Los huelguistas. Foto Fernando Torres.
Cinco residentes de San Francisco se declararon en huelga de hambre el 21 de abril, para protestar contra el racismo de la policía municipal y la muerte -en los últimos tres años- de cuatro personas negras y latinas tiroteadas por la policía. Fernando Andrés Torres visitó a los huelguistas, que al cierre de esta edición tenían más de dos semanas sin ingerir alimentos sólidos. Este reportaje es parte de la serie Hablando de la Raza.
Para María Cristina Gutiérrez, la abuela de 66 años que inició la huelga de hambre, las gotas que rebasaron el vaso fueron los mensajes de texto, racistas y homofóbicos entre oficiales de la policía. Se reveló hace unos días que los oficiales llamaban despectivamente a los latinos «beaners»; frijoleros o comedores de frijoles; que los indios son «un asco», que habría que «quemar Walgreens y matar a los vagos», que las personas homosexuales son «llamas» y los afro descendientes «una manada suelta de animales salvajes».
«Me daba cuenta de que había toda clase de actividades supuestamente para que se lograra la justicia y nadie hacía nada. Siempre la policía está bien, siempre todo está bien«, deploró Gutiérrez
María Cristina Gutiérrez. Foto: Fernando Torres.
María Cristina Gutiérrez es una colombiana residente de la ciudad desde que llegó como estudiante en 1968. Ella dijo no entender la inacción del Departamento de Policía frente al comprobado racismo interno. Dijo basta el día de la muerte de Luís Góngora, un mexicano de descendencia maya, de 45 años de edad, muerto a tiros por la policía el 7 de abril pasado. Para ella fue más que necesario hacer algo, dijo:
«Ese día me dije, me voy a la huelga de hambre. Hablé con mi hijo, mi hija, compañeros de trabajo y les dije no puedo más, lo voy a hacer. Mi hijo dijo no. No puedes ir sola, yo voy contigo. Yo creo en esto. Y así nos vinimos a esta huelga porque nos dimos cuenta que no se hacía nada, que ellos no estaban absolutamente haciendo nada para resolver el problema y tenemos que parar estos asesinatos de nuestra gente«
Sellasie Blackwell, de 39 años de edad, es un músico que nació en el barrio afroamericano del Fillmore; Ike Pinkston, de 42, es educador en un jardín infantil; Edwin Lindo, de 29, es candidato a supervisor del distrito 9. Todos ellos se unieron a Gutiérrez y a su hijo Ilyich Sato, de 42 años y músico rapero. Así nació el grupo conocido como Los Cinco de Frisco, cuya principal demanda es la renuncia del Jefe de Policía Greg Suhr.
En una silla de playa y visiblemente debilitado, el huelguista Edwin Lindo es atendido por un estudiante de medicina. Una cantora callejera del Barrio de la Misión no identificada, con su guitarra colgada al cuello, aparece por entre la gente aglutinada en la acera.
Suenan acordes musicales…
Edwin Lindo:
Edwin Lindo. Foto: Fernando Torres.
«Mi cuerpo está débil, mi mente está lenta. Sí, estamos peleando por justicia pero también me da fe, me está ayudando a mí«
Lindo dice que los casos de Luis Góngora, Alex Nieto, Mario Woods y Amilcar Pérez-López, todos ellos muertos a tiros por la policía, demuestran que la policía de esta ciudad no tiene experiencia para tratar con los latinos y afro americanos:
«No tienen experiencia de la cultura, experiencia de caminar en la comunidad, de conocer a la gente, sin pistolas. No puedes matar a alguien que conoces y ellos no nos conocen a nosotros. La policía no para el crimen, ellos llegan después que el crimen ocurrió. Lo que para el crimen es invertir en escuelas, invertir en trabajo, eso para el crimen»
Se oye sonido de calle…
“Creo que este Jefe de policía ha creado una cultura de racismo, en la que los policías creen que está bien actuar con impunidad, porque no ha habido consecuencias para sus acciones”, dice Yayne Abeba.
La vocera de la huelga de hambre y coordinadora de medios, Yayne Abeba, es también dirigente de la Coalición Justicia para Mario Wood.
Yayne Abeba:
Yayne Abeba. Foto: Fernando Torres.
“Matar a alguien dentro de 30 segundos después de llegar a la escena, que es lo que pasó con Luís Góngora, es inaceptable. Creo que los policías negros y latinos tienen que hablar con sus colegas que están haciendo lo que no está bien y decir: esto está mal, y ya no lo vamos a tolerar«
Frente a la incapacidad de resolver los serios problemas que siguen desgarrando a su comunidad, la huelga de hambre es una medida extrema, desesperada. Pero ¿por qué sacrificar sus cuerpos? El huelguista Ike Prinkston responde:
«Por mis hijos, por eso es importante. No podemos tener un futuro creciendo en una sociedad así. Las personas negras y latinas ya tienen suficientes problemas tratando de sobresalir en esta sociedad, y aparte tenemos que preocuparnos de si vamos a llegar a casa o si nos detiene la policía”
Ruidos de manifestantes…
El martes 3 de mayo los cinco huelguistas fueron trasladados en sillas de ruedas hasta el ayuntamiento para darle a conocer sus demandas al propio alcalde Ed Lee. Cientos de manifestantes los acompañaron en una marcha que detuvo el tráfico central por un par de horas. Sin embargo, el alcalde no los recibió y se fue a una reunión, según el agente del alguacil que custodiaba la puerta cerrada de su oficina. Por su parte, en una reciente conferencia de prensa el Jefe Suhr dijo que no renunciaría.
Manifestación callejera pide la renuncia del jefe policial. Foto: Fernando Torres.
María Jiménez, de la organización Mujeres Unidas y Activas dijo que la voz de la comunidad se está escuchando, con o sin el apoyo de los políticos:
«Nosotros, la comunidad latina, nuestras vidas están siendo pisoteadas, nuestras vidas no cuentan, nos están viendo como criminales… la policía es quien debe cuidarnos…, y velar por la seguridad de nuestros hijos y nuestras familias. ¡Está matando a nuestra gente!, entonces no se puede permitir esto»
De a poco, la huelga de hambre indefinida está acaparando la atención y el apoyo de la comunidad. Sin embargo, la hospitalización de uno de los huelguistas el miércoles nos recuerda la dura realidad de que ésta podría culminar con un desenlace fatal■
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, desde San Francisco, California, informó Fernando Andrés Torres.
