El Departamento de Justicia dificulta más la entrega de las visas H-1B

Manifestantes desplazados de sus empleos se alinean en las calles cerca de la jefatura de T-Mobile durante una manifestación que desacreditaba la decisión de la compañía de cerrar siete centros de llamadas. Foto: Bellevue Reporter.

Manifestantes desplazados de sus empleos se alinean en las calles cerca de la jefatura de T-Mobile durante una manifestación que desacreditaba la decisión de la compañía de cerrar siete centros de llamadas. Foto: Bellevue Reporter.

De la redacción

Quienes defienden esta posición afirman que las visas H-1B desplazan a los trabajadores estadunidenses con mano de obra extranjera más barata. Hay también quienes piensan incluso que se ha abusado de este programa, y que no se puede confiar en él porque una vez llegados a este país los extranjeros altamente calificados, no ocupan los puestos de trabajos para los que fueron contratados sino otros empleos de menor dificultad y de más bajos ingresos.

El procurador General de la nación, Jeff Sessions anunció la entrada en vigor de nuevas reglas que hacen mucho más difícil solicitar las visas H-1B para trabajadores altamente calificados. Estas visas han sido aclamadas por los proponentes como un recurso vital para la innovación estadunidense, y necesario para asegurar la competitividad de grandes empresas como Disney, Google, Facebook, Amazon y otras, particularmente en el campo de la alta tecnología.

Esto ya se veía venir, pues el pasado fin de semana el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) anunció un cambio técnico que impondrá serias dificultar para los solicitantes de estas visas. Se dijo entonces que los programadores de nivel básico recibirían las visas, pero al lunes siguiente “el Departamento de Justicia advirtió que investigaría compañías que se cree han pasado por alto a trabajadores calificados estadunidenses”, reporta hoy The New York Times.

De hecho, el gobierno anunció que para comprobar que no se abusa de este programa realizará visitas sorpresa a empresas que contratan trabajadores extranjeros con visa H-1B, y que verificará que se cumpla la ley y no se desplace a los trabajadores estadunidenses para favorecer a extranjeros altamente calificados, dice la prensa. Además, “debería ayudar a las compañías estadunidenses a reclutar trabajadores extranjeros altamente cualificados, sólo cuando hay escasez de estos trabajadores en el país”.

Quienes defienden esta posición afirman que las visas H-1B desplazan a los trabajadores estadunidenses con mano de obra extranjera más barata. Hay también quienes piensan incluso que se ha abusado de este programa, y que no se puede confiar en él porque una vez llegados a este país los extranjeros altamente calificados, no ocupan los puestos de trabajos para los que fueron contratados sino otros empleos de menor dificultad o destrezas, y de más bajos salarios.

Como se podrá imaginar ahora con el nuevo estilo de gobierno, pues hay que recordar que desde que era candidato presidencial el ahora presidente Trump ha prometido reformar dicho programa, y los legisladores de ambos partidos han redactado proyectos de ley para modificarlo, el programa de visas H-1B se halla en serias dificultades.

Vale recordar que en las manifestaciones de campaña Trump presentó, como si se tratara de un reality show a estadunidenses despedidos de sus trabajos, a quienes ¡además!, se les había pedido que entrenaran a sus sucesores extranjeros, en compañías que incluían a Disney, sostiene la fuente. «No dejaremos que esto suceda”, dijo Trump en un tono de discurso de campaña, e incluso llamó al supuesto desplazamiento de los trabajadores estadunidenses «indignante» y «humillante».

Lo cierto es que durante los últimos años el gobierno federal se ha visto abrumado y sobrepasado en su capacidad para procesar el increíble número de solicitudes de estas visas H-1B dentro del límite de la semana que dura la apertura para someterlas. Incluso el Times reporta hoy que largas filas de camiones de reparto esperan turno para descargar las incontables cajas de solicitudes afuera de edificios gubernamentales, antes de que las puertas se cierren para recibirlas y se vuelvan a abrir hasta el año siguiente.

Este año USCIS abrió la ventanilla para la recepción de solicitudes para el año fiscal 2018, que deben limitarse a la cuota habitual de 85 mil visas H-1B. De éstas, 65 mil visas H-1B van para trabajadores graduados de universidades, o con una licenciatura, y otras 20 mil más para aquellos con maestría o grados académicos superiores.

Cuando ayer lunes se abrieron las puertas en el centro de procesamiento del gobierno en California, el primer camión en línea, una plataforma de FedEx, transportó 15 mil paquetes de solicitudes, reporta el Times.

Un borrador de una orden ejecutiva presidencial para «proteger los empleos y los trabajadores estadunidenses mediante el fortalecimiento de la integridad de los programas de visas de trabajadores extranjeros», se distribuyó ampliamente a finales de enero pero nunca se firmó. Luego, sin aviso, USCIS publicó una nota en su sitio web durante el fin de semana que podría afectar a muchas aplicaciones.

Lynden Melmed, abogada en Washington y ex consejera en jefe del servicio de inmigración dijo al Times que “En concreto, las empresas que deseen importar programadores de computadoras con los niveles de remuneración más bajos tendrán que probar que el trabajo que realizan califica como mano de obra ‘especializada’, para lo cual se crearon las visas H-1B” Y añadió que “Habrá un mayor escrutinio del papel que la compañía quiere llenar».

Pero la medida parece estar dirigida principalmente a las empresas de contratación de mano de obra extranjera, en lugar de las grandes empresas de tecnología, que tienden a contratar trabajadores con niveles más altos de destrezas y salarios.

Y mientras las montañas de solicitudes siguen llegando a borbotones, ya desde antes de la advertencia del Departamento de Justicia, o sea de Sessions, los temores sobre el futuro de este programa H-1B se han hecho sentir sentir. Este año, señaló al Times Greg McCall, abogado de Perkins Coie en Seattle, y quien preparó 150 solicitudes, están más presionado que en el pasado.

«Para asegurarse de que las peticiones entren, casi todos los clientes exigieron que llegue el primer día», lo que explica las largas filas de camiones de reparto estacionados a las afueras de los edificios gubernamentales en los respectivos estados■

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