De la redacción
La evidencia de la intensidad del fuego estaba en todas partes. Las ruedas de aluminio de los coches se derritieron y goteaban por los caminos de entrada como pequeños ríos de mercurio antes de endurecerse. Un montón de botellas se unieron en un enredo tan contorsionado que parecía un Picasso. Los contenedores de basura plásticos se redujeron a manchas simples en el pavimento: NYT.
Ahora toca al fuego manifestar su fuerza destructiva, esta vez en el norte de California, con una serie de incendios forestales avivados y extendidos por los fuertes vientos que azotaron ayer esa región, conocida por su gran producción vinícola. La tragedia ha dejado al momento al menos 10 muertos, y destruido unas mil 500 casas, edificios y negocios, al tiempo que las autoridades evacuaron a unas 20 mil personas de sus hogares, amenazados por la destrucción del fuego voraz, que fueron alojadas en albergues improvisados. Los bomberos luchaban por lo menos contra 15 incendios en ocho condados. Las llamas están entre las más destructivas en la historia del estado.
El gobernador de California, Jerry Brown declaró como estado de emergencia a Napa y Sonoma, las zona más devastada por los incontrolables incendios, y se impuso un toque de queda. Hasta la noche de ayer más de 100 mil personas se encontraban sin servicio de gas, agua ni electricidad, particularmente en Napa y Sonoma. Molly Rattigan, portavoz del condado de Napa declaró a los medios que fue precisamente en Napa donde durante la madrugada del lunes se registraron tres grandes incendios y varios de menor envergadura.
Línea Abierta entrevistó este mismo lunes a Ricardo Ibarra, editor del periódico La Prensa Sonoma, en Santa Rosa, California, quien fue evacuado él mismo también de su hogar en horas de la madrugada del lunes, donde las llamas amenazaban ya y el humo se extendía de manera peligrosa para la salud.
Ibarra describió a Samuel Orozco, Director de Noticias de Radio Bilingüe, los pormenores de la masiva evacuación, y el horroroso y amenazante panorama que se presentaba ante sus ojos en los primeros momentos. También habló de las respuestas que tomaron las autoridades, de los límites de los bomberos locales y la tardanza de los aviones que irrigan substancias antincendios desde el aire, por las dificultades de maniobra dada la densidad del humo que se elevaba de tanta destrucción, que hasta el momento de esta plática el fuego llevaba devastadas unas 50 mil acres.
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Además, en Santa Rosa el fuego destruyó un hotel de la cadena Hilton, y aplanó literalmente Journey’s End, asiento de una comunidad de personas jubiladas; un parque de remolques no muy lejos de la autopista que atraviesa la ciudad. La mayoría de los remolques fueron destruidos, dejando un campo de desechos ardiendo de electrodomésticos, archivadores y de los efectos personales carbonizados de más de 100 residentes. Piezas de ceniza cayeron como copos de nieve, y un manto de humo blanco a través de la ciudad borró el sol, dice hoy The New York Times.
Janet Upton, subdirectora del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, dijo a la fuente que al menos 15 fuegos separados en toda la región habían destruido, hasta la mañana de hoy mates más de mil 500 hogares y negocios, y quemado cerca de 94 mil acres a partir de la noche del domingo. Al menos 10 personas habían muerto desde el lunes por la noche: siete en el condado de Sonoma, dos en el condado de Napa y una en el condado de Mendocino.
El periódico La Opinión de Los Ángeles comparte una serie de recomendaciones para ponerse a salvo de los perniciosos efectos del humo de los incendios:.
¿Cómo protegerse del humo causado por incendios forestales?