Co-escrito por la doctora Elena Ríos, presidente y CEO de la Asociación Médica Nacional Hispana y Linda Escalante, directora legislativa del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés) en California
Desde el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) que advierte que debemos acelerar la acción climática, el asunto se ha convertido en un tema prioritario en el discurso nacional. En nuestro dialogo falta hacer la conexión indiscutible entre el cambio climático y la salud pública, especialmente en los estados que sufren por eventos climatológicos extremos, como California.
El Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC) publicó recientemente un informe titulado, «El cambio climático y la salud en California«, que detalla una serie de amenazas que el cambio climático representa para la salud pública. Basándose en evaluaciones estatales sobre el clima y publicaciones científicas, el informe advierte que, de no tomar medidas climáticas serias, los californianos podrían enfrentarse a vivir más días de calor extremo, más smog que degrada la calidad del aire, sequías más severas que amenazan la seguridad alimentaria y del agua, y lluvias más intensas e inundaciones que pueden dañar viviendas e infraestructura de servicios.
Existe una historia bien documentada de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos que incluyen incendios forestales, inundaciones, sequías y peligrosas olas de calor. Durante la última década, el estado ha experimentado una gran cantidad de eventos récord, que incluyen el mayor número de días de inundaciones durante la marea alta en 2017 en San Diego, el mes más caluroso registrado en julio de 2018, y el incendio forestal más mortal que acabó con partes del norte de California conocido como Camp Fire. Si las emisiones de carbono continúan sin disminuir, las amenazas del calentamiento climático podrían convertirse en una crisis de salud pública. A pesar de que California cuenta con regulaciones y programas ambientalmente progresivos para atender las causas y los efectos del cambio climático, se necesita aún más acción para enfrentrar nuestro clima cambiante.
Las disparidades socioeconómicas en California, tales como las viviendas sin aire acondicionado y la falta de seguro médico, hacen que algunas comunidades sean más vulnerables a las amenazas de salud por el cambio climático. El calor extremo puede ser mortal ya que puede provocar más golpes de calor, ataques cardíacos a consecuencia del mismo calor y deshidratación severa, especialmente para los agricultores y trabajadores de construcción. Por otro lado, más smog conducirá a tasas más altas de enfermedades asociadas con el asma, paros cardíacos y deterioro cognitivo. Las comunidades de color y las familias de bajos ingresos se concentran en trabajos y vecindarios localizados en lugares que enfrentan temperaturas más altas, la peor calidad del aire y los mayores riesgos de inundaciones, obligándolos a asumir la carga que el cambio climático representa para la salud pública.
El informe de NRDC señala que en California, los afroamericanos, nativo americanos y puertorriqueños tienen entre 28.6 y 132.5 por ciento más probabilidades de ser diagnosticados con asma que los blancos, lo que refleja que estas poblaciones son particularmente vulnerables al smog. Además, los trabajadores agrícolas cuyamayoría son mexicoamericanosy quienes contribuyen a la industria agrícola del estado alrededor de 50 mil millones de dólares, están particularmente expuestos a amenazas relacionadas con el clima, incluidas enfermedades y muertes relacionadas con el calor, escasez de agua durante la sequía, y a una infección micótica llamada ‘Fiebre del Valle’, la cual es sensible al cambio de clima.
Aunque el horizonte parece agobiante, todavía existe la esperanza. California planea reducir las emisiones de contaminantes que contribuyen al cambio climático en un 40 por ciento con respecto a los niveles de 1990 para el año 2030, y alcanzar la neutralidad de carbono para 2045. Asimismo, el estado ya ha reducido sus emisiones en un 10 por ciento desde el 2004. Hemos visto los beneficios de salud que resultan por la reducción de contaminación del aire que produce la quema de combustibles fósiles, como una notable disminución de los síntomas de bronquitis entre 1993 y 2012 en niños que viven en el estado. Esto demuestra que llevar a cabo medidas significativas para reducir las emisiones de carbono puede beneficiar de manera significante la salud de nuestras familias y comunidades.
El cambio climático ya está afectando la salud de los californianos, pero si actuamos ahora para proteger a las poblaciones vulnerables y reducir la contaminación por carbono, podemos ayudar a mitigar y disminuir los impactos futuros del clima y los eventos climatológicos. Necesitamos unirnos para tomar medidas rápidas que permitan reducir las emisiones globales de carbono y así proteger la salud y el bienestar de nuestras comunidades. Es hora de que Estados Unidos actúe y sirva como líder global en la lucha contra el cambio climático y que California continúe liderando este progreso.