperada y a menudo áspera sobre el futuro de su partido”.

Los trabajadores de las fábricas y los minoristas que solían formar el núcleo duro del Partido Demócrata, “vieron cómo el sueño americano era víctima de la globalización y la automatización”. Hasta antes de dicha elección, que llevó a la Casa Blanca a Trump, el electorado demócrata estaría conformado por una coalición diversa y urbana agrupada en torno a ciudades cosmopolitas de cuello blanco. “Y podría ser posible, aunque dudoso quizás, pero posible, que su poder electoral descansara más bien en los votantes blancos de la clase obrera”, sostiene por su parte The New Republic.

Con las próximas elecciones de mitad de período para el otoño, el Partido Demócrata aún tiene que resolver sus conflictos internos o desarrollar una visión coherente a largo plazo. Pero ha identificado un posible camino de regreso al poder en lo inmediato.

El problema está en los subgrupos de votantes de California. “Resulta que los republicanos suelen ser de los más confiables”. Una investigación realizada por Political Data, una compañía que se asocia con candidatos y campañas de los dos principales partidos, sugiere que “la ventaja estatal para los demócratas podría disminuir hasta en 3 puntos porcentuales en junio”.

En el distrito del valle central de California, del representante republicano David Valadao, por ejemplo, “los demócratas tienen una ventaja de registro de 17 puntos. Pero si los modelos son correctos, eso podría caer a menos de 6 puntos entre los que voten el próximo mes”.

Un electorado republicano igualmente descomunal podría aparecer hacia el sur en la carrera por suceder al representante de Vista, Darrell Issa, frustrando los planes demócratas.

Una gran parte de esta historia es la desaparición de votantes «independientes» no afiliados en las primarias. Una investigación sugiere que hasta 3.5 millones de ellos podrían ausentarse en las primarias. Y debido a que la mayoría de ellos se inclinan por los demócratas, “eso se convierte en otro impulso para los republicanos”.

A principios de este año, The Intercept y HuffPost publicaron memos filtrados en los que se recomendaba que los candidatos utilizaran una retórica cautelosa sobre el cuidado de la salud y el control de armas. Pero varios otros candidatos del Condado de Orange están probando una táctica diferente: “abogar por políticas sociales que atraigan a la izquierda, mientras intentan, alejándose del modelo de Bernie Sanders, presentar el caso a los votantes no afiliados, de que esas políticas son de hecho fiscalmente responsables”.

Otros temas, como un sistema de Medicare para todos reduciría los costos de atención médica al concentrar el poder de negociación del gobierno. También, la universidad gratuita haría que Estados Unidos fuera más competitivo económicamente al generar más graduados y expandir la clase media.

Con todo, pocos de los funcionarios o asesores demócratas piensan que estas políticas energizan a la base demócrata, al tiempo que justifican su solidez económica para convencer a los conservadores fiscales de los suburbios, sostienen The Intercept y el HuffPost.

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