Este es el muro fronterizo entre USA y México; ese es el lado militarizado de USA, del otro lado, la playa y los restaurantes de Tijuana. Foto: dreamstime.com.

Marco Vinicio González

Cuando el cambio climático se cruza con la falta de políticas migratorias eficientes en la frontera de Estados Unidos con México esto resulta en mayores muertes de migrantes que vienen a este país.

La costa oeste es señalada como la zona de más rápido calentamiento en el país, por efecto del cambio climático. Y la frontera de México con California es un escenario de muerte por las olas de calor, entre otras de las causas conocidas.

Vicki Gaubeca, de la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur en San Diego, abordó este tema con Celis López en Línea Abierta, el programa que conduce.

“Las personas que cruzan la frontera se mueren de deshidratación”, dice Gaubeca, y no sólo quienes cruzan de manera irregular sino a los que vienen de compras, a trabajar o a estudiar, etcétera. “Y no solamente por el clima, sino por la falta de conocimiento del gobierno de Estados Unidos para cambiar sus políticas punitivas en la frontera. No ha reconocido que el clima está cambiando de manera severa… los está obligando a irse”.

Y se pregunta: “¿Cómo cambiar las políticas para crear un mecanismo nuevo que permita a las personas solicitar asilo o que les puedan ofrecer protección bajo las leyes de Estados Unidos… Porque las fronteras mismas son comunidades binacionales, multinacionales y bilingües, multilingües; donde se habla muchos idiomas de los pueblos originales… en vez de ver a la frontera como algo que pone en peligro a la nación, mejor verla como algo que contribuye a la nación”.

Dulce García, abogada de inmigración indocumentada, es Presidenta de los Consorcios de los Inmigrantes, más de 50 organizaciones de derechos civiles y humanos de inmigrantes y refugiados, también en San Diego:

“Trump cerró la frontera a los solicitantes de asilo. Eso está causando que se incrementen las muertes no sólo en el desierto sino también en el océano… es más costoso ahora no solamente en cuestión monetaria sino en vidas humanas que se están perdiendo”.

La Patrulla Fronteriza, agrega, desconoce el número de estas muertes,en la frontera. “Lo que sí sabemos es que la gente que ha cruzado por el desierto en el año 2020-21, murieron 650 personas; más del doble de las muertes del año anterior… En los albergues de Tijuana con los que estamos trabajando también hemos visto que por esta desesperación la gente está intentando el suicidio… y no sólo los adultos, sino también familias, mujeres con niños chiquitos”.

Y recomienda que “no arriesguen su vida cruzando por el desierto o en lanchas que suben a más personas de las que deben, ni caigan en el fraude o el crimen organizado… hemos tenido reportes de personas secuestradas que incluso cuando ya le han pagado al coyote para que los cruce, luego le piden a las familias más dinero por su rescate… mejor consulten un abogado… hay que seguir luchando por políticas que no se enfoquen en la militarización, y que nos den la bienvenida como la merecemos”.

Gaubeca afirma por su parte que políticas como la del Título 42, “están creando un modelo de negocio para los traficantes. Entre más las endurecemos, más estamos creando las condiciones para que los traficantes cobren más. Lo que tenemos que hacer es deshacer todas estas políticas… darnos cuenta de cómo el sistema global está contribuyendo a la crisis económica, del clima… tenemos que cambiar y formar un nuevo modelo donde manejemos a las personas respetando sus derechos humanos y constitucionales… Imagínense lo que podríamos hacer con los 15 mil millones de dólares que gastó Trump construyendo el muro… los podríamos invertir en vez, en centros de recepción para las personas que vienen a Estados Unidos buscando asilo, a reunirse con sus familiares o mejorar su vida; o que están huyendo de la violencia de sus países originarios”■