Dividida Corte Suprema ventila caso que impugna subsidios de salud
Por: Samuel Orozco
La Suprema Corte de Justicia de la nación escuchó esta semana los argumentos en el litigio King vs Burwell, el tercer gran desafío legal contra la Ley de Salud Costeable (ACA). En juego está la cobertura de unos 7.5 millones de derechohabientes que compraron póliza de seguro a través de HealthCare.gov y que podrían perder el subsidio que ahora les permite sufragar el gasto mensual de la prima del seguro.
Según el demandante David King y los abogados conservadores que lo representan, la lectura estricta del texto estatutario de la ley indica que sólo aquellos consumidores que compraron seguro por medio de los mercados de intercambio estatales tienen derecho a subsidio. Y son sólo 16 los estados que han establecido Mercado propio. Esto dejaría afuera a los consumidores de la gran mayoría de los estados, bajo gobierno republicano, que prefirieron que el gobierno federal se hiciera cargo de las inscripciones.
Los abogados de la administración Obama, que defienden la ley, dicen que las cuatro palabras de la discordia (“establecido por el estado”) fue algo que se le pasó por alto a los redactores de la ley. Que lo que cuenta es la intención de los legisladores y la intención fue muy clara: hacer el seguro medico asequible a toda la nación.
Si los ministros de justicia toman partido con los demandantes y deciden echar abajo los subsidios, sería muy probable que la ley en su conjunto entrara en una espiral descendente y se desplomara, ya que para la mayoría de los derechohabientes que reciben subsidios los precios de las pólizas serían inalcanzables. Algunos llaman a esto la “espiral de la muerte” y el análisis va así: si se derogan los subsidios, muchos derechohabientes se darían de baja; los únicos que se quedarían comprando el seguro serían los más enfermos; ante este inevitable aumento de los costos hospitalarios, las aseguradoras subirían el precio de sus primas y esto a su vez lo haría más prohibitivo para el resto de la población; al bajar la cantidad de consumidores, algunas compañías aseguradoras cerrarían sus puertas y se irían a otro lado. Así pues, los subsidios en la forma de créditos fiscales son un puntal de la ley de salud, y su abolición, previsiblemente, conduciría a un desastre.
El tribunal supremo tiene programado un fallo en junio o en julio próximo.
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