Marco Vinicio González
El Departamento de Justicia defiende judicialmente a la Administración de Drogas y Alimentos, FDA, agencia federal demandada por una coalición de médicos y grupos antiaborto representados legalmente por el abogado Erik Baptist. El litigio pugna para que se retire la aprobación federal de la píldora abortiva, Mifepristona, por carecer, dicen los demandantes, de pruebas científicas conclusivas que garanticen lo inofensivo de dicha píldora para la salud.
En el litigio el juez Matthew J. Kacsmaryk, del Distrito Norte de Texas, en el poblado de Amarillo, fue designado por Donald Trump. En la audiencia, pareció inclinarse en favor de los demandantes, que buscan revocar en el estado la aprobación de la FDA de una píldora abortiva de uso generalizado. Sobre todo tras la reciente decisión de la Corte Suprema que derogó la ley Roe v Wade.
La píldora en cuestión ha sido usada durante muchos años sin complicaciones para la salud de millones de mujeres en Estados Unidos, por lo que un fallo favorable a los demandantes afectaría no solamente a las mujeres en Texas sino extender su alcance a todo el país.
Opositores a la demanda que parece apoyar el juez Kacsmaryk, quien en el pasado ha fallado en contra del derecho al aborto y otros temas relacionados con los derechos de la mujer, estiman que por ética el referido juez debería recusarse o apartarse de dicho litigio.
Kacsmaryk cuestionó públicamente a los abogados por primera vez el miércoles. La audiencia incluyó una amplia discusión sobre si los demandantes contra el aborto tenían la capacidad legal para demandar al gobierno y qué tipo de poder tendría el fallo que pudiera emitir el juez.
Éste dijo que decidiría “lo antes posible” si emite una orden judicial preliminar que podría, “al menos sacar temporalmente del mercado la píldora Mifepristona”. No obstante el juez “parecía muy consciente de la naturaleza sin precedentes del caso… un tribunal nunca había ordenado al gobierno federal que retirara la aprobación de un medicamento que había estado disponible legalmente durante años”.
Expertos legales afirman que un fallo favorable a la demanda «tendrá implicaciones muy significativas para el proceso de aprobación de medicamentos en este país, tal y como lo conocemos», dice Axios.
Lorie Chaiten, abogada principal de la Unión de Libertades Civiles, ACLU, cuestionó el mes pasado, según la fuente, “que un solo juez sentado en Amarillo, Texas, pueda definir la política oficial de aprobación de medicamentos y la política de aborto para todo el país».
La Fundación de la Familia Kaiser señaló por su parte los peligros que contiene dicha demanda, porque «los fabricantes pueden mostrarse reacios a lanzar al mercado ciertos medicamentos o tratamientos nuevos si les preocupa que un fallo judicial pueda bloquear la aprobación del medicamento en el futuro».
En un momento de la audiencia el juez Kacsmaryk preguntó a un abogado del Departamento de Justicia si el hecho de que 22 estados conservadores hubieran emitido un escrito apoyando el caso de los demandantes demostraba que “revocar la píldora abortiva sería beneficioso para la política pública”.
A lo que la abogada Julie Straus Harris respondió según la fuente: “Una orden judicial aquí interferiría con todos los estados del país”, lo que significaría que “podría dificultar el acceso al aborto incluso en casos de embarazos no viables y violación”.
Por su parte la organización de defensa de los derechos de las mujeres, Our movement is #BiggerThanRoe, un movimiento liderado por mujeres que “brinda educación interseccional sobre una amplia gama de temas para que nuevos activistas y organizadores de base participen en sus comunidades locales a través de capacitaciones, programas de divulgación y eventos diversos, dice que preparan una gran marcha.
La Marcha de las Mujeres busca “aprovechar el poder político de diversas mujeres y sus comunidades a fin de crear un cambio social transformador”, que está comprometido, dice, con “el desmantelamiento de los sistemas de opresión a través de la resistencia noviolenta y la construcción de estructuras inclusivas, guiadas por la autodeterminación, la dignidad y el respeto».
Y sostienen que «No vamos con suavidad. Estamos llevando nuestra lucha a los estados y avisando a todos los políticos: si vienes por nuestras familias, nuestras libertades o nuestro futuro, vamos por tu asiento. Nuestro movimiento, #BiggerThanRoe, es fuerte y está creciendo”.
Incluso si los demandantes y el juez se salen con la suya, llevarán este pleito hasta la Suprema Corte, advierten, donde sin embargo gobierna una mayoría derechista, precisamente la que hace poco derogó Roe•