Marco Vinicio González
Aunque Estados Unidos parecía estar listo para el brote de la viruela del mono, pues tenía vacunas y tratamientos efectivos para combatirla oportunamente, expertos que han estudiado el virus durante décadas afirman que el país no pudo utilizar millones de dosis de vacunas que posee porque no fueron embotelladas a tiempo para su distribución.
Entre tanto, desde hace seis meses la red hospitales de un sistema de salud pública y atención médica local tan grande como el de Nueva York comenzó a probar su propio sistema de vigilancia de aguas residuales para el monitoreo de la viruela del mono y la poliomielitis, que comenzará la próxima semana.
De tal suerte que la respuesta a la naciente pandemia de la viruela del mono se ha quedado corta, dicen algunos. Pues tanto las vacunas como los medicamentos disponibles “siguen estando fuera del alcance de la gran mayoría de los estadunidenses”, como resultado de la “mala comunicación de funcionarios federales y otras barreras burocráticas”, reporta The New York Times.
Monkeypox no es tan mortal como el coronavirus, dicen espertos, pero la respuesta oficial “defectuosa” sugiere que, “casi tres años después de la aparición del Covid, Estados Unidos aún no está preparado para la próxima pandemia mortal”
La directora del Centro para el Control y la Prevencion de Enfermedades, CDC, Rochelle Walensky culpó al CDC de actuar demasiado como “una institución académica” enfocada más bien en producir «datos para publicación» que «datos para la acción”. Y pidió una revisión a su agencia, luego de que “una revisión externa descubrió que no había respondido rápida y claramente a Covid”.
Po otro lado, los casos de viruela del mono están aumentando en todo el mundo, y desde luego en Estados Unidos también. De hecho, este brote se ha declarado como una emergencia sanitaria nacional.
Pero la nueva estrategia de vacunas contra la viruela del mono, luego de dos meses de escasez, ha socavado la respuesta al brote porque “la administración Biden tomó medidas para estirar sus suministros limitados al autorizar un método de inyección diferente que usará una quinta parte de la dosis actual”, señala la fuente, “lo que relentiza el ritmo de las inmunizaciones».
Se trata pues de una amenaza para las personas inmunocomprometidas, con VIH por ejemplo, que pueden necesitar el régimen completo de dos dosis de la vacuna contra la viruela del simio. Pero las inyecciones, particularmente las segundas dosis, son difíciles de conseguir.
«Durante 75 años, el CDC y la salud pública se han estado preparando, sostiene Walensky, “y en nuestro gran momento, nuestro desempeño no cumplió con las expectativas de manera confiable”■