EE UU comparte propiedad intelectual de vacunas contra el covid con países en necesidad

De la redacción

En un gesto de humanidad, pero también de inteligencia el presidente Biden se une al clamor global para compartir la patente de la vacuna contra el Covid-19, o sea la propiedad intelectual, además de tecnología e insumos, dinero y entrenamiento sobre el conocimiento o el ‘cómo hacerlo’, con las regiones del mundo con mayor déficit de población vacunada, como África, que sólo ha vacunado a menos del 2 por ciento de su población.

La India, a pesar de tener una macroeconomía fuerte gran parte de su población vive en la miseria y el país enfrenta un rebrote de coronavirus espantoso, con personas muriendo en las calles porque su sistema de hospitales se halla colapsado. Y algo similar ocurre en países de otras latitudes, como en Latinoamérica, entre otros.

En este contexto, la prevención de las disparidades raciales en la adopción de vacunas contra el COVID-19 tiene impactos desproporcionados del virus en las personas de color al interior de Estados Unidos, dice KFF, organización líder en el análisis de políticas y periodismo de salud, que plantea como necesidad “evitar que se amplíen las disparidades raciales de salud en el futuro”.

Y es que en un informe del Centro para la Prevención de enfermedades, CDC, este lunes trascendió que en cuanto a la raza y/o etnia se sabe de marcadas disparidades; entre las personas que han recibido al menos una dosis de la vacuna, dice, “casi dos tercios son blancos (63%); el 13% latinos, 9% negros, 6% asiáticos y 1% indios americanos o nativos de Alaska, Hawái u otras islas del Pacífico. Sin embargo, hasta la fecha los CDC no proporcionan datos demográficos a nivel estatal para las personas vacunadas, sostiene KFF.

Con todo, el miércoles la administración Biden se unió a los llamados de la aldea global para compartir más tecnología y ayudar a acelerar el fin de la pandemia. Para que los países más poderosos hagan mucho más no sólo en la obtención de dosis de la vacuna para los necesitados, sino que compartan la forma de producir sus propias vacunas.

Por eso, la medida de compartir tecnología y conocimiento más que ser un acto de caridad es una medida inteligente para acabar con la pandemia a nivel global, o atenerse a las consecuencias de las variantes que viajan con el flujo intermitente de las migraciones. Por ejemplo, variantes del virus generado en India, de muy alta peligrosidad, se detectaron ya en 4 o 5 estados de Estados Unidos.

La Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala habló en una reunión a puerta cerrada con embajadores de países en desarrollo y desarrollados que han estado discutiendo el tema, y dijó estar de acuerdo en la necesidad de un acceso más amplio a los tratamientos COVID-19.

Por su parte Katherine Tai, la representante comercial de Estados Unidos ante la OMC anunció la disposición de este país para abolir los derechos intelectuales de la vacuna y compartirlos con los necesitados.

Y en medio de las conversaciones de los miembros de la OMC sobre una posible exención temporal de sus protecciones o propiedad intelectual de la vacuna, que permitiría a más fabricantes producirlas, dijo en un comunicado citado por Prensa Asociada (AP):

“La Administración –Biden- cree firmemente en las protecciones de la propiedad intelectual, pero al servicio de poner fin a esta pandemia”. Aunque advirtió que “tomaría tiempo alcanzar el consenso global requerido para renunciar a las protecciones intelectuales bajo las reglas de la OMC”, declaró Tai.

El director de los CDC de África, John N. Nkengasong tuiteó: “Los CDC de África dieron la bienvenida a la exención y calificaron la decisión de ‘liderazgo en acción’. ¡La historia recordará esta decisión como un gran acto de humanidad!».

Y aunque los científicos del CDC dijeron hace unos días que en Estados Unidos iba a ser casi imposible alcanzar la llamada “inmunidad de rebaño”, es decir un país con el 80 o 90% de su población vacunada o blindada contra el virus, cuyas variantes pululan por el planeta entero, dicha inmunidad no está garantizada; además de la resistencia a vacunarse de un sector de la población estadunidense, dieron muestra de algún optimismo y declararon que el país está «Doblando la esquina».

De acuerdo con The New York Times, la perspectiva del Covid-19 en Estados Unidos alcanzó el punto más esperanzador hasta el momento: “Los casos y las muertes han disminuido, y las vacunas han dado esperanzas a los científicos, incluso cuando se están extendiendo más variantes transmisibles».

No obstante, los expertos en salud pública se mantienen cautelosos, pero dijeron no creer que «los aumentos repentinos futuros sean tan generalizados o alcancen picos pasados”. En la actualidad, informa la fuente, Estados Unidos cuenta con 32 millones 584 mil 456 casos de infección y 578 mil 804 decesos. Pero las hospitalizaciones han bajado a 40 mil 287.

Como se dijo, el problema de las vacunas se ha vuelto más urgente, con un alarmante aumento en los casos en India, el segundo país más poblado del mundo y un productor clave de vacunas, incluido una para Covid-19 que se basa en tecnología de la Universidad de Oxford y el fabricante farmacéutico británico-sueco AstraZeneca.

Pero en medio del drama que vive India en estos momentos, AP señaló que Michael Yee, analista de biotecnología de Jefferies Group, advirtió a los inversores mundiales: “Los problemas de acceso clave para los países en desarrollo no son las patentes o el precio, sino un suministro inadecuado de los insumos necesarios y los conocimientos para producir las vacunas y mantener su alta calidad”. Y remató: “Lo que no hizo uno de los fabricantes contratados en Estados Unidos -Johnson & Johnson-, arruinando millones de dosis”■

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