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Por primera vez en 17 años el gobierno federal de Estados Unidos fue cerrado, al negarse los republicanos de la Cámara de Representantes a autorizar el gasto. Un grupo de congresistas ultra conservadores insistieron en condicionar el voto por el presupuesto a cambio de un aplazamiento de la Ley de la Atención Médica Costeable. El presidente Obama y senadores de ambos partidos se rehusaron a negociar la ley de reforma de salud. La crisis política continúa, y el cierre de algunas agencias gubernamentales ha causado el cese de más de 800 mil empleados federales. José López Zamorano tiene el reporte desde la ciudad de Washington.
Se escuchan las votaciones en el pleno del Congreso…
Los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron una tras otra las resoluciones para financiar el gobierno a partir del primero de octubre, sólo a condición de retrasar un año la entrada en vigor de la Ley de Atención Médica Costeable.
Siguen sonidos de las votaciones…
Por su parte, los demócratas del Senado rechazaron las mismas propuestas. Se rehusaron a negociar una sola palabra de la ley de reforma de salud y calificaron a los conservadores de la cámara baja como “extremistas”, empujados por el senador de Texas, Ted Cruz.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid tenía esto que decir sobre el asunto:
“Este es un buen día para los ‘anarquistas’. ¿Por qué? Porque el gobierno está cerrado, el presidente de la Cámara John Boehner y su pandilla de radicales han hecho lo impensable: cerraron el gobierno”
Bajo presión de un puñado de miembros del ultra conservador Partido del Té, Boehner buscó sin éxito posponer por un año el llamado mandato individual, que obliga a las personas a tener seguro médico o pagar una multa de 95 dólares al año. Su argumento: el presidente Obama hizo una excepción similar para las empresas y los sindicatos.
“Mis colegas republicanos y yo creemos que debemos eliminar los recursos a la ley por un año, posponerla por un año… Este es un asunto de ser justos”
El presidente Obama acusó a este grupo de conservadores de montar una “cruzada ideológica y subvertir el proceso democrático al buscar eliminar una ley aprobada por el Congreso, ratificada por la Corte Suprema y respaldada en las elecciones de 2012”.
“Una facción, de un partido, de una rama del gobierno, clausuró granes porciones del gobierno porque no les gustaba una ley”, dijo Obama.
Más de un millón de burócratas tuvieron que trabajar sin goce de sueldo, y 800 empleados federales adicionales tendrán que dejar de trabajar. Sólo los 1.4 millones de soldados en activo recibirán su pago a tiempo, gracias a un edicto presidencial. Siguió su agenda programada la ley de la reforma de salud. Cerca de 3 millones de personas visitaron el primer día la página de Internet del Departamento de Salud, provocando la caída del sistema, según explicó Kathleen Sebelius, Titular del Departamento de Salud:
“Esto muestra cuánta gente está ansiosa de obtener información real y comprar planes de cobertura médoica, saber para cuál califican y hacer una buena elección”
Las encuestas muestran que la crisis política rebajó aún más la popularidad del Congreso, y en particular la de los republicanos. El secretario-tesorero del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio, Eliseo Medina deploró la estrategia política de los conservadores más radicales.
“Estos señores no tienen perdón de Dios, porque lo que están haciendo es una vergüenza; porque no se deben utilizar a los servicios y las necesidades del pueblo en servicio a esta agenda ideológica que sólo beneficia a sus fines partidistas y no al pueblo”, declaró Medina.
El Departamento del Tesoro advirtió que la crisis política podría tener un impacto mayor si no hay un acuerdo para el 17 de octubre, cuando una declaratoria de insolvencia podría afectar la recuperación económica y el empleo.
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, desde Washington, DC, José López Zamorano.
