El año pasado se desató una ola de asesinatos de líderes indígenas en Guatemala. Muchos fueron asesinados cuando se resistían a mega proyectos de construcción o al despojo de sus tierras ancestrales. Organizaciones internacionales de derechos humanos han hecho sonar la voz de alarma sin que el gobierno de este país centroamericano tome medidas efectivas. Esto obliga a muchos en las empobrecidas comunidades indígenas a huir a otros lugares del país o a buscar refugio en Estados Unidos. Eso reporta desde la capital de Guatemala, María Martin.
Se escucha sonido de un noticiario…
Una noche del pasado verano el canal Guate Visión comienza su noticiario regional informando sobre el asesinato de Juana Raymundo, de 25 años de edad, una joven indígena activista de derechos humanos en la provincia del Quiché.
“Ella es enfermera auxiliar del área de salud”, dice el padre de Juana.
Dice también que la secuestraron mientras regresaba a casa. Dos noches después, su cuerpo fue encontrado en un río cercano, con señales de tortura.
“Pues bueno, de plano la secuestraron porque de plano la torturaron”
Además de trabajar en salud comunitaria, Juana, la joven líder Ixil–Maya también era muy activa en varios grupos políticos y de derechos humanos. Su muerte no es un incidente aislado. Según la organización, “Washington Office on Latinoamérica” (la Oficina sobre América Latina en Washington), el año pasado 26 activistas indígenas fueron asesinados.
“Guatemala is on the verge of a major human rights catastrophe”
La profesora de la Universidad George Mason, asociada con dicha organización, Jo-Marie Burt afirma que Guatemala está al borde de una catástrofe mayor de derechos humanos; y que los niveles de violencia están muy cerca de los que devastaron a las comunidades indígenas hace tres décadas, durante un sangriento conflicto armado.
“It’s so it’s no surprise that we tens of thousands of guatemalans fleeing the country…”
No es una sorpresa, dice Burt, que decenas de miles de guatemaltecos estén huyendo de la violencia y busquen refugio en Estados Unidos, porque en su país no existen ni garantías ni seguridad.
“Bueno…, muy preocupante las violaciones de derechos humanos en el interior del país…”
Jordan Rodas es el procurador de derechos humanos de Guatemala. Sostiene que el presidente Jimmy Morales y su Secretario de Gobernación rechazaron reunirse con los líderes mayas para discutir el creciente número de asesinatos:
“Se siente uno con profunda indignación por la indiferencia de las autoridades del actual gobierno; porque ha sido como volver también al pasado en esa materia, cuando ya esa época la habíamos superado”
El gobierno no respondió a los múltiples esfuerzos para que nos dieran una entrevista.
La sociedad guatemalteca es profundamente desigual. Los indígenas mayas forman por lo menos el 40 por ciento de la población, pero tienen poca representación política y bajos índices de educación y de acceso a la salud.
Se oye sonido de una movilización callejera…
Y los que tratan de cambiar esa situación, organizaciones campesinas como CODECA, a la que pertenecía Juana Raymundo y muchos de los líderes asesinados, se hallan en riesgo mortal. La antropóloga Irma Alicia Velásquez Nimatuj, dice que Guatemala ha entrado en una nueva etapa de represión:
“Esos asesinatos no son sólo de este año. Yo diría que en los últimos cinco años estamos viendo permanentemente asesinatos… porque el tema fundamental tiene que ver con que los pueblos indígenas están perdiendo los últimos territorios que les quedan…, los cuales están siendo tomados por compañías transnacionales para extraer los recursos que se hallan en el suelo y el subsuelo”
Velásquez dice que la corrupción está muy relacionada con los asesinatos. El gobierno del presidente Jimmy Morales suspendió recientemente una comisión internacional anticorrupción, la llamada CICIG, que lo investigaba a él y a muchos de sus aliados.
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, desde Guatemala, María Martin.
Foto: Jordan Rodas.
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