De la redacción
Este 20 de noviembre culmina en Nueva York una nueva hazaña de la Coalición de Trabajadores de Immokalee, de La Florida (CIW). La campaña ‘Comida Sin Violencia’ que un grupo de mujeres de la coalición movilizó en una gira por el noreste del país durante el verano, y que terminó ayer en la céntrica Park Avenue, frente a las puertas de las principales oficinas del mayor accionista de la corporación hambuergesera, Wendy’s, la tercera más grande de Estados Unidos.
El enfoque de la campaña ‘Cosecha sin Violencia’ no es sólo denunciar el acoso y el asalto sexual contra las mujeres trabajadoras del campo en sus remotos sitios de trabajo, sino también proponer y encontrar soluciones a este agudo flagelo, que por cierto acapara hoy titulares de la prensa en Estados Unidos. Como si se tratara de una epidemia o subcultura de la violencia sexual.
Con una breve marcha un grupo de mujeres de la coalición terminaron los diez días de exhibiciones audiovisuales itinerantes, con un pequeño museo sobre la historia de la lucha de la CIW y sus grandes logros.
Como por ejemplo la de lograr que 14 de las mayores corporaciones de la cadena de suministro en Estados Unidos se comprometieran a comprar las cosechas de tomate -y ahora otros cultivos-, exclusivamente a productores que respetan y defienden un código de conducta laboral estricto, con apego a los derechos humanos de los trabajadores y cero tolerancia a la violencia sexual, contenidos en el Programa de Comida Justa.
El año pasado, dice la CIW, la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo de Estados Unidos destacó al Programa de Comida Justa como un «Mecanismo de rendición de cuentas radicalmente diferente» para prevenir el acoso sexual en el campo, y las Naciones Unidas llamaron al programa «un punto de referencia internacional» para las protecciones de los derechos humanos. A su vez la publicación Harvard Business Review nombró el mes pasado al programa como «una de las historias de impacto social más importantes del siglo pasado».
Entre las corporaciones que firmaron el acuerdo con CIW se hallan los principales competidores de comida rápida de Wendy’s, incluidos McDonald’s y Burger King, así como Yum! Brands, propietaria de las cadenas KFC®, Pizza Hut® y Taco Bell®, líderes mundiales en las categorías de alimentos de pollo, pizza y comida mexicana.
El clima de violencia sexual que se respira en Estados Unidos, revelado ahora con contundencia tras la avalancha de denuncias a poderosas figuras y celebridades del cine, el espectáculo y el entretenimiento o la política y los deportes, no menciona sin embargo lo que ocurre a las mujeres agrícolas que se quedan en la sombra.
Algunos estudios estiman por ejemplo que las mujeres han sufrido acoso o asalto sexual alguna vez en la vida. Que 80 por ciento del acoso y el asalto sexual del país ocurre por ejemplo a las mujeres en los campos agrícolas, mientras que en los campos universitarios la cifra es del 65%. En promedio, una cuarta parte de los casos de acoso y asalto sexual ocurre con las mujeres en el resto de la cadena del suministro de alimentos.
Guadalupe Gonzalo, infatigable trabajadora del campo en Immokalee y organizadora con la CIW viajó con la campaña Cosecha sin Violencia y estuvo presente ayer en la marcha del cierre de la gira, para insistir a Wendy’s que suscriba el Acuerdo de Comida Justa con la coalición y las firmas comerciales de alimentos que ya lo han firmado, entre quienes se hallan también Walmart, Sodexo, Hhole Foods, Subway, Trader Joe’s y Chipotle.
Gonzalo, una mujer de origen guatemalteco con algunos años viviendo en este país, cuenta a Noticiero Latino cómo la coalición, apelando una vez más a los buenos sentimientos de Wendy’s, se llevó un rechazo otra vez porque la corporación, la tercera hamburguesería de Estados Unidos con restaurantes en Latinoamérica, Asia y Europa, volvió a declinar la invitación de la coalición para suscribir el Acuerdo de Comida Justa que durante cuarto año ha venido rechazando.
Escuche:
Paralelamente, las mujeres de la campaña Cosecha sin Violencia mantuvieron charlas y encuentros con sectores juveniles y estudiantiles de universidades en Nueva York, repitiendo una táctica usada durante su exitosa campaña con Taco Bell, donde el 25% de los estudiantes sacó a Wendy’s de las cafeterías de sus universidades. Y no sólo se trata de la reivindicación económica, sino de la dignidad de las mujeres, afirma categórica Guadalupe Gonzalo. Y afirma que se lleva algunas satisfacciones de esta gira, en esta lucha a largo plazo con la campaña Cosecha sin Violencia. “Para que Wendy’s sepa, para que firmen. Porque a ellos lo que les afecta es cuando les estás pegando en el bolsillo. ¡Porque ellos se mueven por dinero!”.
Escuche:
Para Gonzalo, la falta de apoyo de las autoridades mexicanas a la denuncia de violaciones de derechos humanos de los trabajadores, y muchas veces también la falta de organización de estos trabajadores permite a las corporaciones omitir la violencia sexual que se ejerce contra las mujeres en los campos de cultivo o en la cadena del suministro de la comida, una violencia que en México está tan arraigada, dice Gonzalo: “Porque cuando ellos –las trabajadoras- hacen una queja surgen amenazas, y nadie va a reportar por temor los abusos que están sufriendo”. Y como nadie hace cumplir la ley tampoco, los infractores “no sufren consecuencias”; y esto es un caldo de cultivo para la violación y la explotación, sostiene la organizadora.
La respuesta de Wend’y sin embargo ha sido movilizar sus operaciones a los campos de cultivo en México y negarse por cuarto año consecutivo a firmar el acuerdo con los trabajadores de Immokalee. «Estamos muy contentos con la calidad y el sabor de los tomates que compramos en México», dice Wendy’s en un comunicado, cuando existen datos científicos contundentes que documentan la violación a los derechos humanos de los trabajadores en ese país. Guadalupe Gonzalo exhorta a Wendy’s a “respetar los derechos humanos y la dignidad de los trabajadores, así como el derecho –universal- a trabajar en un ambiente sano”.
Escuche:
En un clima de violencia sexual contra las mujeres destapado por la ola de denuncias a figuras públicas y celebridades artísticas o deportivas, del entretenimiento popular televisivo, Guadalupe Gonzalo dice sentirse más tranquila incluso allá en los lejanos campos agrícolas, gracias a los alcances que ha tenido la imposición de un código de conducta laboral que rige en esos campos de tomate y otros cultivos en La Florida y otros estados bajo el Acuerdo de Comida Justa.
Escuche: