Aumento al salario mínimo (primera)

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  En veinte estados del país los trabajadores arrancaron este año con más dinero en su cheque. El primero de enero entraron en vigor en esos veinte estados leyes que obligan a aumentar el salario mínimo, incluso por arriba del salario mínimo federal, que es hoy día es de 7. 25 dólares la hora. Algunas ciudades con gobiernos progresistas se han lanzado a aumentar sus salarios mínimos hasta en 15 dólares la hora, a partir del 2017. Ese es el caso de Seattle y San Francisco. Chicago pronto llegará a 13 dólares la hora. Estas acciones legislativas de ciudades y estados, algunas de ellas resultado de referendo popular, ocurren en respuesta a la inacción o resistencia por parte del Congreso federal, dirigido por republicanos. En el Capitolio nacional ha estado estancada una propuesta que busca subir el mínimo federal, de 7.25 a 10.10 dólares la hora. Pese a que los electores de estados con gobiernos republicanos tales como Alaska, Arkansas, Nebraska y Dakota del Sur aprobaron en noviembre aumentos al mínimo; aun así, los republicanos del Congreso siguen rehusándose a tomar acción. Este programa es parte de la serie ‘Voy Contratado; los Derechos del Migrante’, hecho posible en parte por el apoyo de la Fundación John T. and Catherine D. Macarthur.


En esta edición de Línea Abierta, conducida por Chelitz López, especialistas del ramo discuten las campañas de aumento al salario mínimo, con foco especial en trabajadores migrantes en las industrias de bajos salarios. También discuten cambios específicos que afectan a los trabajadores que llegan contratados con visas, así como los pasos para asegurar que a los trabajadores se les pague sueldo justo. Nuestros invitados han estado en el centro de algunas de estas batallas por elevar el salario mínimo a nivel local o estatal, y comentan sobre el impacto que podrían tener los aumentos de este año, así como la forma en que se hacen sentir las leyes salariales entre los diferentes sectores de trabajadores que ganan bajos salarios, como los de la industria de servicios, o los contratados en otros países, o los inmigrantes indocumentados.

Ali Beydoun, director de litigación, de la agrupación Farmworker Justice, con sede Washington, DC y uno de los invitados de Línea, sostiene que dicho impacto en el bolsillo de los trabajadores, a partir del referido aumento al salario el primero de enero de este año ha suscitado un sentimiento de alegría entre los trabajadores. “Siempre es bueno cuando suben el salario un poco, porque eso ayuda mucho a muchos”, dijo, y acotó: “Pero también de lo que debemos estar vigilante es de proteger el derecho que ellos tienen para recibir un salario mínimo. ¿Qué quiere decir esto?”, se pregunta. “Hay muchos trabajadores que trabajan y les pagan por pieza… y esos trabajadores solamente merecen recibir un salario que está ajustado por la producción. Así que queremos estar seguros que ellos también van a recibir un salario más alto; por lo menos el mínimo, pero que también siga subiendo para ellos, así que tenemos que estar muy vigilantes”.

-Entre los trabajadores del campo, y en particular aquellos que a quienes se les paga por pieza elaborada y que por tanto tienen que acelerar la producción para ganar un poquito más, ¿qué se puede hacer para que alcancen un trabajo justo?

“Podemos seguir pidiendo no solamente que sigan subiéndoles el salario mínimo”, responde Beydoun, quien insiste en la necesidad de apoyar estos esfuerzos, porque nunca este salario es suficientemente alto, dice. “Hay muchos trabajadores que ganan el salario mínimo, y todavía viven en pobreza”. Agrega que adicionalmente hay que seguir pidiendo más protecciones laborales para estos trabajadores, para los temporales (con visas H2), y para los trabajadores agrícolas”.

El invitado aclara que en este momento muchos de los trabajadores temporales, contratados con visa temporal (H2), carecen de las protecciones con que cuentan otros trabajadores, bajo la Ley Federal del Trabajo, y bajo la ley de los estados. “Esto quiere decir que muchos trabajadores viven con el miedo de que si ellos empiezan a quejarse de las condiciones de su trabajo, del salario que ellos reciben, el empleador, los patrones no le van a pedir de vuelta en el próximo ciclo de trabajo”.

Neidi Domínguez, Asistente de dirección para la vinculación comunitaria de la AFL-CIO en Washington, DC, señala esas zonas del país donde dichos aumentos salariales están teniendo mayor impacto en los trabajadores: “Yo creo que hemos visto campañas muy exitosas en los estados del Oeste; en California, en Oregon, en Washington. Claro, (el estado de) Washington tiene el salario mínimo más alto en este momento, pero estoy de acuerdo con nuestro compañero (Ali Beydoun), cuando hablaba de que para nosotros, para la AFL-CIO, el trabajo que queremos hacer es ir apoyando este año, y los próximos años es cómo proteger los derechos de los trabajadores bajo una sobrilla de aumento a los salarios.

“Cuando nosotros hablamos de aumentar salarios, y eso ha sido como el mapa nacional, es poder combatir el robo de sueldos; seguir empujando legislaciones pro inmigrantes, para proteger a esos trabajadores temporales y a otros”, continúa Domínguez. “Pelar hombro a hombro con la comunidad afroamericana para deshacerse de la carga que les pide sobre su récord criminal, que también impide que mucha gente agarre trabajo”. Y agrega que para esta organización la pelea por salarios altos en realidad es una pelea pro trabajadores, y se puede expresar de muchas diferentes maneras, sostiene la invitada.

Como parte de las campañas por el alza salarial, un componente muy importante es el robo de salario, o peor aun, la explotación laboral.

-¿En qué sectores se ve esta práctica con más frecuencia? ¿Qué campañas se desarrollan ahí?

“Las industrias que están como más afuera de la protección federal, por ejemplo los trabajadores agrícolas, los carwasheros (lavadores de autos), las empleadas domésticas, los trabajadores de restaurante. Hay toda una economía por debajo de la mesa, que está funcionado al margen de todos los estándares que tenemos legales, en donde vemos no nada más un robo de sueldos de centavos, sino definitivamente hasta el no pago”. La invitada agrega a esta ominosa lista a los jornaleros, “que van y trabajan en una casa por dos semanas y después cuando piden su pago, el dueño de la casa le llama a Inmigración. Entonces, tenemos todo un sector de, la mayoría, trabajadores inmigrantes, que son parte de este sector que está bajo mesa y que también tenemos que proteger”.

Estas campañas que llevan a cabo las uniones como la Federación Estadunidense del Trabajo (AFL-CIO) son importantes, apunta Chelitz, pero también es importante el papel de los centros de empleadores.

“Esto es una de las cosas que la Federación de veras valora mucho, y es el rol que yo estoy jugando, como Directora de las uniones tradicionales que se han creado dey los centros de trabajo en toda la nación. Tenemos muchas asociaciones no oficiales en todo el país. Trabajamos muy de cerca con varios redes nacionales de centros de trabajadores; y localmente, muchas de nuestras federaciones estatales, o por ejemplo, concejos laborales locales, como en Los Ángeles, o en Seattle, Washington, Boston, Miami, muchos de estos centros de trabajo ya son oficialmente ya están afiliados con nuestros cuerpos más tradicionales, de los sindicatos”.

Domínguez explica que dichos centros tienen una voz son voto, como cualquier sindicato local, “y para nosotros esas asociaciones son críticas. Porque como ya ha mencionado nuestro compañero también bajo la ley federal que protege a algunos de estos trabajadores, y los pone en una situación más pro sindicato, hay muchos trabajadores, que son excluidos de eso. Y nosotros queremos asegurarnos que en la casa del trabajador todos los trabajadores sean bienvenidos, incluyendo a los trabajadores inmigrantes, no importa su estatus migratorio”.

La fuerza de los sindicatos, de las federaciones, en este caso de la AFL-CIO, es importante, dice Chelitz.

-¿Pero qué hacen ustedes para preparar, para informar a la comunidad inmigrante?, que al final de cuenta van a ser los que se organicen y los que luchen por sus propios derechos. Tengo entendido que ellos van a platicar con alcaldes, con concejales, y tienen que ir bien preparados. ¿De qué manera llevan ustedes a cabo esa estrategia?

“Las estrategias son varias y diversas”, responde Neidi Domínguez. “En el ejemplo que estabas dando, y que compartí con tu equipo, fue que en nuestras peleas locales para pasar ordenanzas combatiendo el robo de sueldos, es muy crítico hacer las coaliciones entre los sindicatos, y los centros de trabajadores”. Y agrega que es en esas colaciones donde se crea mucho liderazgo de la gente más afectada. “Es bien diferente que una persona, que sea como un abogado, que cree en los derechos de los trabajadores y de los inmigrantes vaya y hable con el alcalde sobre por qué tenemos que cambien algo. Pero es bien diferente cuando un trabajador o una trabajadora que están afectados sea la misma persona que de ese mensaje. Entonces, mucho de nuestro trabajo, en coordinación con los centros de trabajadores, y en realidad apoyando mucho de su liderazgo, es proveer recursos para seguir empoderando más trabajadoras y trabajadores, para combatir sus propias luchas, y asegurarnos que los sindicatos más tradicionales también estén ahí; atrasito de ellos, haciendo las llamadas, reuniéndose con los mismos alcaldes y los concejales, dando el mismo mensaje, y se vea la unidad”.

-¿Cómo impacta el alza de salarios que entro en vigencia este año para los trabajadores que vienen a este país con algún tipo de visas de trabajo, como las H2?

Sarah Rempel, Directora de políticas, del Centro de los Derechos del Migrante, en Baltimore, MD, hace la distinción entre las visas H2a y H2B. “Las visas H2B son visas para trabajos no agrícolas, como la jardinería, construcción, trabajo en ferias, la pesca o la preparación de la carne de la jaiba. Y en las industrias, trabajadores con visas H2B deben recibir el salario más alto entre tres opciones: el mínimo estatal, el mínimo federal y el salario vigente”.

La invitada explica que el salario vigente existe para asegurar que los trabajadores con visas H2B reciben un salario similar al de los trabajadores estadunidenses de una misma industria en una misma comunidad. Señala que este año se operaron algunos cambios en los programas, en los sueldos para el programa H2B, porque “en 2013 un corte en Pensilvania decidió que muchos trabajadores con visas H2B deberían recibir un salario más alto al que estaban recibiendo”. Y la mayoría de los trabajadores con visas H2B que estaban trabajando en 2013 debieron haber visto un aumento en su sueldo, de uno a cuatro dólares más por cada hora, lo que hubiera sido mucho dinero, sostiene la experta.

“El problema, es que muchos empleadores se negaron a pagar ese aumento, y nos gustaría obligarlos a pagarlo. Para las personas que escuchan ahora (en este caso que leen), si trabajaron en 2013 y tienen preguntas sobre su salario, nos gustaría hablar con usted, y pueden llamar al Centro de los Derechos del Migrantes (CDM), nuestro número gratis es: 01-800-5901773, desde México”.

Sarah Rempel agrega que su organización experimentó otro problema con el programa H2B durante la temporada 2014: “Algunos empleadores usaban el vacía legal existente para pagar a los trabajadores muy poco. Y los salarios que muchas personas tuvieron en 2013, se los volvieron a bajar en el 2014. En diciembre del año pasado (2014), una corte declaró que esto también era ilegal, y por eso es posible que algunas de las personas que trabajaron con visas H2B en 2014 podrían recuperar dinero por esa temporada de trabajo”.

-¿Cómo ha afectado a las familias de los trabajadores de ciertos sectores laborales, en estados como California, y el ‘Estado Dorado’ y otros donde se ha visto un aumento que va ir en aumento progresivo, que es muy necesario por tratarse de estados con un alto costo de vida?

Todavía es muy pronto poder decir qué impacto ha tenido algunos aumentos de salario en esas ciudades, responde Neidi Domínguez, “porque muchos de ellos apenas pasaron el año pasado. Entonces es difícil ver, pero se predice, claro, y parte del argumento para ganar estas campañas, que va a tener un impacto muy positivo en la calidad de vida de esos trabajadores. Entonces en lugar de tener que trabajar dos o tres trabajaos para poder pagar la renta, tener comida, y tener lo suficiente para sobrevivir, ahora estamos viendo que tal vez pueda ser un trabajo. Entonces, yo creo que pronto, en los próximos seis meses a un año vamos a poder hacer reportes sobre el impacto, y asó poder hacer estadísticas”.

Sin embargo agrega Domínguez, “creo que algo más poderoso, algo más allá de incrementar el salario mínimo, en realidad es cuando los trabajadores se unen, y se organizan, y forman sindicatos, tal vez esa sea una de las herramientas más fuertes y más permanentes; porque ahí mismo en su propio trabajo los trabajadores tienen el poder de no nada más aumentar el salario, sino de poder reunir todo lo necesario para tener una buena calidad de vida; y no estar dependiendo de si podemos convencer al alcalde, o al concejal porque se tiene que hacer sino que el poder lo tienen ellos mismos para negociar con su empleador”.

Todo esto es parte del mensaje de la AFL-CIO, de que hay muchas diferentes estrategias, pero ultimadamente un trabajador organizado, es un trabajador con poder, sostiene Domínguez. “Y si se añade un contrato con sindicatos, eso es tal vez sea el remedio más fuerte que los trabajadores y trabajadoras tengan para irles teniendo una buena calidad de vida y poder tener poder en su trabajo de hacer eso por sí mismos”.

-¿Cómo saber si se están respetando sus derechos y si se está recibiendo un salario justo de acuerdo con la labor que se está desempeñando?

“Hay muchas diferentes herramientas. Especialmente porque hay muchas organizaciones muy buenas, que están enfocándose muy específicamente en cierto tipo de sector laboral”, prosigue Domínguez. “Y para toda la gente trabajadora que escuchaba el programa donde participó esta invitada, brinda una página web: www.aflcio.org, y buscar ahí mismo, Inmigración y Trabajadores, y toda una serie de informaciones ahí, donde las diferentes redes y organizaciones con las que trabajamos para hacer este trabajo”.

Los retos futuros y la planeación de las nuevas campañas.

Neidi Domínguez, de la dirección para la vinculación comunitaria, de la AFL-CIO señaló a Chelitz López que esta federación acaba de lanzar una nueva plataforma para aumentar los salarios. “Estamos yendo a 10 diferentes ciudades por todo el país, incluyendo ciudades como San Diego, California, Columbus Ohio, Miami, Florida y otras más, donde vamos a hacer trabajo de coalición, más profundo, para poder cambiar las condiciones para todos los trabajadores y trabajadoras ahí”. Sostiene que van a ser por un lado campañas para elevar el salario mínimo y también para combatir el robo de sueldos, campañas pro inmigrantes, “en donde vamos a ayudar a miles de nuevos trabajadores que ahora pueden beneficiarse de la acción diferida del presidente Obama, al aplicar par DAPA, y DACA”. Y afirma que para ellos el reto más alto es poder alcanzar a todos los trabajadores y no nada más a los que forman ya parte de un sindicato o de una estrategia. En este momento la prioridad es ayudar a todos esos trabajadores a agarrar un permiso de trabajo, dijo, “y como sindicatos queremos comenzar este proceso con los trabajadores y con las organizaciones comunitarias también”.

Domínguez dijo además que junto con el Centro de Derechos de los Inmigrantes y otras organizaciones laborales se cuenta con un recurso para que los trabajadores, antes de embarcarse en el viaje hacia Estados Unidos, puedan informarse sobre el récord de sus potenciales empleadores; qué tan buenos o qué tan malos son, y que consiste en una página web que es, www.contratado.cdm.org, “donde pueden ver toda la información de los diferentes empleadores; las compañías que están trayendo a los trabajadores. Y ahí mismo los trabajadores han estado poniendo como su…, les están dando como una calificación: Buenos, empleadores, o Malos empleadores. Entonces, es una buena herramienta para nuestra gente trabajadora que está pensando venir.

La asistente de Dirección de la AFL-CIO añade que “también tenemos una relación muy especial con la Alianza Nacional de Trabajadores Temporales; nuestro trabajo es legislativo, con el Congreso, y también local, en las campañas para apoyar a esos trabajadores. Así que, es mucho como para explicar, pero en los sindicatos a nivel nacional, y local, hay mucho movimiento en este tipo de trabajo”.

Por último, Neidi Domínguez envía un mensaje a la radio audiencia (y lectores) de Radio Bilingüe: “Muchas veces nosotros no decimos nada, aunque seamos inmigrantes que ya tenemos ’papeles’, no decimos nada cuando vemos una injusticia, o cuando se comente una injusticia con nosotros mismos; y el primer paso para ganar es poder alzar nuestra voz para decir que algo no está bien. Así que esperando que con todo el apoyo que estamos mencionando, que la gente que nos está escuchando, piense más de una vez, cuando deciden quedarse en silencio, porque si no hablamos, nadie nos va a escuchar. Así que tenemos que organizarnos y el primer paso es alzar la voz” ■
Continúa…

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