California, en la primera línea de defensa contra deportaciones y encarcelamiento de indocumentados

De la redacción

El presidente Donald Trump en la reunión bipartita en la Casa Blanca ayer martes 10 de enero de 2018; a la derecha, el representante demócrata, Steny Hoyer discute con el líder de la mayoría en la cámara baja, el republicano de California, Kevin McCarthy. Foto: Chip Somodevilla / Getty Images.

El presidente Donald Trump en la reunión bipartita en la Casa Blanca ayer martes 10 de enero de 2018; a la izquierda del mandatario, el representante demócrata, Steny Hoyer que discute con el líder de la mayoría en la cámara baja, el republicano de California, Kevin McCarthy. Foto: Chip Somodevilla / Getty Images.

Luego de reiterar su “amor” por los jóvenes inmigrantes en una cumbre bipartita en la Casa Blanca, donde apoyó las propuestas de ambos bandos sin llegar a nada concreto, el presidente Trump y los republicanos anunciaron un plan de línea dura sobre inmigración. Éste reduciría el número de inmigrantes que ingresan legalmente a Estados Unidos, restringiría la contratación de trabajadores indocumentados –y ayer comenzó a realizar “auditorías” a almacenes como 7-Eleven por todo el país, aunque de acuerdo con la prensa nacional se fue casi exclusivamente sobre los trabajadores sin obtener realmente resultados-, y permitiría la detención de menores arrestados en la frontera, acompañados o no por sus padres u otros familiares.

Es claro que el anuncio de la Casa Blanca no sólo contradice abiertamente cualquier posibilidad de acuerdo bipartidista, sino que pone en duda también que una propuesta seria del gobierno y los partidos políticos llegue al Congreso en un futuro cercano.

Trump, que tiene una reputación de ser vengativo y ha expresado abiertamente su desprecio por California, y está en camino de tomar represalias, dice hoy el semanario inglés, The Guardian.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (Ice), «arrestó ya a cientos de inmigrantes en ataques selectivos en ciudades santuario el año pasado”. Y el director interino de esta agencia federal, Tom Homan, tras las redadas de ayer declaró a los medios que “habrá más deportaciones en California este año”, e incluso sugirió que “los políticos del estado deberían ser procesados”.

Pero como se reportó ayer aquí que el juez de la corte de distrito en San Francisco, William Alsup se puso ayer martes del lado de California en la batalla de Daca. Y dictaminó que el programa que protege a los ‘Soñadores’ o Dreamers debe permanecer en su lugar; y deben seguir tramitándose las solicitudes de renovación de Daca para los ya amparados por este programa, hasta que el litigio se resuelva en las cortes. Se espera que este litigio escale hasta la Suprema Corte.

Y mientras esta saga cruel sigue su errático curso, la rama judicial del gobierno dirige sus misiles quirúrgicamente al estado. Pero los legisladores de California, que se ha ubicado en la primera línea de combate ha adoptado la ley más expansiva en el país, la del ‘estado santuario’. Dicha ley impide a los federales interrogar a personas sobre su estado migratorio y limita la cooperación de las fuerzas policiales estatales y locales con los agentes del Ice.

Como se recordará, siguiendo a los estados de Washington y Hawai, California llevó también a la administración Trump a tribunales, para impugnar su prohibición de viajar a países de mayoría musulmana. También retó la decisión de Trump de poner fin al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca).

Así mismo, líderes estatales han impulsado legislación y demandas judiciales para eludir y deshacer la agenda de Trump sobre medio ambiente, libertad de internet y otras causas liberales.

Con todo, California ha declarado su apoyo económico y legal a la causa de los indocumentados. Además, se han formado vastas redes de abogados y defensores voluntarios, liderando la resistencia a Ice en el terreno, y a veces “salvando vidas en el proceso”, aunque la necesidad sigue siendo mayor.

Maria Sofía Corona-Alamillo, abogada que de la Red de Respuesta Rápida del Condado de Los Ángeles, dijo a la fuente que «El objetivo inmediato es proporcionar una primera línea de defensa para los miembros de la comunidad que enfrentan la expulsión del país y el encarcelamiento en centros de detención administrados por el gobierno, que por muchas razones consideramos inhumanos».

De acuerdo con The New York Times, los demócratas están convencidos de que no votarán por una medida de financiación del gobierno sin una resolución razonable sobre el peliagudo asunto de la inmigración. “Los activistas liberales han empujado a los demócratas a retener sus votos para obtener fondos del gobierno si el trato con DACA sigue siendo esquivo, con el fin de maximizar su influencia”. Aunque hay algunos en vías de reelección que aún no aclaran su posición al respecto.

El Foro Nacional de Inmigración anunció hoy en un comunicado que Schumer y Pelosi son conscientes de que los demócratas tienen influencia, y que la presión está creciendo a su izquierda para no llegar a un acuerdo que abra la puerta a una mayor persecución de los indocumentados y a más deportaciones.

No obstante, el Departamento federal de Justicia declaró haces meses que cortará fondos a las ciudades o estados que se declaren santuario.

Y aunque ayer Trump dio señales de que firmaría cualquier acuerdo entre demócratas y republicanos, incluso sin condiciones, por la noche declaró vía Twitter que «Nuestro país necesita la seguridad del Muro en la Frontera Sur, que debe ser parte de cualquier aprobación de DACA». Y cuando le preguntaron si estaría dispuesto a firmar un acuerdo que no incluya fondos para un muro fronterizo, Trump respondió: «No, no, no, tiene que incluir el muro».

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