Gobernador declara zona de desastre en California, hay apagones para millones de usuarios

De la redacción

Como anunciamos oportunamente en este mismo espacio, el incendio masivo de Kincade, en el norte de California continuó su marcha imparable hacia el suroeste por el condado de Sonoma y otros numerosos incendios estallaron en todo el estado y al sur de la frontera. Los residentes de los alrededores presenciaban con horror la repetición de los incendios forestales del año anterior. Y muchos huyeron de sus casas en medio de la oscuridad de la noche y de los vientos que aullaban tras los apagones que Pacific Gas & Electric Co. ordenó para evitar más pérdidas materiales y humanas.

Más de 2 millones de personas en en el norte de California se quedaron sin electricidad, mientras los albergues habilitados por órdenes del gobernador, Gavin Newsom, quien ordenó estado de emergencia, se llenaron al máximo sin que los refugiados supieran cuándo se les permitiría regresar a sus hogares, a sus trabajos o a sus escuelas. Los más vulnerables, entre quienes se encuentran los jóvenes, los viejos y los enfermos se hallan en estado de constante estrés, reporta Los Angeles Times.

Paralelamente, azuzado por los vientos de Santa Ana el fuego provocó incendios al sur de la frontera de San Diego, en Tijuana, Rosarito, Tecate y Ensenada, Baja California. Ahí, tres personas habían perdido la vida hasta este sábado, dos se hallaban desaparecidas y una herida de gravedad, dice la prensa mexicana. Además, unas 250 viviendas habían sido destruidas hasta entonces, y 100 fueron declaradas con pérdida total; las escuelas en todos los niveles educativos suspendieron clases y la carretera Escénica, que baja desde Tijuana hasta Ensenada estuvo cerrada por más de 12 horas.

Entre tanto, el fuego no fue el único peligro para los residentes del norte y centro de California, pues Pacific Gas & Electric Co. amplió sus cortes de energía en todo el norte del estado dejando intermitentemente a oscuras a casi 2 millones de usuarios ayer domingo, un hecho sin precedentes en la historia del estado, dice la fuente, señalando que los afectados “pasaron cinco días sin energía eléctrica debido a la política de seguridad intencional de una empresa de servicios públicos”. Pues la interrupción masiva del servicio “fue para evitar que más incendios forestales como el incendio masivo de Kincade en el condado de Sonoma entraran en erupción a medida que los vientos aúllaban en toda la región”.

El cierre de PG&E comenzría por fases el viernes por la tarde, y el domingo por la noche la empresa de servicios públicos había reducido la corriente a 940 mil hogares y negocios, afectando posteriormente a más de 2 millones de personas, “con una fase más en los condados de Fresno y Madera, y desde Bakersfield hasta Eureka, en un esfuerzo por evitar que sus líneas eléctricas provocaran nuevos incendios con las ráfagas de de vientos huracanados, dijeron las autoridades.

Desde la bahía de San Francisco hasta Clearlake, en las colinas al norte del valle de Napa, “los equipos de bomberos se apresuraron a vencer las llamas renovadas antes de que se salieran de control, mientras luchaban para evitar el gigante incendio de Kincade, de 5 días de duración, que corría hacia el sur, amenazando a Windsor y Santa Rosa, cuyos residentes evacuaron en la oscuridad el domingo por la mañana usando linternas y teléfonos celulares para iluminar el camino”. Esos mismos residentes se recuperaban aun del incendio de Tubbs, “que devastó partes de la ciudad y mató a 22 personas hace dos años este mes”.

La empresa de servicios públicos dijo que podría tomar hasta el miércoles inspeccionar las líneas del suministro eléctrico afectadas, y que dichas revisiones se harían a pie, en helicóptero y con drones, a fin de restablecer la energía a sus clientes lo antes posible. Al mismo tiempo, funcionarios de PG&E advirtieron que “una nueva ronda de vientos de Diablo el martes podría prolongar los apagones y provocar otros nuevos… Asegúrense de estar preparados para que su electricidad no regrese», posiblemente hasta el siguiente fin de semana, dijo al L.A. Times Andy Vesey, director ejecutivo y presidente de PG&E.

El gobernador Gavin Newsom declaró una emergencia estatal mientras recorría el condado de Sonoma, donde casi 200 mil personas tuvieron que evacuar este fin de semana. Visitó tres refugios en Petaluma, incluido uno donde se alojaron tres docenas de pacientes de un centro de enfermería especializada que se dedica al cuidado de enfermos con demencia.

«Al verlos en catres en refugios temporales, realmente impacta el lado humano de esto y la enormidad de la tarea de 180 mil personas siendo evacuadas», dijo Newsom en una entrevista con el Times. «La cuestión de estos vientos sigue siendo el comodín, pero la buena noticia es que creemos que hemos superado el pico y para el lunes 11 (de noviembre) deberíamos estar en una condición de viento muy diferente».

Los incendios brotan indistintamente según la dirección de los vientos. Esta madrugada por ejemplo, dice la fuente, “en el vecindario de Coffey Park de Santa Rosa, la última vez que algunos residentes escaparon del fuego vivieron con la incertidumbre y apenas con muy poca ropa. Pero en estos incendios la gente estaba un poco más preparada con las advertencias.

“Cerca de allí, Daniel Bárcenas, sus dos hermanos y su abuela de 80 años todavía estaban en su casa antes del amanecer del domingo. Habían perdido dos casas en el último incendio. Vivían en Coffey Park en un alquiler con su abuela y acababan de comprar una casa cercana”, señala el Times.

«El día antes del incendio la acabábamos de pintar», dijo. Ahora es sólo un terreno baldío. Habían comprado esta tercera casa, que una vez más se enfrenta al peligro de la destrucción”.

«Es como haber sido sobrevivient del Titanic y tener que pasar por todo esto de nuevo», deploró■

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