De la redacción
El grupo étnico más propenso a ser golpeado por casusa del coronavirus, después los estadunidenses en general son los latinos, dice una encuesta realizada la penúltima semana de marzo por el Pew Research Center. Casi la mitad (49 por ciento) de los latinos dice que ellos o alguien en su hogar ha aceptado un recorte salarial o ha perdido un trabajo, o ambas cosas debido al brote de COVID-19, en comparación con el 33% de todos los adultos estadunidenses. Pero en la nueva modalidad del trabajo virtual, algo podría estar cambiando. ¿Será?
Entre los trabajadores latinos y los empleados en general más latinos (40%) que su contraparte en general dicen haber experimentado un recorte salarial o una reducción en las horas de trabajo, que alguien que fue despedido o de plano perdió el empleo (27%), contra el 20% entre los estadunidenses en general, afirma el Centro de Investigación Pew.
Este análisis reciente del Pew encontró además que alrededor de 8 millones de trabajadores latinos estaban empleados en restaurantes, hoteles y otros puestos del sector de servicios, donde de por sí existe un mayor riesgo de perder el empleo, como ha sido demostrado en estos tiempos de pandemia.
Y como hemos dicho, aunque son trabajadores esenciales muchos latinos carecen de autorización de trabajo y por tanto se quedan fuera de la ayuda de desempleo gubernamental, estatal y federal.
Además, tanto los trabajadores negros como los latinos, por la naturaleza de sus trabajos esenciales y por contar con menos conexiones y con redes de apoyo menos extensas que su contraparte blanca, pueden hallarse más aislados que nunca en un mundo laboral de foros virtuales a través por ejemplo de la plataforma Zoom.
De ahí que las asignaciones de trabajo terminen fluyendo hacia las personas con puestos laborales más altos, o directivos; un problema que viene afectando a este país desde hace décadas, dice a The New York Times.
Entre tanto, según Sara Prince, socia de la firma consultora McKinsey, señala que “los trabajadores de color dudan en alzar la voz durante las reuniones en línea… Es un tema crítico y existe un riesgo real de enfrentar la diversidad y la inclusión en el entorno actual… Cuando el líder está buscando a alguien que tome el mando, la mayoría de ellos van a la zona de confort de las personas que les recuerdan a sí mismos. Esto se ve agravado por la oficina virtual», declaró Prince a la fuente.
Como resultado de la pandemia de coronavirus el 27% de las empresas suspendieron los esfuerzos de diversidad e inclusión, según una investigación del Instituto de Productividad Corporativa. “Sin un esfuerzo agresivo para contrarrestar el impacto de la pandemia en la dinámica del lugar de trabajo, los trabajadores de color pueden sufrir daños profesionales duraderos… El resultado no administrado es más aislamiento, menos avances, más pérdidas de empleos y una reducción real en el progreso en torno a la diversidad y la inclusión”.
Ejecutivos negros relataron al Times experiencias similares. Por ejemplo Lanaya Irvin, de origen surasiático y Presidenta del Center for Talent Innovation, un grupo de investigación que observa la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo, dijo saber lo que es ser “la única persona o mujer negra con este título en la sala virtual… y encuentrar que hay mayores oportunidades de progreso al conectarse en persona”.
Sin embargo, Tina Shah Paikeday, que supervisa los servicios de asesoría de diversidad e inclusión global en Russell Reynolds, una firma de búsqueda de personal, cree que en realidad la modalidad del trabajo virtual o a través de Zoom podría tener algunas ventajas: “La mayoría de las minorías se quedan fuera de las redes informales y es posible que no hayan sido invitadas a tomar una copa o almorzar… La reunión de Zoom se planificó intencionalmente y los gerentes se sienten muy motivados al invitar a todos».
Las recientes revueltas por la justicia racial o contra el racismo sistémico en Estados Unidos han brindado una oportunidad para que los empleados interactúen directamente con el director ejecutivo de una empresa, dijo a la fuente David A. Ricks en una sesión de Zoom.
Más recientemente, a mediados de agosto Joy Fitzgerald, directora de diversidad e inclusión de Eli Lilly, que celebró su foro anual para empleados negros y latinos atrayendo a 5 mil personas para discusiones virtuales sobre temas como inmigración, justicia racial, equidad e inclusión, dijo un problema podría ser el mayor tamaño del recuadro en la pantalla en una sesión de Zoom.
Con todo, dichos esfuerzos de inclusión evitarán que la oficina virtual se convierta en una barrera, dicen. La directora de diversidad de Goldman Sachs, Erika Irish Brown, quien es negra, concidió con Fitzgeral y reconoció que “estos son tiempos muy aislados”, pero en la oficina virtual “hay una nivelación que ocurre cuando todos tienen la caja del mismo tamaño en la pantalla».
Sea o no el caso, está claro que la oficina virtual perdurará incluso después de que se haya aplanado la curva del coronavirus. “Las prácticas de larga data en áreas como el reclutamiento también están cambiando, y los candidatos ya no tienen que comenzar en la sede y conocer a los compañeros de trabajo de color a través de un asentimiento de cabeza o un saludo”, concluye la fuente.
Todo esto estará por verse■