De la redacción
En el terreno de las deportaciones surge una nueva contradicción de parte de la administración Trump, que dice “hipócritamente” estar tan preocupada por la presencia de “criminales” en suelo estadunidense, cuando el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) se niega a deportar al último criminal de guerra de que se tenga noticia, conocido como, «The Nazi Next Door» (el Nazi de al lado), que reside en Queens, Nueva York, dice un informe de The Daily Beast.
De acuerdo con el periódico The Daily Beast, Jakiw Palij, un guardia del campo de exterminio del Holocausto, durante la Segunda Guerra Mundial, ahora de 92 años de edad, ha sido acusado de asesinar a unas 600 personas de la religión judía en el campo de concentración Trawniki, en la Polonia ocupada por los alemanes nazis (SS). Aun así permanece y se desplaza libremente por las calles de Nueva York, “luego de haber sido despojado de la ciudadanía estadunidense, que obtuvo de manera ilegal, y de haber sido deportado -oficialmente- hace más de doce años”, dice la fuente.
El martes dicho periódico publicó en su portada fotografías de una nutrida manifestación de judíos el día previo, afuera de la casa del nazi Palij en Queens; y acusaron su presencia en este país como “una afrenta a la justicia y a la historia”.
Entre tanto, como es sabido de sobra, la administración Trump persigue infatigable y hasta cruelmente a los inmigrantes indocumentados sin antecedentes penales.
Palij habría ingresado ilegalmente a Estados Unidos en 1949, en el mayor anonimato, y posteriormente obtuvo de alguna manera su ciudadanía. Pero en 2004 un juez federal se la retiró, y el excarcelero firmaría una declaración jurada confirmando su servicio a los Nazis. Desde ese momento, dice la fuente, se ordenó su deportación.
Cuestionado por la fuente acerca de por qué no ha sido deportado Paliji, el servicio de Inmigración y control de Aduanas, ICE le habría dicho que nueve países están actualmente clasificados como “no cooperativos” a la hora de aceptar a sus ciudadanos deportados. Estos países son Birmania, Eritrea, Camboya, Hong Kong, China, Laos, Cuba y Vietnam. Y como se sabe, ni Alemania, ni Polonia –el país con 3 millones de judíos asesinados, o el mayor de la lista- son países que reciban a sus ciudadanos deportados desde Estados Unidos.
ICE añadió en un comunicado que “no puede expulsarlo a menos que tenga documentos de viaje y Alemania tendría que proporcionarlos al gobierno de EEUU para que pueda ser deportado, y eso hasta el momento no ha sucedido”, dice por su parte el perió de Los Ángeles, La Opinión.
Por tal motivo, familiares de las víctimas de los campos de concentración, donde unos 6 millones de judíos fueron asesinados durante el Holocausto, pidieron al fiscal general, Jeff Sessions, “que ponga al carcelero bajo custodia como cualquiera de los miles de indocumentados en EEUU”, y que lo mantenga detenido mientras es deportado. Pero Sessions ignoro tal petición.
La administración Trump, a través del Departamento de Seguridad Nacional y del Departamento de Justicia, “se han hecho el de la vista gorda”, pues seguramente están muy ocupados persiguiendo a inmigrantes latinos, asiáticos y africanos pobres.
Por su parte, otro periódico local de Nueva York, el Daily News publicó que el lunes la Canciller alemana, Ángela Merkel fue honrada en el Museo a la Memoria del Holocausto en Washington, DC., con la presea, Eli Weisel, quien contribuyó ampliamente a la educación sobre este terrible tema.
Y añadió que el presidente Trump ha hablado largamente acerca de las deportaciones de personas que no deben estar en este país. “Él debe poner a Palij como primero en la lista -de las deportaciones-, y si Merkel no quiere recibirlo en Alemania, entonces que lo tiren a Guantánamo”■