Ayunan, urgiendo a jueces que decidan sobre DACA y DAPA

Rubén Tapia

Con un ayuno de 24 horas, un grupo de inmigrantes y activistas de Los Ángeles se suman a la presión nacional para demandar a los jueces de la corte de apelaciones del quinto distrito en Nueva Orleans que emitan su veredicto sobre la orden ejecutiva de Obama que creó los programas de deportación diferida DAPA y DACA. El tiempo se acaba. Si la corte no toma una decisión en próximos dias, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no podrá darle entrada al caso el año entrante y los millones de potenciales beneficiarios seguirían en limbo por un año más. Ante esto, algunos urgen a los jueces poner fin a sus dilaciones y otros se dan a la tarea de registrar a nuevos votantes y promover en el 2016 a candidatos que respalden DACA y DAPA. Desde Los Ángeles, reporta nuestro corresponsal Rubén Tapia.


Familias angelinas  marchan por DAPA. Foto: Rubén Tapia.

Familias angelinas marchan por DAPA. Foto: Rubén Tapia.

Once inmigrantes y activistas caminan desde la cárcel de inmigración hasta el edificio federal en el centro de Los Ángeles, gritando «¿Qué queremos? ¡DAPA! ¿Cuándo lo queremos? ¡Ahora!». Allí ayunarán durante 24 horas.

“Esta es mi primera huelga que yo voy a hacer”, dice Carolina Moran, una inmigrante mexicana. La acompaña un niño al que cuida. “Viene mi esposo y recoge al niño, y yo traigo en mi bolsa toda su comida y lo que necesita”.

Los papás del niño apoyan a Carolina porque también necesitan del DAPA.

“Que desbloqueen este programa que nos beneficiaria mucho a 5 o 6 millones”, dice.

Carolina Moran es una de los que ayunan. Foto: Rubén Tapia.

Carolina Moran es una de los que ayunan. Foto: Rubén Tapia.

Se suma al ayuno Axel Paredes, un guatemalteco de 36 años con dos hijos en México. En la fábrica donde trabaja se lastimó la columna vertebral y espera una operación, pero no dudó en participar en la protesta.

“Tenemos hambre de justicia, hambre de solidaridad, esa hambre es mucho más fuerte, ¿no?» dice Paredes. «Y de todas las personas que ahorita están trabajando ahorita, nosotros somos la voz».

Estos inmigrantes y activistas se suman a los que mantienen una huelga de hambre frente a la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito en Nueva Orleans en espera de una decisión sobre el DAPA – DACA. El caso se ha estancado en la corte por más de 60 días.

“Son maniobras políticas de jueces, que lo que deberían que hacer es un fallo: sí o no», dice Angelica Salas, la directora ejecutiva de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA). «Lo quieren alargar para que de esa manera el proceso se alargue lo más posible”.

Otros eventos de apoyo, incluyendo una intensa campaña de llamadas telefónicas, se llevan a cabo en Oregon, Texas, Nuevo México, Arizona, Arkansas, Georgia y otros lugares.

“No pienso que pensaban que el movimiento pro inmigrante los iba a presionar de esa manera, o que iban a tener tanto escrutinio sobre lo que estaban haciendo”, dice Salas.

Si los jueces no toman una decisión antes del 1 de noviembre, es poco probable que el caso llegue a la Corte Suprema el próximo año.

Yamilex Rustrian da testimonio. A su izquierda, Angélica Salas, directora de CHIRLA. Foto: Rubén Tapia.

Yamilex Rustrian da testimonio. A su izquierda, Angélica Salas, directora de CHIRLA. Foto: Rubén Tapia.

Por eso algunos inmigrantes ya están tomando medidas para aumentar el número de latinos jóvenes que se registren y salgan a votar el próximo año en defensa de la comunidad latina.

El mensaje de Yamilex Rustrian, quien también participa en el ayuno, es muy claro: “Tú puedes hacer la diferencia en mi vida, que yo no puedo votar. O tú puedes hacer mucha diferencia en tu comunidad”.

Según recientes cifras de “Latino Decisions” en California, hay 3 millones y medio de latinos elegibles para votar que no están registrados. A nivel nacional la cifra es de 12 millones. Una coalición de organizaciones comunitarias del estado se puso la meta de registrar a 200 mil. Rustrian, quien es organizadora de Children Over Politics, está preparándose para hacer su parte en el sur de California.

“Nuestra meta , en verdad, es ir de escuela en escuela», dice Rustrian, «también adoptar a una ciudad, registrarlos y el día que haya elecciones, recordarles que hay elecciones”.

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