Las decenas de miles de niños centroamericanos solos que huyen de la violencia en sus países y son detenidos en la frontera de Estados Unidos han desatado oleadas de odio en algunos lugares, como en Murrieta, California, donde un grupo de residentes bloqueó la entrada de los camiones federales en los que viajaban los detenidos. Al mismo tiempo, en respuesta a esto está creciendo un movimiento a favor de los niños. Manuel Ocaño reporta que en el sur de California es mayor el apoyo de los residentes por dar albergue a los menores, comparado a los residentes conservadores que los repudian.
Lo que llaman la batalla en Murrieta comenzó por imprecisiones. El alcalde de esa localidad, Alan Long pensó que los niños centroamericanos en busca de refugio serían procesados en la estación local de la Patrulla Fronteriza, y dejados libes en Murrieta; y advirtió que sería a costa del presupuesto de la ciudad.
Alan Long:
“Esto tendrá un impacto significativo en nuestros recursos”
A Long le apoyó el supervisor del condado de Riverside, Jeff Stone:
Stone:
“Todo es por una ausencia de voluntad política de proteger nuestras fronteras”.
Sino de plausos…
Residentes y miembros de grupos antinmigrantes impidieron el paso a tres camiones que transportaban a 140 niños centroamericanos y las madres de algunos de ellos, gritando consignas y portando pancartas que decían “no nuevos impuestos por nuevos ilegales”.
En respuesta, ha crecido el apoyo a los menores centroamericanos que llegan a la frontera en busca de refugio, huyendo de la violencia en sus lugares de origen.
El activista Enrique Morones, del grupo Ángeles de la Frontera, aclaró que los niños tienen claro temor de regresar a los lugares de donde vienen porque podrían perder la vida.
Morones:
“Lo que pasó en Murrieta o lo que pasó la semana pasada en Escondido no refleja de lo que se trata este país. Estos niños están asustados, si se quedan en sus países los van a matar”
Incluso el actor Demián Bichir pidió desde la barda fronteriza en San Diego que no se politizara el drama de los pequeños.
Bichir:
“El tema de los niños es un tema que le debe preocupar a todo mundo, a propios y a extraños; a la gente que está a favor y en contra de la reforma migratoria. No es un evento político ni es un problema político, es una crisis humanitaria profunda”
En los últimos días en California, la visión hacia los niños tomó un giro decididamente a su favor. La bancada latina de legisladores de California pidió al Presidente que declarara a los niños refugiados, como lo aconseja las Naciones Unidas. Organizaciones comunitarias que a menudo critican el trato de autoridades fronterizas para los migrantes ahora colaboran recaudando ayuda humanitaria que entregan a los agentes de Inmigración y Aduanas, ICE, para que la lleven a los lugares donde se encuentran los menores detenidos.
Daniel Alfaro es del Consorcio de los Derechos de los Inmigrantes en San Diego:
“Pues nuestra posición es que necesitan ayuda; están aquí como refugiados, necesitan ayuda y por eso estamos reuniendo estas donaciones para asegurar que sus necesidades están siendo atendidas”
De hecho la solidaridad comenzó a despertar desde otros lugares, como platica Dulce Aguirre, quien reúne donativos en el barrio latino Sherman Heights:
“A mi me da mucha alegría de cómo la gente ha estado trabajando, y muchas veces hay gente que viene desde Fresno, desde varias horas de camino, solamente a traer cosas hasta aquí; y de cómo ellos mismos organizan sus propias donaciones y ya lo traen todo aquí”
El presidente Obama pidió una partida de casi cuatro mil millones de dólares para poder albergar temporalmente a los niños, y para aumentar la seguridad en la frontera. El presidente también dijo que solicitará medidas para deportar más rápidamente a los menores de edad.
Una residente de San Diego, Bertha Gutiérrez, esta semana reunió a más de cien personas para ir a las oficinas de ICE a pedir que dejen que los niños se queden en este país, en vez de deportarlos.
Bertha:
“Esto es un evento de amor, de compasión, y queremos darle otra cara a la situación de los niños que vienen de otros países, y queremos que ese mensaje sea de amor, de aceptación”
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde San Diego, California, Guión y Foto de Manuel Ocaño