El mes de octubre es el Mes Nacional contra la Violencia Doméstica. En Oakland, California, la Red Latina contra la Violencia Domestica y de Género reunió a veintenas de líderes comunitarios, terapistas, abogados, hombres y mujeres interesados en repensar su cultura en el ánimo de encontrar allí la fuerza para cambiar viejas costumbres y poner fin a la violencia en el interior de la familia latina. Zaidee Stavely asistió al evento y entrega este reportaje.
El olor del copal y el sonido del tambor llenan el aire en esta Conferencia contra la Violencia Domestica y de Género, que comienza con una danza azteca.
Se escucha música del ambiente…
Una de las danzantes es Paola Acosta. Ella es sobreviviente de violencia doméstica y para ella bailar es una forma de superarse.
“Me ayuda mucho a subir mi autoestima, a ver las cosas de diferente manera, y ver que sí se puede. Al hacer ejercicio, se siente uno mejor”, dice Paola.
Cuando termina la danza azteca Paola se quita el penacho de plumas de la cabeza y se pone zapatos tenis para dirigir una clase de zumba.
Se escucha música de zumba…
Paola dice que esta es su forma de ayudar a las demás mujeres a valorarse y a saber que pueden salir adelante:
“Somos hermosas, podemos…, que no dependamos de nadie, que nos valoremos nosotras mismas”
Casi 1 de cada 4 mujeres adultas en Estados Unidos reporta haber sufrido violencia a manos de su pareja. Para la comunidad latina, la violencia doméstica muchas veces se añade a otras formas de violencia, dice la coordinadora de la Red Latina, Claudia Arroyo:
“Tenemos muchos traumas. El hecho de estar en un país que no es el tuyo, ya es traumático. El haber cruzado una frontera, o dos o tres. Todavía reconocer las cargas emocionales que uno podría tener por la violencia doméstica o de género, es super fuerte. Y hablar de eso en un idioma que no es el tuyo, o en un ambiente donde culturalmente no eres comprendido, es muy serio”.
En esta conferencia se trata de ofrecer servicios totalmente en español y con un enfoque cultural latino. Decenas de personas esperan consultar a abogados con preguntas sobre la ley familiar, las órdenes de restricción y las visas para víctimas de violencia. En los salones de clase, se reúnen mujeres y hombres para hacer terapia, o para aprender sobre “La Chancla: Cuando la violencia llega al pegarle a los más pequeños”. En una sesión, se escuchan los testimonios recogidos en el Proyecto Historias de los Hombres, en el que los hombres cuentan sus propias experiencias con la violencia. Armando Ontiveros sale de la sesión impresionado.
Ontiveros:
“Darnos cuenta que los hombres también tenemos sentimientos. Por creencias culturales, no los sabemos expresar. Y por eso se desenvuelven esos círculos de violencia”
Al final del día, se reúnen hombres, mujeres y niños para tocar tambores con el Doctor Ricardo Carrillo, psicólogo comunitario. El Dr. Carrillo dice que tocar los ritmos de la bomba puertorriqueña con los tambores sirve para que los participantes se liberen de las cadenas de la violencia y la opresión:
“Para maltratadores, los utilizamos para ayudarlos a ellos a autoregular su coraje. A las mujeres les damos el poder de manejar su propia energía. La violencia doméstica se hace en silencio. Esta es una forma como de comunidad, de hacer una curación juntos”
El último ritmo que toca el grupo quizá sea el que cuenta el mensaje principal de este evento: sí, sí, sí se puede.
Ritmo…
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, en Oakland, California, reportó Zaidee Stavely.