Karyna Jaramillo, coordinadora de defensa de Arcoiris Liberation Team denuncia las condiciones en las que se encuentran detenidos personas infectadas de sarampión en Eloy, Arizona. Foto: Valeria Fernández.
Una epidemia de sarampión que se propaga en un centro de detención de inmigrantes en Arizona tiene preocupados a activistas y a familiares de los detenidos, quienes aseguran que los inmigrantes recluidos están viviendo una pesadilla. Desde Phoenix, Valeria Fernández reporta.
La cuarentena por un brote de sarampión que inició en el Centro de Detención de Inmigrantes de Eloy, Arizona, tiene desesperadas a aquellas personas que esperaban salir en libertad bajo fianza y a las que están aisladas por su infección, denunciaron activistas pro-inmigrantes.
“Esta es una muestra más de que no pueden ni quieren cuidar a la gente, por lo que no deben tener a tanta gente. Es una injusticia la detención masiva y no una solución”, dijo Jonathan Beebe Giudice.
Jonathan es activista de Trans-Queer Pueblo, uno de varios grupos pro inmigrantes que pidieron que los infectados sean trasladados a un centro médico y denunciaron que la infección inició por un cuidado preventivo inadecuado.
A la izquierda Carlos García, director de PUENTE. Afirma que el brote de sarampión se debe a un tratamiento médico de prevención inadecuado en el centro de detenciones de Inmigración. Foto: Valeria Fernández.
Aún no se sabe cómo ocurrió, pero el primer caso en detectarse fue de un trabajador del centro de detención. El sarampión es altamente contagioso, y puede presentar síntomas hasta tres semanas después del contagio según las autoridades de salud. Hasta este jueves se reportaron 13 casos en el centro que tiene una capacidad para mil 500 personas. Nueve son detenidos y otros cuatro son personal del centro de detención.
Para Carlos García, director de la organización PUENTE, la situación es un síntoma de un problema sistemático:
“En lugar de tratarlos, los aíslan, los ponen en celdas solos y sólo les dan agua. Entonces en lugar de darles tratamiento, en lugar de buscarles…, sabemos que el sarampión o este tipo de enfermedades solas no pueden ser mortales pero juntadas con otras enfermedades que tengan pueden llegar a más gravedad”, dijo García.
PUENTE y otros grupos supieron de los aislamientos porque algunos detenidos, como Nayelit Charolet, les llamaron para denunciarlo. Charolet, quien es transgénero, contactó a los activistas a mediados de mayo por haber sido segregada, al negarse a que le realizaran más análisis de sangre sin explicarle por qué ni darle los resultados. En un principio, el caso de Charolet y de algunos otros inmigrantes detenidos fue anunciado como varicela. Varias semanas después, el 26 de mayo, se hizo público el brote de sarampión. Las instalaciones estuvieron cerradas para el ingreso de nuevos detenidos, y los que ya estaban detenidos no podían salir.
Ricky González, aseguró que sufrió discriminación cuando fue detenido en el Centro de Detenciones de Eloy, por ser de la comunidad LGBT, donde el cuidado médico consistía en que los pacientes «tomen agua». Foto: Valeria Fernández.
“Se va a limitar sus visitas, sus cortes. El que tenga una corte, que ya tenga fianza, una manera de salir, ahora va a tener que esperar meses para volver a tener esa corte o fianza”, señaló García.
Según autoridades de la salud del Condado Pinal, los detenidos fueron aislados para evitar el contagio. Apenas el jueves se permitió salir a nueve detenidos, asegurándose que fueran vacunados. Las autoridades de Inmigración dijeron ante las denuncias que están trabajando de la mano de autoridades de salubridad estatales y federales para determinar cuándo se suspenderá la cuarentena.
