Marco Vinicio González
El presidente Biden se reunión con sus homólogos de Canadá y México -país anfitrión- Justin Trudeau y Andrés Manuel López Obrador respectivamente, para celebrar un encuentro tripartita en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN. Los principales temas de la reunión son las medidas para reforzar la industria norteamericana de semiconductores, según afirmó la Casa Blanca, encontrar solución a una disputa sobre las políticas energéticas de México, que preocupa a inversores, el tráfico de fentanilo y el tema de la migración hacia el norte.
Antes, el presidente Biden visitó El Paso, Texas, en medio de una agria retórica republicana de no atender lo que ocurre en la frontera, abrumada por el enorme flujo de migrantes que buscan asilo en este país, con quienes no se reunió. Entre tanto, sigue vigente el Título 42 y los migrantes que no solicitan su visa a través de una aplicación telefónica, ni viajan en avión demostrando solvencia económica o patrocinador siguen siendo rechazados y arrojados al lado mexicano de la frontera.
Previo al encuentro trilateral de los mandatarios de América del Norte, el Director Ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos en El Paso, Fernando García analizó con Chelis López, conductora de Línea Abierta, el significado de los gestos y políticas de Biden ante el tema de la inmigración.
“En general yo creo que deja un sentir de decepción, creo no cumplió el objetivo, al menos sobre lo que habíamos planteado como organizaciones pero sobre todo como comunidades fronterizas”, dijo García en referencia a la visita de Biden a El Paso. “Fue una visita rápida, de menos de tres horas, en donde nosotros pensamos que el Presidente hizo todo al revés”.
García señala que Biden había hecho previamente desde Washington, DC, un anuncio sobre política fronteriza, “muy malo, por cierto, y luego se viene a la frontera y en realidad no habla con las comunidades; no habla con los sectores involucrados en la crisis humanitaria y de infraestructura en la frontera… en los que migrantes y refugiados están en las calles ahorita aquí en el centro de El Paso, y en donde no vio ni escuchó a ninguno de ellos. Entonces, sí deja un mal sabor de boca la visita del presidente”.
Biden había mencionado la necesidad de usar una aplicación electrónica para solicitar asilo en un puerto de ingreso, pero sin cruzar la frontera; y el Programa Probatorio que sostendría con México, para lo que requiere al solicitante tener un auspiciador o patrocinador en Estados Unidos, dice López. Esto, para los defensores de los inmigrantes puede ser confuso e ineficiente, afirma la conductora de Línea Abierta.
–¿Qué piensan tú y la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, cuáles son esas críticas que has hecho? -pregunta López.
“Nosotros pensábamos que primero tenía que venir a dialogar con los sectores y personas que trabajan aquí en la frontera y luego hacer su anuncio. Porque lo que él dijo tiene tres partes centrales sobre política fronteriza, ¡y las tres son cuestionables! Unas más que otras”.
La primera consistió, dice García, en el hecho de que va a darles visas a los solicitantes de asilo para ciertos países o ciertas comunidades migrantes, para que puedan venir como refugiados, dice.
“… A Cuba, Nicaragua y Haití. Les está diciendo que vayan a una aplicación en su país… eso está muy fuera de la realidad. El presidente y quienes lo rodean no entienden la realidad de las personas que vienen a pedir asilo o refugio… Si te están persiguiendo en tu país, si estás tratando de huir buscando protección en Estados Unidos, primero tienes que tener un teléfono en tu país; luego tienes que tener recepción; tercero, un pasaporte, y cuarto, alguien que viva en Estados Unidos. Y todo esto en una situación de emergencia”.
Por esto, García piensa que dicha política no va a funcionar “Y creo que esa oferta de solicitar una visa a través del teléfono, fue la zanahoria, a cambio del garrote; lo que quiere decir que cuando anunció eso, también dijo que iba a expulsar a 30 mil personas por mes. O sea, las personas que ya están aquí en la frontera, en Estados Unidos, pidiendo asilo o que acaban de cruzar serán expulsadas…”.
El Director de la Red Fronteriza agrega que dicho acuerdo fue pactado con México, “de recibir a 30 mil personas mensuales en situaciones en que México se halla en la violencia; en Juárez, en Sinaloa, en la ciudad de México y en otros lados. Realmente fue lamentable y vergonzosa esta política de expansión del Título 42 por parte de Biden, que como tú sabes antes cuestionó duramente esa política y hoy la está expandiendo. Es una estrategia trumpista, antinmigrante, que continúa ahora con el presidente”.
López señalo que además de dicho Programa Probatorio con México, al que se refirió García, el presidente Biden también solicitó al Congreso un fondo de 3 mil 500 millones de dólares para asegurar la frontera, aumentar 100 jueces de inmigración para desahogar el enorme rezago de casos de asilo, para que la gente no tenga que esperar años a que su caso sea adjudicado. Y preguntó a García sobre sus expectativas ahora con un nuevo Congreso.
“Lo que él anuncio es una mezcla de cosas que están desligadas una de la otra. Cuando dice que está pidiendo dinero al Congreso, ahí empiezan los problemas. Y creo que quería tener más dinero para tener más celdas de detención… sigue siendo esta política dura de deportación, de militarización fronteriza”.
Y lamentó que Biden no proponga soluciones inmediatas, que en su opinión podrían ser tres o cuatro.
“La primera es que ya no puede seguir utilizando moral ni políticamente el Título 42 como herramienta de expulsión; eso lo utilizó Trump… Segundo, tiene que dar una solución a aquellos migrantes que están las calles de El Paso y de otras comunidades fronterizas a las que dejó fuera del anuncio… tercero, el gobierno tiene que invertir dinero, pero no en seguridad fronteriza, eso ya está super desarrollado, sino para infraestructura de bienvenida, para dar refugio asesoría legal, de comer, para que se reunifiquen con sus familias… eso lo están haciendo las organizaciones locales como las iglesias, la Red Fronteriza y otros».
Y finalmente, concluye García, “si quiere hacer algo, puede hacerlo sin el Congreso, pudiese expandir el programa del TPS… Sin embargo no lo hizo. Desgraciadamente siguió los pasos del presidente Trump, en seguir aplicando estas políticas racistas”•