Cientos de miles de mujeres por todo el país celebraron esta semana Un Día Sin Mujeres, una jornada de paros laborales y boicot al consumo para reavivar la lucha de la mujer contra la discriminación y por la igualdad. Durante las megamarchas de la mujer en enero, al día siguiente de juramentar Trump como presidente, Los Ángeles fue escenario de una de las más concurridas. Más de 700 mil personas salieron a las calles a manifestarse. Una de las protagonistas de esta histórica megamarcha es la destacada empresaria mexicana que hace treinta años cruzó la frontera ‘sin papeles’. Hoy, naturalizada ciudadana de Estados Unidos la inmigrante figura al frente en esta nueva ebullición de activismo contra las políticas anti-inmigración de Donald Trump. Nuestro corresponsal en Los Ángeles, Rubén Tapia habló con la dirigente cívica durante la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Se escuchan consignas políticas de las mujeres en la manifestación…
Cerca de 3 mil mujeres, hombres y miembros de la comunidad LGBTQ, muchos vistiendo una prenda roja, celebran el Día Internacional de la Mujer con un mitin a un lado de la alcaldía de Los Ángeles.
Siguen las consignas…
Es la segunda movilización que forma parte de una ola de un activismo nacional convocado por las mujeres, disparado por la campaña electoral convertida ahora en la presidencia de Donald Trump. Una de las principales motivadoras locales de esta insurgencia cívica femenil es la exitosa empresaria Emiliana Guereca. Nunca antes se había involucrado en la política, nos cuenta con la voz quebrantada, y cómo un incidente familiar la hizo cambiar de opinión:
“Para nada…, ¡ni activismo ni nada de eso! Yo estaba dedicándome a mis negocios, pero fue en un momento que mi hijo llegó a mi casa y me pregunto: ¿Te van a mandar a México? ¿Por qué? Él no sabe que a la gente se le puede mandar. Él no sabe lo que es ser ‘ilegal’. Sino que el color de nosotros fue lo que le dijeron”
El comentario se lo hizo un compañero de clase. El hijo de Emiliana tiene 7 años, la tez blanca y ojos de color.
“(De ahí) Vino mi indignación, vino mi poder; me hacía juntarme con otras mujeres y decir: ‘Esto no le pude suceder a otro niño, no le puede suceder a otra familia’. Yo sé que no voy a ser deportada pero sé que otros si”
Cuando supo por Facebook de la movilización en Washington (DC) para desafiar al nuevo presidente, no lo pensó dos veces y con un grupo de amigas convocó a una de las 300 movilizaciones hermanas que estremecieron al país. La de los Ángeles, reunió a más de 700 mil personas. Su experiencia empresarial la aplicó a la política y durante casi dos meses de tiempo completo se dedicaron a promover la marcha. Reclutaron a más de 150 voluntarias. Pero Emiliana, cuyo nombre se lo puso su mama en honor al caudillo mexicano, Emilano Zapata, tuvo una motivación adicional.
“Yo no quería que las mujeres mexicanas se quedaran atrás, yo no quería que no se escuchara la voz de ellas”
El drama migratorio lo conoce muy bien Emiliana. Nació en San José de Morillitos –La Perla, un diminuto pueblo del estado mexicano de Durango. Creció en Chicago, ciudad a donde sus padres, campesinos pobres, la internaron sin documentos cuando tenía 3 años de edad junto a 6 hermanos más.
“Yo crecí cuando habían redadas. Yo no sabía porque llegaban por la gente”
La familia de Emiliana logró regularizar su situación migratoria con la amnistía del 86 y después se hicieron ciudadanos. Se vino a California a seguir estudiando y se graduó de comunicaciones de la Universidad de California en Los Ángeles, UCLA, y tiene dos hijos y está casada con un judío cuya familia huyó de la Alemania nazi. Mientras cuente con el apoyo familiar Emiliana está dispuesta a continuar con su nueva pasión:
“Para continuar el movimiento que se inició con la marcha de mujeres en enero y para tener derechos iguales a los hombres, para la igualdad”
Por lo pronto ya tiene en mente la siguiente movilización.
“Seguimos en el activismo, yes, el primero de mayo vamos a una huelga”
Se escuchan consignas…