Desempleo, similar a la Gran Depresión. Covid-19, creciendo. Trump, reabriría la economía

Steelhead Diner, cerró cuando el negocio cayó durante el coronavirus. Foto: Shaminder Dulai / Crosscut.

Steelhead Diner, cerró cuando el negocio cayó durante el coronavirus. Foto: Shaminder Dulai / Crosscut.

De la redacción

En la víspera de que el Departamento del Trabajo de a conocer las nuevas cifras del desempleo en Estados Unidos, durante lo que va de esta pandemia de Covid-19, que sigue creciendo en las áreas rurales del país, 3 millones 200 mil trabajadores más reclamaron beneficios por desempleo en la última semana. Y en lo que va de casi dos meses, 33 millones de trabajadores han perdido su empleo; o sea, el 20 por ciento de la fuerza laboral. Se espera que mañana haya nuevas cifras, pero en muchos estados, más de una cuarta parte de la fuerza laboral está desempleada.

Para poner en perspectiva el tema del desempleo y su efecto en la vida social, vale recordar las estadísticas en este rubro durante la Gran Depresión. En esos años 30 del siglo pasado el desempleo se ubicó en el 25%; y la recesión de 1983 en el 20% en 30 estados de este país. Ahora, otros 3.2 millones de personas solicitaron beneficios de desempleo por primera vez la semana pasada, lo que constituye la última evidencia de la devastación económica de la pandemia de coronavirus.

En medio de este oscuro panorama, que alarma a todo mundo pues ahora muchos más niños que antes están sufriendo hambre, el presidente Trump alentó a los gobernadores a relajar las reglas de distanciamiento social, a pesar de que la mayoría de los estados no cumplen con las pautas establecidas por la propia Casa Blanca porque los casos que han dado positivo al coronavirus y que han sido documentados siguen creciendo, ahora en el Estados Unidos rural.

No conforme con esto, trascendió por la prensa esta mañana que la administración Trump impidió que se diera a conocer la guía de los departamentos de control de enfermedades e infecciones, los CDC; prohibió la publicación de un conjunto de reglas y pasos, de documentos detallados para brindar a los líderes locales consejos paso a paso para reabrir sus respectivas comunidades.

El panorama económico actual es, en una palabra, sombrío. Incluso a largo plazo, muchos economistas advierten que el panorama está lejos de ser prometedor, y que el rápido repunte que el presidente Trump predice difícilmente podría llegar a ser real.

Se ha repetido hasta el cansancio en las últimas semanas que el país atraviesa por la peor crisis de salud pública en generaciones, una coyuntura que sin emabrgo el presidente Trump aprovechó para auto declararse “presidente en tiempos de guerra”, apropiándose de poderes extraordinarios que le permitirían evadir el control del Congreso y del resto del gobierno y la sociedad.

No obstante, la despiadada guerra del Covid-19 no parece haber terminado. Se espera que posiblemente volverá, y tal vez con mayor virulencia en el otoño, de la mano de la gripe estacional. Será doble la embestida. Para entonces, habrá que contar con una infraestructura en el sector salud diferente a la que había cuando empezó esta crisis en a fines de febrero. Es decir, que por no prevenir cuando había tiempo, o quizás por falta de liderazgo nacional el país casi alcanza hoy los 75 mil muertos por la pandemia, rebasando en apenas 8 semanas el número de soldados y civiles que murieron durante una década o más en la guerra de Vietnam (65-70 mil oficialmente).

Es preciso señalar que fuera de Nueva York, donde en la última semana han comenzado a disminuir las hospitalizaciones, el ingreso a las unidades de cuidados intensivos y hasta las muertes, aunque éstas siguen contándose en cientos, la pandemia de coronavirus en Estados Unidos sigue creciendo. No está de ninguna manera retrocediendo, y ahora se esparce en las zonas rurales, donde se creía que por haber más espacio era más difícil su propagación. Como hemos dicho aquí, en la industria procesadora de carnes, en las prisiones y en el centros de cuidado a largo plazo o asilos de ancianos ahora se centra este problema.

En tanto, las últimas estimaciones de muertos han aumentado más del doble de lo que Trump predijo hace apenas unas semanas. Y las encuestas muestran que el público no está listo para restaurar la vida normal. 76% de los estadunidenses encuestados opinan que Estados Unidos no está  listo para reabrir la ecnomía.

Sin embargo, dado que el virus aún se está propagando y no hay vacunas disponibles hasta el próximo año, el presidente ha decidido que para que la vida se reanude para muchos, algunos pueden morir, reporta hoy The New York Times.

«Esperemos que ese no sea el caso», dijo Trump el miércoles cuando se le preguntó si las muertes aumentarían como resultado de la reapertura, pero rápidamente agregó: «Bien podría ser el caso».

El peligro que enfrentan los restaurantes plantea una amenaza especial para las ciudades pequeñas y los pueblos grandes, donde una cultura alimentaria robusta juega un papel descomunal en la economía.

La cancelación de vuelos en las aerolíneas comerciales, la baja en la producción agrícola y los cierres de restaurantes en el país han dañado las economías urbanas y suburbanas sin que haya un cálculo total de etas cifras porque siguen creciendo.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, de los 701 mil empleos no agrícolas que se han perdido en el país hasta marzo, en lo que va de la pandemia, casi el 60% provino de la cadena de suministro y servicios de alimentos, así como de los lugares para beber■

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