El tercer debate presidencial de la elección general fue ampliamente visto como la última oportunidad de Donald Trump de hacer repuntar su debilitada campaña y acortar la notable ventaja que le lleva Hillary Clinton. Pero Trump causó furor al afirmar que la elección es ya un fraude y al lanzarse de nuevo durante el debate contra inmigrantes latinos y las mujeres. Esto según los expertos podría hundir aún más sus aspiraciones presidenciales. José López Zamorano reporta.
En el último debate presidencial, por primera vez se abordó la problemática migratoria. Los contrastes entre Clinton y Trump fueron claros:
“Hillary quiere dar amnistía. Quiere fronteras abiertas. Una de mis primeras acciones será sacar a todos los jefes de las drogas, a todos los malos… Tenemos unos malos hombres y los vamos a echar”
Clinton:
“Tienes razón. No quiero partir familias en dos. No quiero separar a los padres de sus hijos. No quiero ver en acción a la fuerza de deportación de la que ha hablado Donald”
Las palabras “bad hombres” de Trump se criticaron ampliamente en las redes sociales, por considerarse racistas contra los latinos. Trump tampoco pudo contenerse durante otra intervención de Clinton y la interrumpió, diciendo:
“Tú eres una mujer asquerosa”
Pero la declaración de Trump que detonó una polémica sin precedentes fue cuando evitó comprometerse a aceptar una posible derrota.
“Lo que estoy diciendo es que se los diré en su momento. Los voy a mantener en suspenso OK?”
Desde antes de este debate el presidente Barack Obama le había pedido dejar de “lloriquear”. Pero sus nuevos comentarios le merecieron un número inédito de críticas, incluidas de miembros de si propio partido. Ana Navarro es una estratega republicana.
“Después de 240 años de democracia en los Estados Unidos tenemos un nominado que dice que no va a aceptar si pierde las elecciones, que no va a conceder, eso es insólito en nuestra historia, no tiene precedente y va a causar mucho, mucho revuelo”
El sistema electoral de Estados Unidos es descentralizado con más de 180 mil casillas manejadas por funcionarios republicanos y demócratas, por lo que las impugnaciones a la integridad del proceso electoral carecen de fundamento, según el abogado Silverio Coy:
“Sencillamente es un acto desesperado de un candidato que se ve está perdiendo la contienda… Lo siento mucho por el señor Trump, pero tiene que aceptar el deseo y la voluntad del pueblo de Estados Unidos”
Un día después del debate Trump aclaró en Ohio que sí respetará el resultado, pero sólo si él gana. A menos de tres semanas de los comicios, Trump sigue en desventaja frente a Clinton y los propios republicanos temen que si continúa la hemorragia de apoyo, podrían perder el Senado y quizás la Cámara de Representantes.