Una de las sequías más severas que se ha prolongado en california por los últimos 3 años, impulsó al gobernador Gavin Newson a declarar un estado de emergencia por la sequía y a pedir a los californianos de todo el estado que “redoblen los esfuerzos de todas las formas posibles para ahorrar el agua”.
De la redacción
Continuando con las medidas para conservar el agua que el estado ha tomado durante los últimos tres años, la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos señala que de los 58 condados de California que han observado un estado de emergencia por sequía desde julio de este año, ocho de ellos no estaban sujetos a las medidas proclamadas por el estado, que prohíben el desperdicio de agua; “como lavar aceras o caminos de entrada, permitir que el agua potable inunde las alcantarillas o las calles, o lavar un automóvil sin una boquilla de cierre”, reporta hoy Los Angeles Times.
Pero ahora Newsom ha llamado a esos 8 condados que quedaban fuera de la proclama (Imperial, Los Ángeles, Orange, Riverside, San Bernardino, San Diego, San Francisco y Ventura), a reducir voluntariamente el uso de agua en un 15 por ciento. La fuente afirma que la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos anunció que “los californianos habían reducido su uso de agua en un 5% en agosto, una mejora modesta con respecto a julio, cuando el uso del agua disminuyó en un 1.8%”.
Además, la proclama del gobierno estatal de California ordena a los proveedores de agua locales que implementen sus planes de contingencia por escasez de agua a «un nivel apropiado a las condiciones locales que tenga en cuenta la posibilidad de un tercer año seco consecutivo».
Durante una reunión de la Junta de Recursos Hídricos se dijo que “partes del estado ya están cumpliendo o acercándose al llamado del gobernador para reducir el uso de agua… que disminuyó un 18.3% en agosto en la región de la costa norte y un 9.9% en el área de la bahía de San Francisco”. Pero en la región del sur de California, que alberga a más de la mitad de la población del estado, dice la fuente, “la gente utilizó un 3.1% menos de agua en agosto que en el mismo mes de 2020”.
Newsom dijo a la fuente que alcanzar el objetivo planeado todavía se halla lejos, pero hasta el momento “ha sido significativamente mejor que en julio, cuando el uso de agua en la región se redujo un minúsculo 0.1%”.
Por su parte, el presidente de la junta estatal de aguas, Joaquín Esquivel señaló que “Es alentador ver una duplicación excesiva del esfuerzo de conservación de julio a agosto, lo que realmente demuestra que se necesita tiempo para que el mensaje se difunda y, de verdad, que se vea la respuesta”.
Se pronostica que una serie de tormentas traerán lluvia y nieve a gran escala al norte y centro de California a fines de este mes, aunque esto según los expertos no va a ser suficiente para sacar al estado de la sequía; pues “debido a que el año pasado fue extremadamente caluroso y seco, se necesitaría un 140% de precipitación de lluvias en promedio en todo el estado en el próximo año” para lograr un promedio aceptable en todo el estado, que acusa un déficit de humedad. Por lo pronto, el Distrito Metropolitano de Agua del Sur de California planea expandir sus programas ofreciendo reembolsos que alienten a los clientes a realizar cambios para ahorrar agua.
Funcionarios estatales sostienen que los últimos dos años hidrológicos han sido los más secos registrados en un período de dos años, superando el sequía de 1976-77. El año pasado, agregan, se encuentra entre «las sequías más severas en más de un siglo de registros en California». Según sus cuentas, acerca de los totales de precipitación en todo el estado, el año hídrico que terminó el 30 de septiembre fue «el segundo más seco registrado, sólo superado en 1924».
La investigación científica ha demostrado que “el calentamiento del planeta con la quema de combustibles fósiles está intensificando las sequías en Occidente y reduciendo los caudales de los ríos más allá de las disminuciones que hubieran experimentado sin el calentamiento global”, dice la fuente. Los principales embalses en el norte de California, agrega, “desde Shasta Lake hasta Folsom Lake, «han caído a niveles extremadamente bajos».
El gobierno federal ha declarado escasez en el Río Colorado por primera vez, lo que ha obligado a cortes sustanciales en el suministro de agua para Arizona, Nevada y Nuevo México■