Marco Vinicio González
Recientemente comenzó el verano y con él la temporada de incendios de California y en general de la costa oeste, el sur, el suroeste y en general en casi todo Estados Unidos. Y como hemos reportado oportuna y ampliamente en este mismo espacio informativo, a consecuencia del cambio climático estos incendios se han vuelto cada vez más destructivos y duraderos, pues ya no se limitan a unos pocos meses al año.
Como se sabe tal vez, la tradicional temporada de incendios de verano y otoño es posible que ahora se extienda hasta el invierno, según reportes del Servicio Meteorológico Nacional, por las condiciones de sequía y calor extremas en California y en dicha región del país, lo que trae consigo una serie de riesgos mayores con los que hay lidiar.
Y es que el cambio climático está exacerbando una megasequía que se ha apoderado de casi la mitad del país durante las últimas dos décadas, que continúa afectando la economía y la salud pública de los residentes.
Un informe de junio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica señala que hasta el 31 de mayo alrededor de 90 millones de estadunidenses estaban experimentando sequía, con más de 65 millones enfrentando una “sequía de severa a extrema”, a la que dicha agencia federal da la calificación más alta de gravedad.
En enero de este año, típicamente uno de los períodos más húmedos, un inmenso incendio forestal arrasó el sur estadunidense que el Servicio Meteorológico Nacional calificó de «surrealista».
Pero esos incendios fuera de temporada “son generalmente de baja intensidad y es menos probable que muestren el comportamiento impredecible y destructivo que ha caracterizado a los peores incendios de California en los últimos años”.
Daniel Swain, científico climático de la Universidad de California en Los Ángeles afirmó en su oportunidad que en 2020 se quemaron más acres en el estado que nunca, debido en gran parte a los incendios masivos que comenzaron en agosto y septiembre.
Y alertó que “La capacidad de los incendios para arder durante el invierno probablemente esté aumentando, pero todavía hay una estacionalidad muy pronunciada”, dijo. “Apostaría mucho dinero a que agosto, septiembre y octubre verán mucho más fuego y mucho más destructivo”.
Hasta este verano California ha pasado meses sin lluvia, y el clima cálido ha dejado la vegetación completamente seca, el combustible ideal para la propagación de incendios, que tienden a arder más rápido y son más difíciles de controlar.
Según Swain, en los últimos años los incendios de verano y otoño han destruido miles de hogares, esterilizado el suelo, matado árboles antiguos y creado lo que parece un «paisaje de apocalipsis nuclear”.
Y lo que es peor es que los expertos piensan que es probable que California sufra incendios destructivos similares durante el resto de este año, pues el estado se encuentra en medio de una severa sequía y se espera que experimente calor por encima de lo normal; condiciones que han contribuido a temporadas de incendios particularmente severas en la historia reciente. Y funcionarios del norte de California se hacen la misma pregunta
Los dos incendios más grandes del estado que se produjeron en los últimos dos años son el incendio de Dixie en 2021 y el incendio de August Complex en 2020, dice un reporte de Los Angeles Times■