El sistema de educación pública vive una grave crisis que padecen los estudiantes que aprenden inglés y que a pesar de pasarse largos años en la escuela llegan muchas veces a graduarse sin ser aptos no sólo para el inglés, sino que precisamente por la falta de este idioma enfrentan serias trabas en su aprovechamiento general y no reciben la instrucción adecuada en todas sus materias. En este programa de Línea Abierta transmitido ayer en Radio Bilingüe, se comenta la suerte de pantano en el que permanecen sumidos muchos estudiantes que el sistema ha clasificado como alumnos de largo aprendizaje en el inglés, con consecuencias no sólo en su aprovechamiento académico sino qué -y esto es lo más grave-, con efectos negativos en su autoestima que los marcará cuando adultos y quizás por el resto de su vida.
En este programa de nuestra serie de educación, Diploma en Mano, y como parte de American Graduate -¡Hagamos que sea posible!- una iniciativa de los medios públicos para enfrentar la crisis de deserción escolar, financiada por la Corporación para la Difusión Pública, la conductora de Línea Abierta, Chelis López aborda este problemático tema. Con ayuda de la Dra. Elvira Armas, Directora Asociada del Center for Equity for English Learners, Loyola Marymount University, Los Ángeles, CA (http://soe.lmu.edu/faculty/directory/elviraarmasedd); de la Dra. Cecilia Ríos-Aguilar, Profesora Asociada de Educación, Claremont Graduate University, Claremont, CA (http://www.cgu.edu/pages/9274.asp); y de Franchesca González, Directora del Programa de Educación Equitativo, California Rural Legal Assistance, Oxnard, CA (http://www.crla.org), la conductora de Línea Abierta, López echa un vistazo a las posibles soluciones y recursos institucionales que existen para encarar el problema, y hace patente la necesaria participación los padres en la educación de sus hijos, para sacar todos juntos a estos estudiantes del atolladero.
Y es que algunos activistas echaron a andar recientemente la alarma sobre el gran número de estudiantes que aprenden inglés y qué, a pesar de pasar muchos años en escuelas, al llegar a la edad de su graduación todavía no están clasificados como competentes en el inglés -y aun ni en su propia lengua. De hecho se ha creado incluso una categoría para ellos, denominada Long Term English Learner (LTEL)/Aprendices de Inglés de Largo Plazo, que han pasado seis años o más sin poder avanzar académicamente; porque si bien hablan inglés, su entendimiento y vocabulario no es el suficiente para la comprensión de otras materias, que lo pondrían en el camino del éxito escolar y profesional, dice Chelis López.
El asunto puede remontarse a las primeras etapas de la educación, como el kinder, por ejemplo. Estos pequeños que no saben inglés tienen el 50 por ciento de probabilidades de convertirse en aprendices de inglés de largo plazo cuando pasan a la educación media. La mayoría de los aprendices de inglés en preparatoria son considerados LTEL, para los que sólo pocos distritos escolares satisfacen sus necesidades.
¿Quiénes son y cómo se pasa de ser un simple aprendiz de inglés a un aprendiz de inglés de largo plazo? ¿Cómo es que quedan estancados y qué pueden hacer tanto los estudiantes como sus padres para luchar por una educación de alta calidad?, pregunta López.
La Dr. Cecilia Ríos-Aguilar sostiene que en los últimos dos o tres años las autoridades del ramo comenzaron a entender y a tratar de buscar las causas de por qué muchos estudiantes de largo aprendizaje en el inglés no estaban alcanzando mejores niveles de aprovechamiento académico:
“Entonces se formó esta nueva categoría que se llama Long Term English Learner, específicamente para describir a todos esos muchachos y muchachas que han sido clasificados como LTEL, por lo menos durante seis años”, dice Ríos-Aguilar, y agrega que muchos pasan más tiempo así e incluso algunos nunca han salido de esa categoría, y a veces ni terminan la preparatoria. “Esto significa básicamente que no han aprendido el suficiente inglés para pasar los exámenes que les son requeridos”.
Estos estudiantes se quedan atrapados, continúa Ríos-Aguilar, “porque parte del problema son los criterios que usa el sistema escolar”. Desafortunadamente no hay consistencia en esto, pues cada distrito escolar decide su propio criterio, dice la especialista. “Le voy a poner un ejemplo: En algún distrito escolar de California van a poner atención al ‘escore’ general, vamos a decir 300, 400, 500…, sobre los exámenes de proeficiencia en inglés; pero hay otros requisitos añadidos a eso, por ejemplo unos distritos escolares se enfocan en la calificación obtenida en matemáticas, o en lectura, o en escritura. Además de eso están también las recomendaciones de los profesores, y en otros distritos escolares añaden otros criterios que incluso incluyen tener una conversación con los padres de familia”.
Ríos-Aguilar deplora la falta de consistencia. “No hay ninguna ley que diga que se tienen que clasificar y reclasificar de tal o cual forma. Los distritos escolares en realidad tienen bastante poder para decidir qué es lo que van a usar, y cómo lo van a usar”.
La Dra. Ríos-Agilar afirma que se trata de un serio problema. “Es tan grave, que hoy por hoy sabemos que por lo menos en el estado de California ya se están dando recursos extraordinarios a los distritos escolares para atender mejor a nuestra población; ya se reconoce que el problema es mayor, no es un problema cualquiera que podamos decir: ‘Bueno, son sólo ciertos programas, ciertos distritos escolares. No. Estamos hablando de un problema de mayor importancia, ya que hay incluso mayores recursos destinados a esto a partir de los próximos años”.
La Dra. Elvira Armas, otra de las invitadas al programa confirma la apreciación de Ríos-Agular, sobre lo complejo de este problema. Hace dos años, dice, salió un reporte, ‘Repairable Harm’, de la Dra. Laurie Olsen, donde se estudiaron varios distritos en el estado de California, y de estos distritos el 59% de los alumnos aprendices de inglés cayeron en esa categoría de Long Term English Learner. “E incluso, en uno de tres distritos más del 75% de los alumnos cayeron en esta categoría”.
El problema que describe la Dra. Ríos-Aguilar a cerca de la disparidad de criterios a nivel estatal y de distrito es absolutamente correcto, continúa Armas. “A nivel estatal hay solamente guías que se dan a los distritos; pero el distrito puede entonces interpretar esas guías, y poner las marcas necesarias para la reclasificación de un aprendiz de inglés, y cubrir al mismo tiempo varios criterios. Y cuando incluyen criterios de Artes del lenguaje, basados en normas para alumnos que dominan bien el inglés, algunos distritos tienen como norma caer en la marca más alta de proficiencia y otros distritos en el nivel más básico; entonces esto sí es un problema, porque las normas son diferentes en cada distrito”.
La Dra. Armas dice también que el sistema ha creado este grupo de alumnos. “Estos alumnos vienen a nosotros con destrezas académicas en su lengua natal, y tenemos la oportunidad de proveer para esos alumnos programas bilingües, de mantenimiento bilingüe, programas de inmersión en dos idiomas, además de programas de inversión estructurada en inglés, en las escuelas primarias”. Y cuando se hace esto, poniendo énfasis en el programa escolar primario, Armas sostiene que “no deberíamos estar pasando a tantos alumnos a las escuelas secundarias si todavía están clasificados como LTEL”.
¿Cuáles son las barreras que detienen en este estancamiento a los aprendices de inglés por más de seis años, y cuáles las opciones para salir , pregunta Chelis López.
Dra. Elvira Armas:
“Las opciones existen. Pero no todos los distritos tienen estas opciones, especialmente las que sabemos que dan los mejores resultados para poder lograr un nivel académico en dos idiomas; como los programas bilingües, o los de dos idiomas. La mayoría de los distritos en el estado de California, después de que pasó la proposición 227, no proveían programas bilingües. La mayoría de las veces hemos visto que los alumnos ingresan a programas de inmersión estructurada en inglés. La meta de todos los programas sigue siendo la oportunidad de que alumnos en el programa académico cumplan con los criterios de desempeño, para que alcancen el dominio total en inglés”.
El beneficio que brindan a este propósito por ejemplo los programas bilingües, es que usan la lengua natal, en la cual los padres del estudiante pueden ofrecer apoyo, con la que pueden desarrollar destrezas en lectura…, y todo eso puede ser entonces aplicado al programa en inglés, dice esta experta. Añade que como no se han visto desarrollado estos programas, “esto puede ser uno de los problemas que hemos visto, de no poder realmente usar todas las destrezas con que vienen nuestros alumnos que están aprendiendo inglés como segundo idioma, para alcanzar la meta más alta, que es aprender a leer y a escribir y entonces pueda pasar a su dominio del inglés también”.
La Dra. Armas sostiene que parte de los programas que se pueden ofrecer a los alumnos, también incluye la oportunidad de tener un programa específico en el desarrollo del inglés. “Y esto lo hemos visto en diferentes maneras incorporado en los programas de los distritos, por lo que necesitan tener una atención específica; necesitamos tener capacitación de maestros para poder proveer un programa de calidad que sea articulado en todos los grados, y además que se pueda ver el curso de estudios para cuando los niños pasen a la escuela secundaria, para asegurar que las clases de los programas de inglés sean especializadas para estos alumnos”.
Armas dijo también haber observado que en años recientes se ha reconocido el problema que ha creado el propio sistema, de tener bastantes LTEL’s. “Es que en las escuelas secundarias y en la primaria, en grados cuarto y quinto, necesitamos dar un curso de estudio que pueda contar con un currículum diseñado específicamente para ese grupo de alumnos, significativamente diferente al que hemos impartido en los años pasados”. Esto incluye la oportunidad para que los alumnos puedan estudiar algo que es de su interés, que tengan la oportunidad de practicar, hablar, escribir y leer en inglés, pero usando la lengua natal también, puntualiza la doctora.
Elvira Armas agrega que existen guías estatales para normar dichos criterios, pero muchas veces dejadas sin embargo a la interpretación de los distritos escolares locales, y programas para ayudar a salir del atolladero a los aprendices de inglés de larga duración, que los padres de los estudiantes y estos mismos desconocen.
Por su parte Franchesca Gonzálezseñala que los estudiantes tienen derechos, incluso legales, para reclamar los beneficios que muchas veces el sistema no les otorga, provocando que permanezcan estancados.
“Las buenas noticias es que hay muchas que cosas que pueden hacer los padres. Siempre tiene derecho a estar involucrados significativamente en la educación de sus hijos; tienen derecho a estar siempre informados, tener acceso a los archivos escolares, los expedientes de sus hijos, a hacer preguntas y pedir evaluaciones; de conocer a los maestros y también unirse a los diversos comités de padres que existen a nivel de la escuela y el distrito, y de abogar por sus hijos”.
En relación a estos derechos los padres de los estudiantes tienen también derecho de reunirse, como parte del comité del distrito, que brinda consejería a los aprendices de inglés. “Y es allí donde también pueden hablar con otros padres y otros miembros del comité, para identificar las necesidades específicas de estos estudiantes; cuáles son algunos de los problemas de las escuelas en los distritos, y también pueden sugerir que se desarrollen programas que aseguren que los aprendices de inglés realmente puedan beneficiarse de su educación”. Agrega que también pueden apelar a una decisión del sistema. “Si por ejemplo, si un padre piensa que su hijo debe o puede ser reclasificado, porque ya no es aprendiz del idioma inglés, que ya ha llegado a un nivel de proficiencia en el idioma, para ser reclasificado como fluido y competente en el inglés, un padre puede apelar una decisión que recibe del distrito, para tratar de reclasificarlo”. Es decir, sacarlo del pantano. Y esa es una apelación que se hace directamente con el distrito, señala Franchesca González, después de recibir el aviso de que su hijo sigue siendo clasificado LTEL. “Y también uno puede hacer una queja directamente con el Departamento de Educación Estatal, como una queja uniforme, o también con el Departamento de Educación federal. En varios casos también tienen opción de ejercer una acción judicial”.
Franchesca aconsejóademás sobre la importancia de asesorarse con un abogado si quieren saber más sobre sus derechos, pues los arriba mencionados son sólo algunos de ellos, dice la experta. “Y ahora con la nueva fórmula del gobernador -Jerry Brown-, hay hasta más oportunidades para los padres que se involucran en este asunto. Los distritos horita todos están desarrollando su plan para saber cómo usar los fondos que otorga la nueva ley de educación. Y ellos tienen que especificar cuáles programas van a proveer para los estudiantes de altas necesidades, que incluye a los aprendices del inglés”.
Continúa…