De la redacción
En 2017 los números de las salidas voluntarias alcanzaron su máximo en siete años -29 mil 818-, lo que muestra “otra manera en que la represión a la inmigración, por parte del gobierno de Trump, tiene un efecto: más personas están considerando abandonar Estados Unidos en lugar de quedarse atrapados en la detención o enfrentarse a una larga batalla legal con pocas esperanzas de éxito”.
La cantidad de inmigrantes que optaron por la salida voluntaria en lugar de ser deportados, se duplicó en 2018 según los nuevos datos del Departamento de Justicia (DOJ), tomados del Transactional Records Access Clearinghouse, de la Universidad de Syracuse, y obtenidos por The Marshall Project.
En la corte de Atlanta por ejemplo, que atiende casos de detenidos del condado de Irwin, las solicitudes para la salida voluntaria se multiplicaron casi siete veces, de 2016 a 2018. Tan sólo en 2017 aumentaron en un 50%, según datos del Departamento de Justicia (DOJ), “debido a que no todos los casos se resuelven durante el año en que se presentan, y los jueces pueden otorgar la salida voluntaria sin una solicitud formal”. De ahí que el total anual de salidas voluntarias “¡haya excedido el número de solicitudes!”. Además, una solicitud de salida voluntaria tiene que ser aprobada por un juez de Inmigración.
El DOJ afirma que el aumento del número de salidas voluntarias, junto con las deportaciones, es señal del «retorno al estado de derecho». El enfoque de la política de Trump sobre la inmigración, sostiene, está funcionando. También muestra cuán laxa se ha hecho la aplicación de la Ley de Inmigración, al “equiparar a los criminales de los que habla Trump, con los padres de familia que “tienen poco o ningún historial criminal: la salida voluntaria sólo está abierta a inmigrantes sin un expediente serio”.
En este contexto, bajo la Ley de Inmigración la salida voluntaria se considera un tipo de privilegio, sostiene la fuente. Si se es deportado, se tiene que esperar años para solicitar una visa y poder volver a ingresar a este país; pero aquellos que se van voluntariamente no tienen la misma espera. “Y no se enfrentan a una pena de prisión grave si se encuentran sin estatus legal”. Además, aquellos que optan por la salida voluntaria, “por lo general tienen que pagar su propio boleto de regreso a casa”. Y es que esos vuelos pueden costar miles de dólares, porque tienen que ser del tipo de boletos especiales que permiten cambiar la fecha en cualquier momento.
Expertos en la materia señalan los siguientes factores como posibles causas del aumento de las salidas voluntarias:
• ICE ha ido cada vez más contra los inmigrantes que no tienen antecedentes penales, aquellos que tienen más probabilidades de calificar para la salida voluntaria.
• Debido a la creciente acumulación de casos de inmigración, los jueces y los abogados del Departamento de Seguridad Nacional pueden sentirse presionados para resolver los casos rápidamente y ofrecer una salida voluntaria en lugar de prolongar varias apelaciones.
Muchos inmigrantes solicitan la salida voluntaria para no tener que esperar al volver a ingresar al país, dijo en correo electrónico a la fuente el portavoz de ICE, Brendan Raedy: «Además, la salida voluntaria generalmente proporciona mucho más tiempo para hacer los arreglos necesarios cuando se les ordena que se retiren”.
Cuando alguien es deportado, «ICE simplemente te deja en la frontera y ahí estás por tu cuenta», dijo por su parte Marty Rosenbluth, abogado que representa a clientes en la Corte de Inmigración del Centro de Detención Stewart, en Georgia. Sus clientes de México, agregó, “están considerando la posibilidad de una salida voluntaria debido al peligro que implica la deportación”.
Alejandra García Zamarrón, quien fue traída a este país cuando niña y ha creado a sus tres hijos estadunidenses durante casi 20 años en Georgia, optó por escoger a salida voluntaria. Fue detenida cuando conducía un auto sin registro, dice la revista Político. Su opción, “fue una sorpresa para su equipo legal… Ella había estado diciendo durante meses y meses: ‘Voy a luchar contra esto'», señaló su abogada, Laura Rivera, del Southern Poverty Law Center. «Esto se refiere a la desesperación de las personas detenidas… Tienen que estar pensando que no hay salida».
Además, antes de regresar a México Zamarrón dijo que estaba motivada por la necesidad de tener más contacto con su familia del que podía tener en detención. Y afirmó que “muchas de las mujeres con las que estuve detenida también estaban considerando la posibilidad de una salida voluntaria… Están cansados de vivir aquí, de lidiar con ICE, lidiar con guardias, lidiar con la injusticia”. Se dan por vencidos, sostuvo la abogada. Prefieren ser deportados que luchar por su caso… «No somos criminales. Simplemente no tenemos opciones», declaró Alejandra Zamarrón■