A casi un año de que el gobernador de California, Jerry Brown autorizara el gasto para iniciar una amplia operación de limpieza en seis ciudades latinas contaminadas con toneladas de polvo de plomo en el Este de Los Ángeles, vecinos afectados se quejan de la lentitud con la que marchan los trabajos, y de discriminación en el trato que se les da en esta crisis. A sus críticas se suma un destacado toxicólogo, quien dice que por décadas advirtió sobre la inminente catástrofe ambiental asociada a una fábrica de reciclaje de baterías. Esta semana, funcionarios gubernamentales sostuvieron un diálogo público con vecinos y activistas de la zona damnificada, que algunos consideran peor que Flint, la conocida ciudad de Michigan afectada por el plomo en el agua potable. Rubén Tapia presenta un reporte del foro de Los Ángeles.
El Dr. James Dahlgren, un reconocido experto en salud ambiental y en el tratamiento de gente intoxicada por químicos, ha estudiado de cerca el caso de la fábrica Exide por cuatro décadas. Es más, desde aquel entonces pidió a la naciente Agencia federal de Protección del Medio Ambiente que clausuraran la cuestionada planta recicladora de baterías.
“En efecto, en ese tiempo le dije a la gente que deberían de cerrar esa planta porque estaba contaminando el vecindario. Nadie escuchó. Exide es realmente una catástrofe. En los próximos 20 o 30 años descubriremos la verdadera dimensión del daño provocado por esa fábrica”
Después de cuatro décadas de la primera voz de alarma, por fin la planta ha sido cerrada y en tres meses comienzan los primeros trabajos de limpieza. La agencia estatal que dirige el control de sustancias tóxicas inicia una operación a gran escala para limpiar de plomo 2 mil 500 propiedades localizadas a menos de dos millas del foco de contaminación.
Concluidos ya los estudios y preparativos, dos compañías han sido contratadas para extraer toneladas de suelo contaminado con plomo y reemplazarlo con tierra nueva, a un ritmo de más o menos 50 casas por semana. El Dr. Dahlgren mantiene serias dudas:
“Cuando excavan para remover el suelo contaminado, eso crea nubes de polvo con pequeñas partículas de plomo qué ni se puede ver, que contaminan la casa de al lado, y la de enfrente, y por eso tendrán contaminación asociada al propuesto proceso de limpieza. Esta es una manera ¡patética!, no científica de enfrentar el problema”
Muchos vecinos de las seis ciudades afectadas, algunos enfermos de cáncer o con serios males respiratorios, coinciden con las críticas del Dr. Dahlgren.
Felipe Aguirre es el director de Pro Uno, un grupo comunitario local, y es también ex alcalde de Maywood.
“La misma agencia que dejó que siguieran contaminando por años y años, es la que ahora supuestamente está encargada de resolver el problema. Es una burla”, señala Aguirre.
A pesar de que el Departamento de Sustancias Tóxicas realiza reuniones regulares para consultar con el comité asesor y ha recogido comentarios de cientos de residentes, Teresa Márquez, quien participa en dicho comité y es presidenta de Mothers of East LA, no tiene confianza.
“Nosotros hemos pedido constantemente ver el plan que tienen para limpiar la comunidad. Y la mera verdad, ¡no lo tienen! ¡No saben cómo hacerlo!”
Joe González, un paciente de cáncer terminal que reside en Boyle Heights, es todavía más crítico:
“Saben ahorita muy bien que el plan que tienen no va a servir, no va a limpiar, no va a resolver el problema que existe pero siguen por el mismo paso y eso es lo que tiene a todos los de la comunidad enojados, que nos mienten nos insultan, nos tratan como si no somos importantes”
Por su parte, el asambleísta estatal Miguel Santiago reconoce que la agencia está en serios problemas:
“El departamento nunca ha limpiado algo tan grande y tan grave como esto. No cabe duda que hay problemas como se ha hecho esta limpieza y se ha planeado y yo estoy abierto a cualquier forma en que se pueda hacer mejor”
Santiago alertó a los frustrados vecinos que sus críticas buscan reformar y no cancelar la cuestionada agencia.
“No podemos destruir la única agencia que existe ahorita, cuando la agencia federal ya no va a existir para protegernos y eso es un problema grave”
El legislador, que reside con sus hijos menores de edad cerca de la zona contaminada, hizo gestiones para que los vecinos afectados se involucraran en la supervisión de los planes de la agencia.
“Para mi es algo muy personal, mi hijo tiene asma muy fuerte, toma tres medicinas al día y eso es cuando el tiempo está bien”, dijo.
Cuando ocurrió la emergencia en el acomodado suburbio de Porter Ranch debido a una fuga de gas, Santiago logró aprovechar la corriente de simpatía que generó en la opinión pública para impulsar un proyecto de ayuda a las comunidades angelinas envenenadas de plomo. Sin mayor oposición, el proyecto fue promulgado ley por el gobernador Brown, que autorizo cerca de 180 millones de dólares para la primera fase de limpieza de la zona afectada.
Mientras tanto, los vecinos piden que las autoridades reconozcan que hay en la zona una gran población intoxicada, y que es un foco de nueva contaminación. Felipe Aguirre propone que las autoridades declaren en la zona una emergencia de salud pública y que, si los toxicólogos o epidemiólogos del condado no intervienen, cada ciudad debe tomar la iniciativa.
“Yo creo que cada ciudad puede declarar su propia emergencia; puede empezar Maywood…”, sugiere Felipe Aguirre.
Martha Jiménez señala uno de sus posibles beneficios:
“Que traigan un fondo, Community Benefits Package, y que se haga un hospital donde está afectada la gente”
Otra alternativa para limpiar la zona la plantea Joe González:
“Agarrar el Army Corp of Engineers y que barran del sitio donde está el circulo hasta donde está limpio”