Desempleo por la pandemia golpea a los trabajadores de menores ingresos

Marco Vinicio González

Por el lado económico de la crisis del coronavirus, 10 meses después de su aparición los trabajadores que menos ganan siguen llevando la mayor carga, como en la pérdida de empleos y  del derecho a licencia por enfermedad y familiar pagada; para decenas de millones de trabajadores a finales del  año, luego de que el Congreso no extendiera los beneficios de ayuda del acuerdo bipartita alcanzado en diciembre.

Aunque las ventas de vivienda han subido 26 por ciento comparado con el nivel de hace un año, adquiridas por personas con recursos que pueden trabajar desde casa y buscan mayor espacio, lgunos economistas no ven un futuro promisorio. A su vez, esa tendencia ha fortalecido sin embargo a los empleos de altos ingresos en la banca, los seguros y los bienes raíz.

En diciembre, por ejemplo, Estados Unidos perdió empleos por primera vez desde abril. Pero los despidos se concentraron grandemente en las mujeres, en las industrias que han sufrido más porque incluyen trabajadores que entran forzosamente en contacto con otras personas. Como en los restaurantes, bares y hoteles, o espacios deportivos y salas de conciertos, ahora cerrados casi todos.

Esos ecnomistas también hacen notar que el confinamiento ha modificado hábitos de consumo y la gente por lo general ha tendido forzosamente a ahorrar, pero afirman que esos empleos en el sector de servicios no regresarán, incluso una vez que se haya estabilizado la economía. “Esta tendencia casi seguramente ampliará aún más las inequidades económicas que han dejado a millones de familias imposibilitadas de comprar comida y pagar el alquiler… Estas diferencias… en pérdidas de empleos entre los trabajadores de altos y bajos ingresos son casi sin precedentes en las recesiones de Estados Unidos de los últimos 100 años”, dijeron a CNN.

Por su parte, un estudio reciente de Brad Hershbein, economista de Upjohn Institute for Employment Research, y Harry Holzer, otro economista de la Universidad Georgetown, sostienen que las pérdidas de empleos “definitivamente han estado grandemente concentradas en ciertas industrias, mucho más que en las recesiones previas”.

Y es que el gobierno federal reportó el viernes un panorama lúgubre en cuanto a la pérdida de empleos. La economía, dice, perdió 140 mil empleos, ¡todos ellos de mujeres! principalmente negras y latinas, en las industrias de restaurantes, sometida a nuevas y más estrictas regulaciones; en tiendas de autoservicio y hoteles.

Fue el sexto mes consecutivo en que las contrataciones bajaron respecto al mes previo. Aunque no todas. La construcción por ejemplo ganó 51 mil empleos; los servicios financieros ganaron 12 mil. El transporte –aéreo y terrestre- y las ventas por Internet, así como los servicios de reparto en medio de la pandemia ganaron casi 47 mil puestos de trabajo, sostiene la fuente.

Por otro lado, en diciembre la industria de hospitales en Nueva York perdió 500 mil empleos, 60% de los cuales correspondieron a las mujeres según la revista Fortune. Y es que para la mayoría de ellas en estos empleos mal pagados, trabajar en casa es aún peor, pues tienen que lidiar con el cuidado de los hijos porque con los bajos ingresos no pueden pagar por alguien que se los cuide, y sin ayuda de desemple por lo general terminan obligadas a dejar el trabajo.

Por su parte California suspendió el pago de 1.4 millones de reclamos de beneficios por desempleo, al sospechar que habría solicitudes fraudulentas, mientras tenía las “líneas telefónicas atascadas, fallas en las computadoras y problemas operativos que dejaron a cientos de miles de californianos frustrados y sin ayuda financiera, muchos durante meses”, dijo a Los Angeles Times el Departamento de Desarrollo del Empleo (EDD), del gobierno estatal de California.

“Los legisladores estatales dicen que sus oficinas se han visto inundadas de llamadas desesperadas de electores que no entienden por qué el EDD les ha cortado los beneficios por desempleo”.

A nivel nacional, alrededor de 30 millones de trabajadores del sector privado no tenían licencia por enfermedad remunerada antes de la pandemia; pero la Ley CARES, abandonada desde mayo en el escritorio del  todavía líder republicano del Senado, les garantizaba a muchos de ellos dos semanas de pago con su salario completo si contraían el Covid-19 o estaban esperando resultados de las pruebas y en cuarentena.

A ellos, se les ofrecieron créditos fiscales para ayudar a compensar a los empleadores por los gastos de su nómina. El gobierno también garantizó 10 semanas adicionales de licencia familiar remunerada -a dos tercios del pago regular-, a quienes se quedaran en casa con niños cuyas escuelas estuvieran cerradas.

El presidente electo, Joe Biden ha señalado que la licencia por enfermedad con goce de sueldo “es una herramienta fundamental para detener la propagación del virus”. Un estudio encontró que el beneficio ofrecido en marzo resultó en aproximadamente 400 casos de coronavirus menos diariamente por estado.

Los líderes demócratas en el Congreso, que tomarán el control de ambas cámaras y la Casa Blanca, encabezan un esfuerzo para aprobar otro paquete de ayuda económica este año, que además de un pago directo de 2 mil dólares podría restablecer los beneficios pagados de licencia familiar y por enfermedad. De hecho, Incluso antes de la pandemia la senadora de Washington, Patty Murray y la representante también demócrata por Connecticut, Rosa DeLauro, habían propuesto que algunas licencias federales pagadas fueran permanentes, concluye el L.A. Times

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