Las elecciones legislativas de medio término se acercan y el Senado renovará 33 de los 100 senadores mientras la Cámara de Representantes hará lo propio con los 435 legisladores que actualmente representan a los 50 estados de la nación. Unas encuestas sugieren que los republicanos mantendrán el control de la cámara baja, y pudieran apoderarse también del Senado y otras comienzan a sugerir que los demócratas se quedarían con la cámara alta, pese a la lógica electoral, que históricamente da la ventaja al partido opuesto al inquilino de la Casa Blanca en este tipo de elecciones de medio término.
Mientras la guerra de las encuestas expone sus argumentos y hace sus predicciones en favor o en contra de alguno de los principales partidos, algunas fuerzas o mecanismos internos hacen su trabajo de zapa en favor de sus intereses políticos. Unos de estos sucesos tiene que ver con la ley de Identificación del votante en Texas, que por cierto se acerca al cierre de las audiencias sobre los intentos de restringir el voto, principalmente de las minorías. Otro aspecto a tomar en cuenta en las elecciones es sin duda el de los temas de campaña y los distintos grupos del electorado.
En cuanto al primer asunto hay que mencionar los esfuerzos por hacer más difícil el ejercicio constitucional de votar, que gana terreno en el panorama nacional. La disputa en los tribunales de Texas, sirva de ejemplo, donde una ley que requiere de una identificación con fotografía emitida por el gobierno para poder sufragar es impulsada por la Legislatura y el Senado estatal bajo dominio de los republicanos. Esta leyestá siendo retada en tribunales por los demócratas y los defensores de los derechos civiles de las minorías. Estos se refieren a dicha ley como el último ejemplo de la larga historia de las cargas impuestas injustificadamente a las minorías, o el derecho a votar para más de medio millón de residentes de Texas.
El Departamento de Justicia junto con varios votantes afroestadunidenses y latinos, funcionarios electos y grupos de defensa demandaron en una corte federal de Texas a la referida ley de identificación de votantes, y pidieron a un juez su revocación argumentando que discrimina a los votantes minoritarios. Las autoridades de Texas dijeron por su parte que la ley era necesaria para evitar el fraude electoral y han negado que ésta discrimine, con el argumento de que las cinco últimas elecciones de Texas se han celebrado mediante los requisitos de dicha ley, y que se ha comprobado que sólo ha habido muy pocos reportes de personas que se hayan visto afectadas por este requisito; o sea, pocas personas que han sido incapaces de producir los tipos de identificación necesarios para votar, tales com las licencias de conducir, el pasaporte estadunidense, una tarjeta similar a una licencia de conducir emitida por el Departamento de Seguridad Pública del estado. Otras formas de identificación permitidas en las leyes de identificación de votantes de algunos otros estados están prohibidas en Texas, incluidas las tarjetas de identificación del estudiante. Vale anotar que el número de casos de fraude electoral que los republicanos usan para sustentar sus previsiones, no alcanza a ser ni el uno por ciento del total de los sufragios, y que este pequeño detalle ha sido omitido del discurso de los republicanos.
El caso de Texas podría tener un impacto generalizado en las próximas elecciones generales, sostiene The New York Times. Pero quienes demandaron a esta ley, que fue suspendida pero luego ratificada por la Suprema Corte de Justicia el año pasado, argumentan que la larga historia de discriminación contra las minorías debiera requerir al Estado de Texas obtener la aprobación federal previa antes de realizar cambios en sus leyes electorales. Abogados del Departamento de Justicia y de los derechos civiles argumentan que Texas tenía una «intención discriminatoria» en la promulgación de la ley. Y dijeron que la Legislatura, compuesta casi exclusivamente por miembros de la raza blanca, elimina formas de identificación que son más accesibles a las minorías y retiene las más accesibles a los blancos, en la elaboración de la referida ley. Aseguran que los líderes republicanos del estado están tratando de lograr una ventaja partidista, en momentos en que las poblaciones de latinos y negros en Texas, que tienden a votar mayormente por los demócrata, se hallan al alza. El asunto es más complicado, y tiene que ver también el rediseño de las líneas distritales, que últimamente según se ha visto favorecen a candidatos republicanos, pues han sido pasadas en estados con mayoría republicana y conservadora en sus órganos legislativos estatales.
Para citar sólo un aspecto más que se halla en los entretelones de la disputa por el control del Congreso está el asunto de la recuperación de los viejo votantes o los votantes más viejos, que los demócratas mantenían de su lado por el tema de la Seguridad Social, y más concretamente por el Medicare. Se trata de los llamados baby boomers, o la generación que nació durante el periodo conocido como la Gran Depresión, y que creció con la política conocida como The New Deal, de Franklin Roosevelt y ahora de viejos han dependido en gran medida de los programas sociales que los demócratas han defendido de los sostenidos intentos de los republicanos por privatizar estos servicios.
Como se recordará en las dos elecciones legislativas pasadas (2010 y 2012) los demócratas sufrieron sendas palizas electorales. Algunos analistas afirman que esto se debió en gran medida que los baby boomers están muriendo o han muerto ya, y que el “fiel” electorado demócrata o las personas mayores de 65 años ahora corresponde a quienes nacieron y vivieron el periodo que denominan la “desastrosa” era de Jimmy Carter, que precedió a ocho años “mejores” de Ronald Reagan. A estas personas que los republicanos han venido bombardeando con millones de dólares en falsa publicidad, financiada por poderosos grupos de interés como el de los hermanos Charles y David Koch, entre otros, que se han dado en difundir la idea de que los demócratas y Obama han quitado fondos al Medicare para costear el Obamacare. Claro que durante los más de cuatro años que lleva la ley y a pesar de los incansables anuncios que han inundado la televisión con esta falacia, estos votantes mayores de 65 años no han visto todavía ningún recorte a su Medicare. Ciertamente los demócratas han concentrado sus baterías en los jóvenes, las mujeres, los negros y los latinos y en ellos cifran sus esperanzas.
Pero son precisamente estos votantes de las minorías étnicas, de raza y de género los que están sufriendo los embates de las leyes restrictivas para el votante, que galopan por el territorio nacional. A esto habría que añadir que las promesas que el presidente Obama ha incumplido con los latinos, por ejemplo, y con los negros que sufren el racismo de manera violenta, y la política exterior de corte intervencionista, que parece una continuación de las políticas bélicas de su predecesor, pueden atizar la hoguera del desánimo y el hastío.
A través de Línea Abierta, el programa estelar de noticias de Radio Bilingue, esta red nacional de emisoras de radio pública latina mantiene el foco puesto en aquellos estados donde se libran las batallas por el Congreso más reñidas, con efecto directo en las minorías, y en particular para los latinos. El programa de hoy al mediodía (Tiempo del Pacífico), es parte de ello.
Enlace a recursos sobre el tema
Voto Latino
MI Familia Vota
Naleo
Instituto William C. Velasquez