La Cámara de Representantes regresa a Washington hoy lunes para tratar de obtener la aprobación de una medida necesaria para proteger un proyecto de ley de política social, de 3.5 billones de dólares, de un obstruccionismo al interior del Partido Demócrata, cuyas fracturas están comenzando a aflorar.
De la redacción
En la zaga para realizar la agenda de la administración Biden hoy sin duda es un día importante para los estadunidenses y los grupos de las minorías. Porque tras concluir su receso de verano los demócratas de la Cámara de Representantes regresan hoy lunes a sus deliberaciones, en un medio político polarizado que busca allanar el camino legislativo para la expansión más ambiciosa (3.5 billones de dólares) de la nación en 50 años.
Se trata de la red de seguridad social, que es el segundo componente del paquete de infraestructura, luego de que el primer componente (1 billón de dólares) pasara en días pasados en el Senado.
Cualquiera pensaría que el obstruccionismo proviene de los republicanos en el Congreso. Y no obstante, en el Partido Demócrata se están dando una lucha interna por la ideología, las divisiones generacionales y el poder. Por citar sólo las dos voces más prominentes de la oposición obstruccionista dentro de las filas demócratas, los senadores Kyrsten Sinema de Arizona y Joe Manchin de Virginia Ocidental, se niegan a terminar con el filibusterismo impulsado por los republicanos. Algunos los llaman republicanos disfrazados de demócratas.
Pero no están solos, pues nueve demócratas conservadores se han rebelado contra sus líderes demócratas y han declarado en repetidas ocasiones que bloquearán el plan presupuestario de Biden defendido por el ala progresista de ese partido, que busca pasar los dos componentes del plan de infraestructura en el otoño sólo con el respaldo de los demócratas; a menos que la cámara baja vote ya sobre el proyecto de ley de infraestructura bipartidista aprobado por el Senado, pero sin el segundo componente de infraestructura social. A esto se suma otra coalición de demócratas del ramo conocido Blue Dog.
La oposición demócrata conservadora está poniendo en riesgo no sólo la agenda del presidente Biden y en general el bienestar del pueblo estadunidense, sino además y en particular la vida de millones de inmigrantes indocumentados en este país. Porque en el segundo paquete presupuestario de Biden (infraestructura social), la tantas veces prometida y más veces aun pospuesta reforma migratoria, una vez que los demócratas han ganado una elección presidencial con el voto latino, peligra por la oposición interna de los referidos blue dog.
En tanto, el director gerente de inmigración del Emerson Collective y experto en políticas de migración, Marshall Fitz escribió recientemente en un artículo de opinión para Roll Call, donde presenta un caso convincente de por qué las disposiciones de inmigración en el acuerdo presupuestario satisface las reglas parlamentarias del Senado, sostiene un comunicado de la organización America’s Voice.
«La reforma migratoria es perfecta para la reconciliación presupuestaria», dice el artículo de Fitz. “Permitir que los inmigrantes calificados obtengan tarjetas de residencia cumple con la ‘regla Byrd’, que evalúa si los costos presupuestarios de una política son «meramente incidentales» a los «componentes no presupuestarios». Y presenta un caso sólido para que la parlamentaria del Senado diga sí a las disposiciones de inmigración”.
Los líderes demócratas esperan aprobar dicha regla el lunes por la noche para debatir la medida presupuestaria, el proyecto de ley de infraestructura y un proyecto de ley de derechos de voto no relacionado, con las votaciones finales programadas para el martes.
Por su parte, la líder de la cámara baja, Nancy Pelosi y decenas de demócratas progresistas defienden que la votación sobre infraestructura ocurrirá sólo después de que el Senado apruebe un proyecto de ley ambicioso que incluye entre otras medidas financiamiento para preescolar universal, dos años de colegio comunitario gratuito, licencia familiar pagada, apoyo federal para el cuidado infantil y cuidado de ancianos, una expansión de Medicare, así como un amplio esfuerzo para convertir la economía de combustibles fósiles en una basada en energía limpia y renovable
Los líderes demócratas dicen que la clave para resolver las disputas es unirse en torno a la agenda del presidente, que si bien se identifica con el ala moderada de su partido, es más cerca al ala progresista demócrata, dicen expertos. “La moratoria de desalojo, la extensión de la moratoria de la deuda estudiantil tendrían que suceder, y sucederán”, dijo la prensa la representante demócrata de Minnesota, Ilhan Omar, jefa de votación del Caucus Progresista de la Cámara de Representantes■