Elecciones 2016: La anacrónica relevancia de Iowa

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Maribel Hastings
America’s Voice, Washington, DC

Exactamente a una semana de que por fin arranque oficialmente el proceso de primarias para las elecciones presidenciales con las asambleas populares en Iowa, se intensifican, como en cada ciclo electoral las benditas predicciones: que si el que gane por el bando republicano sería el nominado, que si el que pierda ya no tiene posibilidades.

En fin, todo como si un estado rural de 3 millones de habitantes, casi 90% anglosajón, que no es representativo de la demografía nacional sirviera de bola de cristal para predecir lo que ocurrirá de aquí a unos meses, cuando realmente apriete el proceso y comience a definirse con mayor claridad quién sería el nominado republicano.

Cuando me desempeñaba como corresponsal en Washington, DC, para el diario La Opinión, me tocó cubrir las asambleas como parte del equipo de trabajo enviado en 2008 a Iowa y otros estados. Barack Obama ganó las asambleas populares y posteriormente la nominación presidencial demócrata. Mike Huckabee ganó las asambleas por el bando republicano, pero al final el senador de Arizona, John McCain ganó la nominación presidencial republicana, aunque perdió la elección general ante Obama. En 2012, Obama vuelve a ganar las asambleas, y por el bando republicano Mitt Romney fue declarado ganador, aunque tras un recuento se le concedió el triunfo al ex senador de Pennsylvania, Rick Santorum, por un puñado de votos. De todos modos, Romney fue el nominado presidencial republicano, pero perdió la elección general ante Obama.

A días de las asambleas, la atención se centra en precandidatos que no forman parte del llamado establishment de cada partido. El senador republicano de Texas, Ted Cruz, y el empresario y personalidad de reality show, Donald Trump, pelean por resultar favorecidos en las asambleas; mientras, por el bando demócrata el senador de Vermont, Bernie Sanders aventaja en Iowa a la reina de la élite demócrata, Hillary Clinton, quien este domingo obtuvo el apoyo del diario Des Moines Register. Por el bando republicano, el diario respaldó la candidatura del senador de La Florida, Marco Rubio.

Las asambleas son un proceso tradicional aunque anacrónico, pero lo más criticable, en mi opinión, es que se le conceda tanto peso. No se trata de menospreciar a los electores de Iowa, sino que se trata de un estado que no representa en modo alguno la diversidad de Estados Unidos. Si fuéramos a tomar como señal de lo que está por venir a los resultados de algún estado, debería ser uno que represente ampliamente a los grupos étnicos y la diversidad ideológica de este país. Las elecciones generales se determinan mayormente en centros urbanos, más poblados y demográficamente más diversos.

Pero la tradición es la tradición. Y aunque los latinos en Iowa representen un porcentaje reducido y mayormente no son elegibles para votar, muchos de sus hijos sí lo son y también participarían de este proceso un tanto anticuado para los tiempos que vivimos. Tanto los indocumentados como sus hijos ciudadanos han ido poco a poquito cambiando el rostro de Iowa y convirtiéndose en parte importante de su economía. Esos mismos indocumentados y sus hijos, aunque ciudadanos, han sido satanizados por políticos locales y por precandidatos republicanos como Donald Trump.

Quizá gradualmente, mientras el rostro demográfico sigue cambiando en Iowa y a través del país, estos anticuados procesos de selección de nominados den paso a otros más a tono con el Siglo XXI, pero sobre todo más apegados a la realidad demográfica del país■

Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice

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