De la redacción
Lo que muchos esperaban y temían, sobre todo entre sus entusiastas seguidores, se materializó hoy: el senador independiente de Vermont, Bernie Sanders da por terminada su campaña presidencial.
Como se recordará, la campaña de Sanders, que comenzó con fuerza a principios de 2020 experimentó su primer ‘tropiezo’ en Iowa antes de obtener victorias en New Hampshire y Nevada. Pero su campaña continuó recaudando millones y millones de dólares en pequeñas donaciones y abarrotando espacios con miles de simpatizantes a medida que iba delineando un perfil de líder nacional en medio de un campo demócrata saturado de precandidatos a la nominación de su partido para competir por presidencia de Estados Unidos.
Ya desde su campaña contra Hillary Clinton en 2016, el insurgente Sanders popularizó ideas como «Medicare para todos», matrícula universitaria gratuita, y otras de ideas de corte social. Una plataforma que llamó “revolución socialista-democrática”.
Esta plataforma permeó las propuestas de varios precandidatos demócratas que respaldaron políticas similares. Incluso Sanders se enfrentó a otra candidata prominentemente progresista, la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, la primera en proponer la cancelación de la deuda estudiantil en abril.
No obstante Sanders siguió con un plan propio de mayor alcance en junio, mientras Warren surgió por encima de Sanders en el otoño, hasta que éste sufrió un ataque al corazón en octubre. Eso, junto con el respaldo de alto perfil de la representante demócrata de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez revivió sus números electorales en el nivel nacional, y se mantuvo en el segundo lugar hasta la triste actuación de Biden en el cuarto lugar en Iowa, que impulsó a Sanders al frente de la cntienda.
Pero el impulso de Sanders comenzó a desinflarse en Carolina del Sur, cuando el ex vicepresidente Joe Biden retomó el rumbo y luego fue despejando el camino. De inmediato surgió un voto anti-Sanders que se unió en favor de Biden, aunque Sanders ganara en California. Sin embargo el ex vicepresidente se llevó el ‘Súper Martes’.
Ya el 9 de marzo debido a la pandemia de COVID-19 la campaña de Sanders celebró su último evento público en vivo, pasando de manifestaciones llenas y estridencia y energía a una operación completamente digital.
Con la fuerza a su favor, Bden duplicó la hazaña una semana más tarde, dando un fuerte golpe de mano en Michigan, estado que Sanders ganó en 2016 pero cuya pérdida en 2020 fue crucial para la campaña de Sanders.
Bernie Sanders volverá a Vermont, donde ha pasado la mayor parte de su tiempo desde entonces.
“La máquina de recaudación de fondos de Sanders, el esfuerzo de donantes de base más exitoso en la historia política de Estados Unidos, se reubicó en el último mes en un alimentador para grupos de salud pública”.
Está por verse si se dan las condiciones y hay tiempo para que las bases de Sander reorienten su apoyo al ahora inminente candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden. Y si no se repite la desastrosa experiencia de los demócratas en 2016, cuando los seguidores del senador de Veront reusaron votar por Clinton y sed quedaron en el sofá –si es que algunos no votaron por Trump- el día de las más infames elecciones■
