De la redacción
Las elecciones pasadas se hallan en las últimas etapas del conteo extemporáneo de los votos, a pesar de que la elección presidencial ya proyectó al ganador. Sin embargo, el proceso está amenazado por las demandas judiciales para que se efectúe un nuevo conteo de los votos en los estados clave que le dieron la victoria a Joe Biden, por que el presidente Trump se niega a conceder apoyado en su infundado lema del fraude electoral, que incluso algunos republicanos, aunque pocos (Mitt Romney, Lisa Murkowski, Susan Collins and Ben Sasse), se han atrevido a desestimar.
Tomemos como ejemplo Arizona, un estado que con excepción de Bill Clinton en 1996 viene siendo rojo, o republicano desde último triunfo demócrata con Harry S. Truman en 1948. Un aspecto muy importante a resaltar es que en Arizona Biden ganó en muchos recintos con el voto de los latinos y principalmente de los jóvenes.
PeroArizona aún se halla en el último tramo del conteo de una carrera tan cerrada que la Junta Electoral no puede dar un resultado final todavía. Sin embargo el estado ha sido otorgado a Joe Biden.
Con todo, una diferencia tan pequeña entre los ganadores, de 0.5% o menos, le otorga por ley al perdedor la posibilidad de demandar un recuento de los votos, y eso precisamente es lo que está haciendo el perdedor, Donald Trump.
Pero el áreas donde se acumula la mayoría de los votos que faltan por contar es el Condado de Maricopa, con el 60% de los votantes del estado, principalmente asentados en Phoenix, donde Biden ganó en la mayoría de los distritos con una población mayoritariamente latina.
Y aunque los demócratas han ganado esa zona con márgenes más pequeños que en 2016, el apoyo a los republicanos ha caído allí en las últimas elecciones. Vale recordar que en las intermedias de 2018 los votantes apoyaron a la demócrata Kyrsten Sinema en la carrera por el Senado.
Biden ganó en muchos recintos de Arizona con el voto de los jóvenes, sin embargo, las estadísticas del comportamiento de su voto tardarán en salir a la luz pública. También el voto de los indígenas nativoamericanos favoreció a Biden.
Un análisis a vuelo de pájaro sobre el voto de los distintos estados campo de batalla en 2020:
- La Florida. En 2016 Trump ganó con +1.2% y en 2020 con +3.4%. La florida es un campo de batalla que se desplaza más a la derecha. Más de la mitad de sus condados han sido para el presidente Trump, lo que le permitió ganar el estado con un margen que es casi tres veces mayor que hace cuatro años. El voto cubano y venezolano, entre otros de los grupos latinos fue un factor determinante en el triunfo de Trump.
- Georgia. En 2016 Trump lo ganó con el +5.1%, pero en 2020 lo ganó Biden con +0.2%. Esta vez fue una carrera apretada que se redujo a la zona Metro de Atlanta. Joseph Biden mantuvo una estrecha ventaja el domingo, después de ver grandes avances en el apoyo en Atlanta y sus suburbios. El secretario de estado de Georgia dijo que el margen era tan estrecho que los funcionarios realizarían un recuento. Y el recuento va.
- Michigan. En 2016 lo ganó Trump con +0.2%, mientras que en 2020 lo ganó Biden con +2.7%. Los votantes blancos ahí cambiaron a Biden. El aumento de la participación en Detroit y sus suburbios ricos, así como el menor apoyo al presidente Trump entre los votantes de clase media, ayudaron a impulsar la victoria de Biden en Michigan, un campo de batalla del Medio Oeste históricamente demócrata.
- Carolina del Norte. Trump mantuvo rojo ese estado. En 2016 lo ganó con +3.7%, y en 2020 con +1.4%. Una victoria de Carolina del Norte fue fundamental hace una semana para la reelección del presidente Trump, por lo que él estaba luchando por mantenerlo rojo. Aunque la carrera todavía estaba demasiado cerca para convocarla en la noche de las elecciones, los resultados mostraron que muchos condados cambiaron a la derecha, incluidos algunos predominantemente negros y sólidamente demócratas.
- Pensilvania. Biden recuperó el estado. En 2016 Trump lo había ganado con +0.7%, y en 2020 lo ganó Biden con +0.7%. Cuatro días después del día de las elecciones Biden fue declarado ganador en Pensilvania, convirtiéndose así en un estado azul, ya que los condados al este de los Apalaches se desplazaron a la izquierda. El estado, un campo de batalla con 20 votos electorales, fue suficiente para inclinar decisivamente las elecciones a favor de Biden, impulsándolo a la victoria. Hoy se halla en una disputa legal por el recuento de los votos.
- Texas. Ahí los votantes latinos también le dieron la victoria a Trump, quien había ganado ese estado en 2016 con +9.0% y en 2020 con +5.8%. Los cambios demográficos y una reacción violenta suburbana no impidieron que el presidente Trump tomara el estado de la estrella solitaria, aunque lo hizo con un margen menor que en 2016. Incluso cuando las áreas urbanas y suburbanas se movieron en grandes cantidades hacia los demócratas, muchos votantes latinos en el sur del estado abruptamente se salieron de la coalición demócrata.
- Wisconsin. En 2016 ganó Trump con +0.8%, mientras que Biden ganó en 2020 con +0.6%. Las ciudades y los suburbios ayudaron a Biden a cambiar el color de ese estado, de ojo a azul. Biden cambió Wisconsin, un estado que los candidatos presidenciales demócratas habían ganado durante décadas hasta que Trump lo tomó en 2016. La victoria de Biden se debió en parte a la fuerza de los votantes en ciudades y suburbios. Su fuerte cambio a la izquierda contrarrestó a los votantes rurales que continuaron respaldando a Trump■