Disparar a las piernas de los migrantes y construir un foso lleno de cocodrilos, la más nueva política de migración de Trump

De la redacción

Uno pensaría que hoy en día las políticas de inmigración debieran ser sensatas y no caprichosas o aberrantes. Y sin embargo Estados Unidos, una de las más poderosas potencias mundiales cuenta con una política de migración cruel, que viola los derechos humanos. “A menudo el presidente ha hablado de fortificar un muro fronterizo con una fosa llena de agua, repleta de serpientes o caimanes”, dijo bajo condición de anonimato durante una de esas reuniones en marzo, uno de los asesores del presidente por tratarse de un tema sensible.

Hoy Trascendió que en una reunión en marzo pasado en la Oficina Oval de la Casa Blanca, que se había planeado para 30 minutos y “se extendió a más de dos horas mientras el equipo de Trump intentaba desesperadamente aplacarlo”, dice un reporte del New York Times. El reporte está basado en una serie de entrevistas con más de una docena de funcionarios de la Casa Blanca y la administración federal, directamente involucrados en los eventos de esa semana en marzo. La fuente señala que concedió el anonimato a los entrevistados para que pudieran abordar conversaciones delicadas con el presidente y los altos funcionarios del gobierno.

Como suelen ser en esas reuniones cuando se trata el tema de la migración, “el presidente se hallaba enfurecido por la situación con los migrantes”. En la reunión de marras, se dijo, se tenía que llegar a una solución y pronto. Ante el asombro de los asesores de la Casa Blanca, que escuchaban en silencio, “se les ordenó cerrar todas las 2 mil millas de la frontera con México al día siguiente al mediodía”.

Alarmados, los referidos asesores en la Oficina Oval, “temieron que el edicto del presidente atrapara a los turistas estadunidenses en México, dejara a los niños en las escuelas a ambos lados de la frontera y creara una crisis económica en los dos países”.

Como se sabe, desde principios de su incesante campaña por la presidencia de Estados Unidos, a pesar de que ya la ganó en 2016, ha sido público y claro el odio del presidente a la migración de personas de color y pobres. Y como en un proceso de descomposición, las ideas del presidente han ido siendo cada vez más radicales para solucionar el problema de la migración, y han ido tan lejos que han vuelto a la época medioeval.

“A menudo el presidente ha hablado de fortificar un muro fronterizo con una fosa llena de agua, repleta de serpientes o caimanes”, dijo bajo condición de anonimato por tratarse de un tema sensible, uno de los asesores durante una de esas reuniones en marzo.

El presidente “Quería la pared electrificada, con puntas en la parte superior que pudieran perforar la carne humana. Después de sugerir públicamente que los soldados disparan a los migrantes si éstos arrojaban piedras, y de que su personal le dijera que eso era ilegal, el presidente retrocedió”.

A partir de esas reuniones el presidente Trump y sus asesores en inmigración han seguido insistiendo en crueles políticas para disuadir a la migración, como la separación de los niños de sus padres en la frontera y más recientemente en otras partes del país, la carga pública, la pregunta de ciudadanía en el censo, el tercer país seguro, etcétera, que aquí en este espacio informativo hemos reportado amplia y oportunamente.

Con todo, “más tarde en una reunión, recordaron los ayudantes, Trump sugirió que dispararan a los migrantes en las piernas, para frenar su velocidad. ‘Eso tampoco está permitido’, le dijeron”.

Thomas D. Homan, quien se había desempeñado como director interino de Inmigración y Control de Aduanas de Trump, recordando esa semana en marzo dijo que “el presidente estaba frustrado, y creo que se tomó ese momento para presionar el botón de reinicio (reboot)… quería que se arreglaran las cosas rápidamente».

La orden de cerrar la frontera desató “una frenética semana de furias presidenciales, pánico del personal las 24 horas y mucha más confusión en la Casa Blanca de lo que se acostumbraba hasta ese momento”, señala la fuente. Al final de la semana, el presidente había retirado su amenaza, pero “había tomado represalias y amenazado con iniciar una purga de los ayudantes que habían tratado de contenerlo… Tengo poder absoluto para cerrar la frontera», habría dicho Trump en una entrevista este verano con el Times.

Por su parte, Ali Noorani, Director Ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración, respondió en un comunicado a los incendiarios comentarios del presidente sobre la seguridad fronteriza:

“Las grotescas propuestas del presidente Trump, como se informó, para ‘disparar a los migrantes en las piernas para frenarlos’, y construir un muro fronterizo ‘con una trinchera llena de agua, repleta de serpientes o caimanes’, muestran que nuestro presidente no tiene una comprensión efectiva para las soluciones fronterizas, ni respeto por la vida humana de quienes buscan seguridad y oportunidad”.

Agregó: “Proponer medidas fronterizas violentas y draconianas es logísticamente ridículo y moralmente reprensible. A veces, las palabras valen más que mil imágenes»■

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