De la redacción
Este sábado presenciamos lo que pude ser la mayor demostración en la historia de Estados Unidos, del malestar público –de los jóvenes estudiantes- ante la falta de reglas que controlen la venta indiscriminada de armas de asalto, que pertenecen claramente al ámbito del ejército y de la guerra. Porque los jóvenes estudiantes han venido poniendo los muertos en esta tragedia nacional, ante el desdén de la clase política en el Congreso. Y aunque los números de la manifestación están en disputa, y no se sabe si las movilizaciones contra la Guerra de Vietnam fueron mayores o similares, lo que es un hecho es que solamente en Washington, DC, la asistencia se calcula en unas 800 mil personas; y ocurrió también simultáneamente en 800 ciudades más que apoyaron la misma causa, no sólo en este país sino en otras partes del mundo tan lejanas como Ghana, Vietnam, Australia, Hong Kong, Tokio, Okinawa, Mumbai y en diversos países de Europa. Estamos hablando de millones de personas.
Más allá de los números de «La Marcha por Nuestras Vidas», como fue llamada esta apoteósica demostracion, destacamos aquí el contenido de la manifestación que promete según anunciaron sus jóvenes organizadores, el comienzo de lo que parece ser un movimiento con foco en las urnas.
Esta demostración de coraje e inteligencia, cuyos expositores fueron desde la poderosa intervención de la nieta de Martin Luther King Jr. -Yolanda Renee King-, de 9 años de edad, o de Naomi Wadler, de 11 años y extremadamente madura y articulada, hasta otras caras conocidas que han asumido liderazgo en estas casi 6 semanas a partir del trágico suceso, marcó el inicio de una campaña de registro de votantes con una sola idea en mente: los legisladores, republicanos principalmente aunque también demócratas, que reciban dinero de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), serán echados de sus puestos a través de las urnas en noviembre.
Y aunque los discursos en la tarima de Washington, DC, estuvieron enfocados en lo electoral, como posible solución a la violencia y la muerte que asola no solamente a las escuelas, hubo no obstante algunos destellos que tocaron tangencial y tímidamente el tema de la inequidad económica y el racismo.
Estos temas corrieron por cuenta de los jóvenes participantes negros y de una latina en particular: Edna Lizbeth Chávez, una joven chicana “orgullosamente” del sur de Los Ángeles, quien también sorprendió por su elocuencia, y de quién se hablará más ampliamente en el programa de hoy Línea Abierta de Radio Bilingüe, donde podrá escucharse su participación en el podio de la masiva demostración. Vale decir que su hermano, un estudiante de preparatoria fue asesinado en 2007 por la violencia regular que azota las calles de Estados Unidos, un macabro contexto donde actualmente esta ciudad del sur de California se disputa el deshonroso primer lugar con ciudades como Chicago.
Otro curioso incidente, para muchos desagradable pero que tal vez trasciende la primera impresión, fue el vómito de una de las expositoras, sobreviviente de la tristemente célebre ‘Masacre de San Valentín’, ocurrida el fatídico 14 de febrero en la escuela Marjory Stoneman Douglas, de Parkland, Florida. La reacción de esta joven mujer fue sin embargo inteligente y oportuna, porque funcionó como metáfora del hartazgo y la repulsión que genera en las conciencias la violencia de las armas y la inactividad del gobierno para evitarla. Tras el suceso, ella declaró: “Acabo de vomitar enfrente de la televisión internacional. ¿Y saben qué? ¡Se sintió genial!”.
Otras intervenciones mostraron también la madurez y la rabia convertida en acciones, que ha adoptado la reacción de los jóvenes estudiantes detonada por la movilización de los alumnos de la escuela de Parkland que hoy es seguida por los estudiantes preuniversitarios y más jóvenes aun de Estados Unidos. Una de estas poderosas intervenciones recayó en Emma González, de madre estadunidense y padre cubano, quien también es sobreviviente de la ‘Masacre de San Valentín’, y egresa este año de la preparatoria. Sus apasionados discursos en pro de una reforma a la ley de control de armas de fuego son bien conocidos por muchos.
Un elemento que introdujo Emma González en su participación de este sábado sacudió por su fuerza. Y no se basó en palabras sino en el silencio que guardó sorprendiendo y estirando al máximo la paciencia, rasguñado la mente de la monumental audiencia, porque reprodujo el silencio que por poco más de 6 minutos guardaron forzosamente los estudiantes de la Marjory Stoneman Dougas mientras un hombre joven y aparentemente desquiciado cegaba la vida de 17 personas. Entre lágrimas y gemidos la joven Emma mantuvo en vilo a millones de asistentes y televidentes que tuvieron una elocuente muestra del horror. Fue difícil contener las propias emociones.
Con todo, sólo hemos querido aquí consignar los hechos que sacudieron las conciencias del país -y eventualmente de muchas partes en el mundo- durante el pasado sábado de marchas multitudinarias ante los brillantes discursos que ya quisiera la vaguedad de los pronunciamientos de la clase política en el poder, por un momento siquiera. Un análisis más amplio podrá escucharlo hoy a través de nuestras ondas hertzianas en la transmisión de Línea Abierta al mediodía (Tiempo del Pacífico). Y para quienes se hallen en otras localidades que no alcanzan la señal de esta radio, el programa podrá escucharse a través de nuestro sitio en la web: www.radiobilingue.org, en punto de las 12:00 pm.
Y mientras el mundo observaba cómo este sábado se delineaba el principio de lo que promete ser un movimiento social que los jóvenes se han echado al hombro, porque nadie le ha entrado al tema con la pasión, persistencia y eficiencia de ellos, que han hecho abrigar en muchos nuevamente un perdido sentido de esperanza o ‘una luz al final del túnel’ ante tanta indolencia, adivinen qué estaba haciendo el presidente de Estados Unidos mientras tanto. Acertaron, estaba jugando golf (una palabra que en este preciso contesto y en español se podría confundir con golfo, con golfería) en su resort privado.
Claro está que abrumado como se encuentra el presidente, por el asunto de Rusia y un fiscal que le pisa los talones (58 por ciento del electorado republicano quiere que el fiscal especial, Robert Mueller continúe con la investigación), y la tormenta llamada Daniels, que se ha posado sobre su cabeza durante las últimas semanas, es comprensible –aunque no justificable- que como las avestruces el susodicho personaje de marras prefiera meter la cabeza en un hoyo. Su hoyo 19■
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