El sur, corazón del cambio… Este sistema de gobierno tan sucio, tan dañado (última)

En el salón la Unión de Campesinos, en Madera, CA, a la derecha de la mesa, Nestora Salgado. A su lado, de saco negro, Guadalupe Cervantes. En primer plano, con el micrófono, padre Alejandro Solalinde, y a su espalda Filemón López. Foto: Samuel Orozco.

En el salón la Unión de Campesinos, en Madera, CA, a la derecha de la mesa, Nestora Salgado. A su lado, de saco negro, Guadalupe Cervantes. En primer plano, con el micrófono, padre Alejandro Solalinde, y a su espalda Filemón López. Foto: Samuel Orozco.

Continuamos aquí con la visita al valle de San Joaquín, California, de dos distinguidas figuras de la lucha social en México, el renombrado sacerdote y activista por los derechos humanos de los migrantes, Alejandro Solalínde, y la comandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá, Guerrero, Nestora Salgado, quien acaba de ser liberada recientemente de su reclusión ilegal en una cárcel de alta seguridad durante más de dos años por enfrentarse al crimen organizado, a las autoridades gubernamentales y partidos políticos de su región en Michoacán, México. En esta reseña, que continúa a la primera parte toca el turno de facilitar las entrevistas grabadas en un foro comunitario en la ciudad de Madera y transmitidas en Línea Abierta de Radio Bilingüe, a Juanita Gómez, la conductora habitual del programa dominical en mixteco y español, La Hora Mixteca. Lo leerá en esta reseña es la versión de estas pláticas solamente en español.


En esta charla con el líder religioso, Alejandro Solalinde, Juanita Gómez pregunta al sacerdote sobre los albergues fundados para dar refugio a los migrantes centroamericanos en su paso por México hacia Estados Unidos, y sobre su misión pastoral.

Háblenos por favor sobre su labor al frente de este albergue para inmigrantes, Hermanos en el Camino.

Para Solalinde la comunidad mexicana se haya polarizada en cuanto a sus solidaridad con los migrantes que atraviesan por México, aunque en su opinión la mayoría sí los apoya. Y rescata el carácter pionero del referido albergue, Hermanos en el Camino, en asistencia alimenticia y protección contras lo peligros que asechan a estos migrantes, de parte de policía, pandillas y autoridades de mexicanas de Migración. Sostiene que junto con otras organizaciones civiles y religiosas tuvieron que incidir en la gestión de leyes que brindaran alguna protección legal también, y lograron que se creara una ley migrante en 2001. Pero más tarde, dice, notaron que dicha protección resultó insuficiente una vez que los migrantes dejaban los albergues. Esto obligó al religioso a tener que acompañarlos literalmente por los caminos entre un albergue y otro, entre los cuatro albergues que ya son ahora una red.

Y por su labor humanitaria, ¿ha recibido usted alguna amenaza en contra de su vida, padre? ¿Y quién cree usted que se siente afectado por su trabajo humanitario, y por qué esas amenazas contra usted?

Aquí Solalinde culpa principalmente al Partido Revolucionario Institucional (PRI, actualmente en el poder a nivel federal). Pero también el crimen organizado, quien lo tuvo en sus manos en dos ocasiones, afirma, de las que salió ileso.

¿En todo este tiempo que lleva ayudando a los migrantes, piensa usted que algo ha cambiado el trato hacia los migrantes? ¿Cómo se maneja la migración en México?

Aunque el sacerdote considera que sí ha habido un cambio, piensa que todavía es insuficiente. Se han hechos visibles los migrantes ahora, dice. Ya existe una ley que los protege, y los medios de comunicación ahora le dan más cobertura a este tema. Y se ha despertado la solidaridad en la opinión pública y las iglesias de varias denominaciones religiosas, que han aumentado su compromiso.

También abordaron el tema de los migrantes haitianos y africanos varados en la frontera de la Baja y la Alta California. Para Solalinde se trata de un problema sistémico, global, en el que “el norte, digamos Europa y Estados Unidos se aprovecharon del sur, históricamente. Ahora el Sur, se vuelve al norte, porque es donde hay… Nadie puede parar esta migración forzada; porque destruyeron el sur, ahora no les queda más que ir al norte. Y el norte, se tiene que aguantar… el sur va a salvar a ese norte que saqueo al sur”.

En Oaxaca muchos mixtecos, zapotecos, chinantecos, guaves, mijes, nuestros hermanos tacuates se vienen al norte porque no encontramos trabajo, la oportunidad en la tierra madre, ni ven que la situación vaya a cambiar para bien. En años recientes llegó a Oaxaca un gobierno que prometió un rumbo reformista, y progresista. ¿Qué ha cambiado en estos últimos años en Oaxaca, padre?

“Los clores, nada más, las siglas, porque lo demás sigue igual”, responde el cura. “La riqueza cultural se está viniendo, insisto, al norte, para enriquecer también al norte. Eso es hermoso”.

Escuche a Solalinde:

En el salón la Unión de Campesinos, en Madera, CA, a la derecha de la mesa, Nestora Salgado. A su lado, de saco negro, Guadalupe Cervantes. Foto: Samuel Orozco.

En el salón la Unión de Campesinos, en Madera, CA, a la derecha de la mesa, Nestora Salgado. A su lado, de saco negro, Guadalupe Cervantes. Foto: Samuel Orozco.

A Nestora Salgado, la Comandanta de la Policía Comunitaria de Olinalá y una ciudadana binacional cuya residencia en Estados Unidos es en Seattle y en México es en Guerrero, Juaniita Gómez le preguntó cómo ha sido su tránsito en estos años por México.

“Ha sido una experiencia triste. México es hermoso, me encanta…”. Dijo sentirse también “orgullosamente de mis raíces, de mi tierra, pero estamos pasando unos momentos muy difíciles, y de verdad nuestros hermanos necesitan de nuestro apoyo”.

Afirmó que “estamos experimentando la violencia de este narcogobierno, que tiene el pie encima de nuestra gente.”

Eres ciudadana mexicana y de Estados Unidos., Nestora. Hace unos años llevabas una vida segura, acá en Seattle, Washington, y un día decidiste regresar a tu pueblo natal, Olinalá. Convertirte en líder de la Policía Comunitaria local, y poner el orden ante tanta violencia de ese crimen organizado. Arriesgaste todo y pagaste con el precio de tu libertad. Estuviste presa dos años. ¿Qué fue lo que te obligó a regresar a México?

“Yo creo que primeramente tengo allá mi gente, mi familia, mis raíces. Pero o que más me hizo volver fue ver la necesidad de tanta gente, de tantos hermanos abandonados, hundidos en la vil pobreza, por estos gobierno que solamente explotan y saquean a nuestra gente”.

Nestora agregó a su lista “la necesidad de denunciar a estos presidentes corruptos, a estos gobernadores corruptos. Y toda esta mezcla de sistema de gobierno tan sucio, tan ya dañado”.

Gómez preguntó a Nestora también que si en caso de poder volver a hacer las cosas si cambiaría algo.

¿Te pondrías igual al frente de la policía comunitaria y conducirías los arrestos realizados?

“Estoy solamente esperando con ansias a que el abogado me diga que puedo regresar a México, y nuevamente seguir organizando a mi gente, seguir la lucha, porque se necesita. A mí, con cárcel, !No me asustaron! Desde que inicié, sabía que iba a morir, que en cualquier momento me podían matar…, pero esto para mí no va a ser ningún obstáculo. Aquí lo importante es salvar vidas, hacer algo por nuestra gente, por nuestros niños, para que nuestras mujeres y niños puedan caminar en un México seguro, en esos caminos de Guerrero seguramente, porque horita ya no podemos transitar seguros en los caminos…”.

Y pintó un cuadro de violencia espantoso.

“Queremos cambar eso, invitando a los pueblos a que repliquen esas policías comunitarias, porque es una opción que tenemos y que se ha propuesto. Y defender la ley 701, que tanto defienden los pueblos originarios”.

Escuche a Nestora:

La plática de Juanita Gómez con la comandanta Nestora continuó por el rumbo de las cosas que se pierden cuando uno se va, como la lengua propia, en un mensaje de la líder comunitaria para la comunidad oaxaqueño bilingüe en distintos idiomas indígenas, de los primeros mexicanos.

La comandanta se asumió como “la consecuencia de una colonización”, que precedió a la discriminación de los indígenas que le robaron una identidad. “Por miedo a la discriminación mi madre no me enseño la lengua”. Hizo una invitación a no sentirse apenado por saber un idioma indígena, por ser indios. “Yo soy orgullosamente indígena y quiero invitarlos a que defiendan su lengua y que se la enseñen a sus hijos… es algo hermoso, por lo que vale la pena luchar también”.

De regreso al padre Solalinde Gómez tocó el tema de la misión pastoral, de cómo la filosofía del sacerdote quiere lograr que los pobres sean ciudadanos activos capaces de cambiar su situación por sí mismos.

¿Y qué tal la jerarquía de la iglesia católica, le apoyan en su labor como líder?

Solalinde habló de que la iglesia no es sólo la jerarquía eclesiástica, y de diversas visiones de la iglesia. “Diferentes sensibilidades”. Y dijo esperar que la toda la iglesia se junte para dar una mejor respuesta. “La pastoral es estar con los pobres, con los de abajo, sin odiar a los de arriba”. Dijo también lamentar que muchos en Estados Unidos y en México no se dan cuenta de la grandeza que hay en la aparente pequeñez de los trabajadores migrantes que hacen los trabajos más pesados y m más mal pagados “Servir es una dignidad. Las personas que están abajo tienen muchos valores, tienen mucho de Dios…. Para que un día vayan a refundar los Estados Unidos con los valores que traen. “El sur, tiene el corazón del cambio”

Los mexicanos, continuó el líder religioso, no vienen a Estados Unidos nada más por sus dólares. “Tenemos también una misión ante el mundo que es cambiar positivamente a Estados Unidos”.

A los que están aquí, “que quemen las barcas, que se queden aquí. Nada de volver al arado aquél. No. Aquí ya están, pues aquí ya tienen esa misión. Porque si regresan a su tierra van a ser un pobre más. Y en cambio si se quedan aquí, van a lograr el cambio de Estados Unidos, y Estados Unidos será el corazón del cambio en el mundo, cuando los migrantes de aquí tomen la autoridad. No el poder, la autoridad”.

¿Y cómo le hacemos para curar nuestro corazón, si dejamos la mitad allá? Y la otra mitad está aquí, padre.

-Bueno, tenemos que dar otro brinquito. El ombligo se puede quedar allá, pero nosotros ya estamos en otro canal, y somos ciudadanos del mundo. Tenemos que entenderlo así. Tenemos que abrirnos. Nuestras raíces nos enorgullecen, pero nuestro futuro nos compromete. Hay que dar ese paso hacia adelante.

Escuche a Solalinde:

A continuación, el resto de las entrevistas, las palabras de despedida de ambos líderes, y sus mensajes a las comunidades de inmigrantes indígenas mexicanos que pueblan el rico valle agrícola del centro de California■

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