De la Redacción
En la pasada entrega hablamos del costo que Estados Unidos enfrentaría ante una eventual deportación masiva, anunciada por el presidente electo de este país, Donald Trump, un error muy costoso y autodestructivo, dijimos, sin mencionar la catástrofe humanitaria que implicaría. En esta ocasión hablamos del mito que sostiene que los indocumentados socaban el empleo, y de los costos en infraestructura y personal, necesarios para deportar a 11.3 millones de indocumentados, costos que recaerían en el contribuyente y mermarían el producto interno bruto del país (GDP), por el enorme vacío que generaría en la planta productiva de Estados Unidos.
Los inmigrantes indocumentados no son la causa del desempleo en Estados Unidos
El Concejo Estadunidense de Inmigración sostiene que “la investigación empírica ha demostrado repetidamente que no hay correlación entre la inmigración y el desempleo”. Y afirma que es un hecho que “los inmigrantes -incluidos los no autorizados- crean empleos a través de su poder adquisitivo y su espíritu emprendedor, comprando bienes y servicios de empresas estadunidenses y creando sus propios negocios, los cuales mantienen empleos en Estados Unidos”.
Un hecho a tomar en cuenta según varias fuentes consultadas es que no todos los inmigrantes y los trabajadores nativos de Estados Unidos suelen competir en los mismos mercados de trabajo, por tener diferentes niveles de educación. “Trabajan en diferentes ocupaciones, se especializan en diferentes tareas y viven en diferentes lugares”, dicen estudios de diversas instituciones y universidades, entre ellas la de California en Los Ángeles (UCLA), recogidas por el Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP).
Los nativos llenan diferentes tipos de trabajos que requieren diferentes conjuntos de habilidades
Incluso si los trabajadores nacidos en Estados Unidos trabajan en la misma ocupación o industria -o exactamente en el mismo negocio-, suelen especializarse en diferentes tareas, y son mejor pagados, porque requieren mejores habilidades en el idioma inglés que muchos trabajadores inmigrantes no poseen, sostiene la fuente.
De acuerdo con un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), “A partir de 2009, el 62.5 por ciento de los trabajadores nacidos en el extranjero vivían en seis estados: California, Nueva York, Florida, Texas, Nueva Jersey e Illinois”. En cambio, el 66.2% de los trabajadores nativos vivían en los otros 44 estados. “Incluso dentro de los seis estados de alta inmigración, los inmigrantes todavía difieren de los trabajadores nativos en términos de educación, ocupación y habilidades específicas”.
Además, el 30% de los trabajadores nativos de 25 años de edad o más, “tenían en 2009 poca educación universitaria sin una licenciatura, en comparación con sólo el 17 por ciento de trabajadores nacidos en el extranjero”. Y el 27% de los trabajadores nacidos en el extranjero, “carecían de un diploma de escuela preparatria, en comparación con sólo el 6 por ciento de los trabajadores nativos”, dice la CBO.
En 2009, la ocupación principal para los trabajadores nacidos en el extranjero de entre 25 y 64 años de edad fue la construcción y la extracción, lo que representó el 8.8% de la mano de obra extranjera total, seguida de ocupaciones de producción (8.7%), limpieza y mantenimiento de edificios y terrenos (8.5%), y ventas (8.4%).
Entre los trabajadores nativos de las referidas edades, “su principal ocupación fue el apoyo administrativo y de oficina en 2009, que representó el 38% de la mano de obra nativa, seguido por la administración (12.9%), las ventas (10.5%), y la educación, la capacitación y las ocupaciones de las bibliotecas (7.0%)”.
El economista Giovanni Peri señala por ejemplo un hecho importante: “Debido a que se complementan entre sí en el mercado laboral, en lugar de competir, los inmigrantes aumentan la productividad -y los salarios- de los trabajadores nativos… expanden la capacidad productiva de la economía estadunidense, estimulan la inversión y promueven la especialización que a largo plazo aumenta la productividad”, además de que crean fuentes de trabajo.
El asunto del desempleo se relaciona más bien con los bajos salarios
En aquellas partes del país con el mayor número de inmigrantes indocumentados -especialmente los recién llegados-, que suelen no estar autorizados para trabajar y por lo tanto estar más dispuestos a aceptar salarios más bajos que los que aceptan los trabajadores nativos, una deportación masiva dejaría a la planta productiva prácticamente sin empleados.
Porque los nacidos aquí, con algún grado de educación y sobre todo los educados, no aceptan los empleos mal pagados. Si el trabajo de la agricultura, por ejemplo, fuera pagado a 15 o 20 dólares la hora, tal vez habría más trabajadores nacidos en este país, fajándose como se fajan los inmigrantes en el campo por salarios de miseria, como hemos documentado ya, profusamente, en estas mismas páginas.
En las áreas metropolitanas de Estados Unidos en 2009 no había correlación entre el tamaño de la población nacida en el extranjero y la tasa de desempleo de los afroestadunidenses, dice un reporte de Rob Paral & Associates. Dicho estudio encontró que “en 2008 había poca relación aparente entre la inmigración reciente y las tasas de desempleo a nivel regional, estatal o de condado”.
Las tasas de desempleo más altas se encontraron en los condados ubicados en los centros de manufactura y las zonas rurales, anañade, “que tienden a tener relativamente pocos inmigrantes recientes. Los inmigrantes recientes suelen ir donde están los empleos: los condados metropolitanos y no manufactureros, donde las tasas de desempleo son más bajas”. O sea, donde hay chamba.
Los inmigrantes realmente crean empleos como consumidores y empresarios
Según un estudio dado a conocer en diciembre de 2011, que analizó los datos de empleo a nivel estatal de 2000 a 2007 y que fue realizado por el American Enterprise Institute y la Asociación para una Nueva Economía Americana, “los inmigrantes con estudios avanzados o cualquier nivel de habilidad que vienen a este país con visas temporales, sostienen empleos de los trabajadores nativos”.
Es fácil entender dónde gastan su salario los trabajadores inmigrantes de Estados Unidos, dice la fuente: compran alimentos, ropa, electrodomésticos, automóviles, etcétera, con lo que sostienen a los trabajadores de esos negocios. Además, continúa, “las empresas responden a la presencia de nuevos trabajadores y consumidores invirtiendo en nuevos restaurantes, tiendas e instalaciones de producción. El resultado final es más empleos para más trabajadores”.
Los inmigrantes son más propensos que los nativos a iniciar sus propios negocios
Por su parte, un informe de la Fundación Kauffman dice que en 2010 «los inmigrantes tenían más del doble de probabilidades de iniciar negocios cada mes que los nacidos aquí». Y agrega que “alimentan la innovación tecnológica y científica”.
Y la Institución Brooking sostiene que «entre las personas con títulos avanzados, los inmigrantes tienen tres veces más probabilidades de presentar patentes, que los ciudadanos estadunidenses. «Tales inversiones en nuevas empresas y en investigación pueden proporcionar beneficios indirectos a los trabajadores nacidos en Estados Unidos, al mejorar la creación de empleo e incrementar la innovación entre sus pares nacidos en este país».
Un informe de 2010 del Instituto de Política Económica estimó que, de 1994 a 2007, la inmigración aumentó los salarios de los trabajadores nativos en 0.4%, de acuerdo al nivel educativo del trabajador. Por ejemplo, “los graduados universitarios recibieron un impulso del 0.4%; los trabajadores con algún grado universitario registraron un aumento salarial del 0.7%; los graduados de preparatoria, 0.3%; y los trabajadores sin preparatoria 0.3%.
Pero un estudio de 2008 del economista Giovanni Peri estimó que, “de 1990 a 2006 la inmigración aumentó los salarios de los trabajadores nativos en un 0.6%”. Los graduados universitarios experimentaron un aumento del 0.5% dice, los trabajadores con alguna universidad 0.9%, los graduados de la escuela preparatoria 0.4%, y los trabajadores sin preparatoria 0.3%.
Ahora bien, The American Action Forum estima que remover a todos los indocumentados que viven en este país, 11.3 millones, y prevenir nuevas entradas ilegales costaría al erario público en infraestructura y personal, de 400 mil a 600 mil millones de dólares anuales, y tomaría dos años hacerlo.
Es decir, cada inmigrante tendría que ser perseguido, detenido o encarcelado, enjuiciado a través del proceso de remoción, y transportado a su país de origen. Tendrían que:
• Aumentarse el personal federal para la aprehensión de Inmigración, de 4 mil 844 posiciones existentes actualmente, a 90 mil 582;
• Aumentar el número de camas de detención de inmigrantes, de 34 mil a 348 mil 831;
• El número de tribunales de inmigración pasaría a ser, de 58 a mil 316;
• El número de abogados federales para procesar legalmente a inmigrantes indocumentados debería aumentar, de mil 430 a 32 mil 445;
• Y se requiere un mínimo de 17 mil 296 vuelos fletados, y 30 mil 701 viajes de autobús cada uno de los referidos 2 año que tomaría el proceso.
Pero más alarmante que esto, añade The American Action Forum, esto reduce la fuerza laboral en 10.3 millones de trabajadores, y reduce también el Ingreso Interno Bruto (GDP) del país, en 1 millón de millones de dólares (1 trillón en inglés).
Una información desglosada generosamente de estos costos puede hallarse en el siguiente enlace:
https://www.americanactionforum.org/research/the-personnel-and-infrastructure-needed-to-remove-all-undocumented-immigrants-in-two-years/