Dos de los estados más progresistas quizás, de Estados Unidos, aprueban legislaciones que favorecen a los trabajadores de más bajos ingresos y menos protecciones laborales, a los que con frecuencia se les violan sus derechos. Por un lado, California firma una legislación que regula las cuotas de tiempo de trabajo en los almacenes de Amazon, y por el otro la ciudad de Nueva York aprueba una legislación que mejora las condiciones de los mensajeros y repartidores de alimentos, y establece salarios mínimos.
De la redacción
El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom firmó el miércoles una legislación destinada a combatir las cuotas de velocidad con que trabajan los empleados de Amazon, difíciles de cumplir por las limitaciones para tomar por ejemplo un período de descanso o ir al baño.
Tras firmar la ley, Newson declaró en un comunicado el miércoles que los trabajadores de almacén han ayudado a California a mantener la economía durante estos tiempos de pandemia, y que por lo tanto “no deberían correr el riesgo de sufrir lesiones o enfrentar un castigo como resultado de cuotas de explotación que violan la salud y la seguridad básicas”.
A partir de la promulgación de la ley AB 701, auspiciada por la legisladora demócrata, Lorena González, ahora en California se requiere que los empleadores notifiquen a los trabajadores sobre sus cuotas de tiempos de trabajo, y sanciona cualquier acción punitiva que pueda tomarse si un empleado no cumple con una tarea requerida. Tampoco exigiría a un empleado a cumplir con una cuota si ésta no se ha divulgado previamente Los empleadores podrían ser sancionados “si su tasa anual de lesiones de sus empleados es más alta que la tasa anual promedio en la industria de almacenamiento, en al menos un 1.5 por ciento”.
Según Los Angeles Times la legislación, que entrará en vigencia a partir del próximo año, “es un golpe directo a Amazon”. Y es que una coalición de sindicatos y el Centro de Organización Estratégica, dice, “informaron a principios de este año que la tasa de lesiones graves reportadas por Amazon fue casi el doble que la de otros almacenes entre 2017 y 2020”.
No obstante, unos 50 grupos afiliados a la Asociación de Minoristas de California calificaron la legislación como «receta para el desastre», y expresaron su decepción con el gobernador, porque “exacerbará los problemas actuales de la cadena de suministro, aumentará el costo de vida para todos los californianos y eliminará los trabajos bien pagados”, dijeron.
Por otro lado, el Concejo Municipal de Nueva York pasó un paquete de leyes para mejorar las condiciones de mensajeros y repartidores de la multimillonaria industria de alimentos, compuesta mayormente de inmigrantes y en buena medida de indocumentados. Además, establece salarios mínimos para ellos.
Y es que desde el comienzo de la pandemia, dice The New York Times, “los trabajadores de entrega de alimentos en bicicleta se han convertido en características aún más omnipresentes del paisaje urbano de la ciudad de Nueva York, ganando salarios bajos y, a menudo, desafiando un clima horrendo, calles peligrosas y la amenaza de robo de sus bicicletas y mochilas, que casi todos pagan de su propio bolsillo. Además, la legislación abordará la difícil situación de dichos repartidores de alimentos basados en aplicaciones como Grubhub, DoorDash y Uber Eats.
Si bien otras ciudades han tomado medidas para restringir las aplicaciones de entrega de alimentos, “ninguna ciudad ha llegado tan lejos como Nueva York, que alberga el mercado de entrega de alimentos más grande y competitivo del país”, afirma la fuente, «que se ha disparado ya que los restaurantes se han apoyado para sus ventas cada vez más en los servicios de entrega para sobrevivir durante la pandemia.
El número de repartidores, la mayoría de ellos inmigrantes, ha aumentado a más de 80 mil, según estimaciones de la Ciudad, “pero sus condiciones laborales siguen siendo «difíciles y horrendas».
Como se recordará, el huracán Ida azotó con su cauda también a la ciudad de Nueva York. Y mientras el caos y el pavor crecían en la población, los trabajadores de reparto atravesaban en sus bicicletas las calles inundadas, lo que provocó la indignación de la gente.
una encuesta entre 500 trabajadores de reparto de alimentos por aplicación, realizada por el Worker Institute de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell, y el Workers Justice Project, encontró que “el 42% de los trabajadores había experimentado que les pagaban mal o no les pagaban en absoluto. Casi la mitad dijeron que se habían estrellado mientras entregaban alimentos, y el 75% dijo que usaron su propio dinero para pagar su atención médica. El 54% informó haber sido robado y el 30% dijo haber sido agredido durante el robo”.
La legislación también establece parámetros y distancias en los viajes que realizan sin temor a represalias. “Los trabajadores, que han sido atacados por ladrones con la intención de robar su dinero o sus bicicletas eléctricas, podrían determinar la distancia máxima que desean viajar desde un restaurante, o especificar que no están dispuestos a cruzar puentes para hacer una entrega”.
Sin embargo el paquete de leyes es insuficiente en distintas formas, dijeron a la fuente representantes de los trabajadores. Por ejemplo, estos trabajadores todavía se clasificarían como contratistas independientes, lo que los hace ineligibles para la compensación o los beneficios de desempleo. Y necesitan la capacidad de negociar las reglas de trabajo con sus empleadores■