Ante el clamor de los anti-vacuna y las fuertes campañas de desinformación se abre camino un reclamo cada vez más fuerte: culpar a los opositores a las medidas de salud pública y establecer la vacunación como mandato para preservar la salud de toda la población. Existen antecedentes de la vacuna como “mandato”: contra el polio, la hepatitis, la influenza, el tétanos y la tuberculosis, dicen expertos.
De la redacción
Este lunes muy temprano el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio ordenó que todos los trabajadores municipales sean vacunados contra Covid-19 para cuando las escuelas vuelvan a abrir a mediados de septiembre o se enfrentarán a pruebas de covid semanales. Los funcionarios de California hicieron lo mismo horas después con un mandato similar que cubría a todos los empleados estatales y trabajadores de la salud.
Trascendió que del universo de caos de infección los menores de entre 12 y 29 años de edad ocupan el 20 por ciento. Pero lo peor tal vez, es que esta pandemia crece paralelamente al rechazo a la vacuna, alimentado por la desinformación que se propaga libre y campechanamente en las redes sociales y los medios masivos de comunicación ultraconservadores. Fox News, por ejemplo.
En medio de este panorama, crecen las voces que piensan que ha llegado la hora de imponer la vacuna como mandato, ante la cerrazón de las fuerzas anti-vacuna, que ocupan por cierto el 95 por ciento de las muertes por covid según el Centro para la Prevención y Control de las enfermedades, CDC.
El asunto se complica porque incluso hay personas vacunadas que se están contagiando. Quienes contraen por ejemplo la variante Delta parecen tener muchísima más carga viral y ser más contagiosos durante más tiempo, incluso si son asintomáticos.
Desde el lunes muy temprano el alcalde de Nueva York, Bill Blasio anunció una medida para inducir a la vacuna a los aproximadamente 340 mil trabajadores municipales de la ciudad.
Y los californianos que trabajan para el estado en el cuidado de la salud o en otros entornos de alto riesgo, deberán mostrar pruebas de que han sido completamente vacunados o que se han sometido a pruebas del covid semanales, dijo el gobernador demócrata, Gavin Newsom.
Los ‘entornos de congregación’ incluyen instalaciones residenciales para adultos y personas mayores, refugios para personas sin hogar y cárceles, todos los cuales han luchado para frenar los brotes de COVID-19”, dice Prensa Asociada. La orden afecta a más de 2 millones 250 mil personas. California emplea al menos a 238 mil personas, y alrededor de 2 millones trabajan en el sector de la salud pública y privada.
El estado ha instaurado una política de vacunación que entrará en vigor para los empleados estatales el 2 de agosto. Tienen como plazo para recibir sus vacunas hasta el 9 de agosto, mientras que los empleados en las instalaciones de atención médica tendrán hasta el 23 de agosto.
Frustrados por la perspectiva de un nuevo aumento de casos, hospitalizaciones y de muertes, “muchos estadunidenses culpan a los no vacunados”, dice por su parte The New York Times. Y sin embargo, una postura más dura puede ser contraproducente, advierten algunos expertos.
En el ámbito federal, el Departamento de Asuntos de Veteranos requirió el lunes que 115 mil trabajadores de la salud sean vacunados en los próximos dos meses. Esta es la primera agencia federal en ordenar un mandato.
Según la fuente, “Casi 60 organizaciones médicas importantes, incluidas la Asociación Médica Estadunidense y la Asociación Estadunidense de Enfermeras pidieron el lunes la vacunación obligatoria de todos los trabajadores de la salud”.
Por su parte, una frustrada gobernadora republicana de Alabama, Kay Ivey dijo a la televisión en días recientes que «Es hora de empezar a culpar a las personas no vacunadas, no a la gente normal… Son las personas no vacunadas las que nos defraudan».
Hay pocas dudas de que Estados Unidos ha llegado a un punto de inflexión. Según una base de datos mantenida por The New York Times, “el 57% de los estadunidenses mayores de 12 años están completamente vacunados. Los estadunidenses elegibles están recibiendo 537 mil dosis por día en promedio, una disminución del 84% desde el pico de 3.38 millones diarios a principios de abril”.
Hasta este domingo el país estaba viendo 52 mil nuevos casos diarios, en promedio, o un aumento del 170% con respecto a las dos semanas previas. Las tasas de hospitalización y muerte también están aumentando, aunque no tan rápido, dice la fuente.
Comunidades desde San Francisco hasta Austin, Texas, recomiendan que las personas vacunadas usen máscaras nuevamente en entornos públicos cerrados. Citando la propagación de la variante Delta, los condados de Los Ángeles y St. Louis, Missouri han ordenado mandatos de máscaras para interiores.
Sin embargo, expertos afirman que ningún argumento puede abordar todas las preocupaciones, y que hacer cambiar de opinión a los anti-vacunas es un proceso lento e individualizado. Porque “la vacilación y el rechazo a las vacunas ocurren en todo el espectro político y cultural en Estados Unidos, y por una variedad de razones”.
El creciente resentimiento entre los vacunados bien puede llevar a que el público apoye requisitos más coercitivos, incluidos los mandatos; pero expertos advierten que “las medidas punitivas y el ostracismo social pueden ser contraproducentes, cerrando el diálogo y los esfuerzos de divulgación”.
En tanto, funcionarios electos en varias comunidades del condado de Los Ángeles ya se están negando a hacer cumplir el nuevo mandato de los cubre bocas en interiores■