De la Redacción
Con el apoyo de más de 140 miembros de la facultad y más de mil alumnos preocupados por el nuevo clima político que reina en el ambiente con la elección de Donald Trump como futuro presidente de Estados Unidos, por sus declaraciones que atemorizan a muchos inmigrantes en busca de refugio en este país, un grupo de académicos y personal docente de la universidad de Pomona pide a la institución reafirmar la tradición que ha marcado la vida de este colegio como una Institución Santuario. Entre las medidas que piden adoptar a la brevedad resalta prohibir a los agentes de ICE el acceso al campus universitario y a los datos del personal docente y del alumnado; capacitar adecuadamente todos los profesores, personal y estudiantes, para asegurar que todos ellos sean tratados equitativamente en caso de una eventualidad; desarrollar un plan para proveer ayuda, información y seguridad a los estudiantes y sus familias, así como brindarles refugio y asistencia diaria si es necesario. Aquí reseñamos su propuesta.
Aunque la noción de brindar santuario a los refugiados se remonta más allá del Medievo, el Movimiento Santuario de los años 80 revivió y adoptó estos principios antiguos para apoyar a quienes huían de la violencia y la represión en El Salvador, Nicaragua y Guatemala –y hoy se sumaría México-, violencia que a menudo es fomentada por Estados Unidos. A consecuencia de esto, miles de ciudadanos centroamericanos buscaron entonces refugio en el norte, asilo en este país, dice un comunicado del Movimiento Santuario de Educación Superior.
Afirma que personas de fe, estudiantes, académicos, activistas comunitarios, abogados, trabajadores y activistas por la paz resistieron –y resisten- directamente entonces a las acciones del gobierno federal.
“Más de 140 iglesias y sinagogas alojaron a estos refugiados mientras les proporcionaban asistencia para solicitar asilo… Ofrecieron clases y de otra manera intentaron mitigar las condiciones duras que los inmigrantes enfrentaron. Una red de iglesias y activistas coordinó actividades en todo el país”.
Cientos de ciudades, entre ellas San Francisco, Los Ángeles, Chicago y Nueva York se han declarado Ciudades Santuario, y éstas “sólo cooperarán con las autoridades de inmigración en circunstancias limitadas”. Un principio crítico del Movimiento Santuario, dicen, siempre ha sido el ‘acceso sin temor’, que permite a las personas que son parte del tejido social de nuestra sociedad acceder a los servicios sociales”.
Pomona College, continúa el comunicado, participó indirectamente en este movimiento. En la década de 2000, antes de que el gobierno de Obama adoptara la Orden Ejecutiva DACA, instituciones de educación superior como ésta y otros habían comenzado a reclutar y aceptar estudiantes indocumentados, a los Soñadores/Dreamers.
“Las escuelas demostraron ser creativas al proveer a estos estudiantes indocumentados ‘acceso sin miedo’, financiamiento parcial o total”. Y reflexionan críticamente: “Sin embargo, el Colegio no protegió al personal indocumentado de manera similar en 2011, lo que convulsionó el campus universitario”.
Las universidades y colegios han provisto casa y refugio a estudiantes de facultades por décadas. “Como cuando el fascismo tomó el control de Europa los años ‘30 y ’40. Y en las siguientes décadas este país ha seguido dando refugio a intelectuales incluso disidentes, radicales y hasta comunistas”, sostiene el documento.
“Todavía no sabemos cómo nuestros estudiantes, profesores y personal pueden verse afectados por nuevas leyes, acciones gubernamentales o presión pública. Sin embargo, nuestro objetivo debe ser seguir proporcionando acceso y refugio sin temor”.
Se refieren a estudiantes y personal indocumentado, profesores y estudiantes internacionales musulmanes, de Oriente Medio / Norte de África y Asia del Sur. “Tenemos que asegurar que seguimos siendo una comunidad educativa abierta para todos, en particular para los que han sido blanco en los últimos meses”
Por todo lo anterior, el Movimiento Santuario de Educación Superior adelanta una definición de su misión para ofrecer protección a los miembros de la comunidad en torno a varios principios:
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La responsabilidad moral y ética de los colegios y universidades derivada de su papel especial en la sociedad como lugar para la libre investigación y la educación.
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Para contrarrestar el miedo que impide nuestra misión.
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Para estudiantes, personal y facultad.
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Para los indocumentados y otros que probablemente serán perseguidos: musulmanes, de Oriente Medio, de Asia Central y del Sur o de África del Norte.
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Proteger a estas personas vulnerables en caso de que el gobierno, grupos externos o individuos se muevan contra ellos de manera injusta o inmoral.
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Negarse a cooperar con leyes inmorales, órdenes ejecutivas, demandas policiales o decisiones judiciales dirigidas a miembros de nuestra comunidad.
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Negarse a dar nombres u otra información acerca de las referidas personas, para entregarlas a las autoridades o para ayudar en su persecución.
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El Colegio usará los recursos de la institución para reemplazar la ayuda financiera perdida o el trabajo y los ayudará a sobrevivir día a día si es necesario.
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Prohibir el acceso a agentes de Inmigración y Aduanas (ICE) al campus.
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Denegar el acceso de ICE a los datos de los estudiantes, el personal y los profesores.
Y proponemos que el Colegio se declare a sí mismo Centro Santuario de Educación Superior, y se comprometa a tomar las acciones pertinentes en caso de que se produzca un cambio en la condición o situación personal por amenazas o acciones contra estudiantes, profesores o trabajadores de planta en función de su estatus migratorio, raza, religión, etnia, nacionalidad, género u otra categoría.
Responsables del comunicado: