Esta semana se cumplió un aniversario de la independencia de Estados Unidos, que a la vez es día de celebración de las libertades civiles. En coincidencia, el veterano gestor de derechos civiles, Ricardo Avena compartió en el programa Línea Abierta sus memorias sobre una histórica audiencia de la Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos, que se celebró en San Antonio, Texas hace 50 años, a fines de 1968.
Fue el primer esfuerzo de una agencia federal en llamar la atención sobre asuntos de discriminación en la educación, el empleo, la vivienda, el voto…; asuntos todos que aquejaban a los mexicoamericanos del suroeste y del país. Richard Avena (RA), organizador de aquella histórica audiencia pública habló con el director de Noticias de Radio Bilingüe, Samuel Orozco (SO), sobre los retos de ayer y de hoy en el frente de los derechos civiles del pueblo latino.
Aquí la plática en Línea Abierta:
SO: ¿Por qué es que se considera tan importante esta audiencia de 1968, y cómo fue que se llegó a la decisión de realizarla?
RA: La Comisión decidió tener audiencias sobre los derechos civiles del méxico-americano. Muchos no sabían quiénes éramos, en el país, y ni en el congreso sabían quién éramos. En el Censo nos contaban como blancos. ¿Y por qué es malo eso?, porque ya no pueden determinar cuántos terminaron la escuela, el nivel de pobreza, los datos… Así que la Comisión decidió celebrar esos seis días de discusión sobre los derechos de los mexicoamericanos. Se trató de Educación, Empleo, Administración de Justicia, o sea las cortes, y las condiciones económicas.
En aquél tiempo, en una Constitución del Estado de Texas !era un crimen!, hablar español en una escuela pública. Y tenemos muchos ejemplos de estos anglosajones tomaban a las niñas de primer grado y les daban nalgadas ¿por cuál crimen? Por haber hablado español en la escuela.
SO: Ricardo, usted estuvo en la audiencia, trabajo en su organización…, ¿cuál fue su responsabilidad, de qué se encargó usted?
RA: Yo vine para asistir a los investigadores, los abogados y, lo más importante, es que como yo hablaba español me pusieron a buscar quién sería un buen testigo, que pudiera venir del campo, que pudiera dormir en las escuelas; y que nosotros pudiéramos entrevistarlos, y ponerlos en las audiencias.
SO: ¿Qué recuerda usted de la audiencia, quienes rindieron testimonio, que fue lo que mayor impresión le causó a usted.
RV: Bueno había muchas impresiones. ¿Sabe, que cuando llegamos aquí, fuimos criticados severamente? Por los políticos, no todos, los negociantes. El congresista Henry D. González nos atacó bien feo. Ahora, en aquellos tiempos terribles, estaban abusando físicamente a unos campesinos que estaban bajo el liderazgo de César Chávez. Campesinos que estaban organizando en el valle, el sur de Texas. Y los Rangers servían para proteger a los dueños de las fincas. Así que los dueños los llamaban y les decían, ‘Mire, estos quieren hacer huelga, quieren echar problema, y venían ellos.
Hicimos documentos sobre el abuso físico contra los que estábamos organizando.
SO: ¿Qué se hizo con toda la memoria, con todos los documentos, con todas las grabaciones de esos seis días de sesiones?
RA: Fueron publicados, y usados… por ejemplo la Mexican American Legal Defense and Educational Fund, MALDEF, la NAACP, ACLU…, usaban esos documentos para probar en las cortes que la discriminación exista en el empleo, en la educación, en las votaciones y en otros sentidos. Porque muchos no sabían quién éramos los mexicoamericanos, y menos creían que éramos víctimas de discriminación.
Cuando pasaron las leyes de los Derechos Civiles, aun los mexicoamericanos mismos decían, ‘No, no, no…, eso no es para nosotros’. Eso es para la gente afroamericana. No entendía la gente que esas leyes aplicaban en todos.
SO: Hoy, abunda ya ve las quejas de discriminación, el maltrato a la gente de color, contra los latinos contra los inmigrantes. ¿cuál de todos esos asuntos es el gran problema de derechos civiles de nuestro tiempo, para los latinos?
RA: Lo más importante en estos días, para el cambio social, es que nosotros tenemos que registrarnos, y votar■