Aumentan los casos de Fiebre del Valle en el centro de California… y más allá

Por Barbara Feder Ostrov y Harriet Blair Rowan

California Healthline

Los casos de Fiebre del Valle están aumentando en California y en todo el árido suroeste, y científicos señalan dos posibles razones: el cambio climático y demográfico. Hasta el 30 de noviembre de 2019, funcionarios de salud pública del estado habían documentado 7 mil 768 informes de nuevos casos confirmados, sospechosos y probables de la enfermedad causada por un hongo: un 12 por ciento más que los 6 mil 929 registrados en los primeros 11 meses de 2018.

El aumento es parte de una tendencia en el sudoeste de la nación que data de 2014, con brotes más frecuentes en California y Arizona. A nivel nacional, oficiales informaron 14 mil 364 casos confirmados de Fiebre del Valle en 2017, más de seis veces la cifra de 1998, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

El hongo Coccidioides —que se encuentra en el suelo del Valle Central de California, Arizona y áreas de otros estados del suroeste— es el causante de la Fiebre del Valle. Crece en zonas propensas a condiciones desérticas. Los animales y las personas pueden contraer la infección al respirar el polvo que contiene las esporas microscópicas de este hongo. La infección no se transmite de persona a persona. Los síntomas pueden incluir: fatiga, tos, fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares o erupción cutánea.

Si bien la mayoría de las personas infectadas experimentan síntomas leves similares a la gripe, o ningún síntoma, hasta el 10% desarrolla problemas pulmonares graves, a veces a largo plazo, como neumonía. La Fiebre del Valle generalmente se trata con medicamentos antimicóticos, pero cerca de 200 estadunidenses mueren a causa de esta enfermedad cada año, según los CDC.

Valley-Fever-Projection1_SPANISH_graphic 3Investigadores están trabajando en el desarrollo de una vacuna para humanos y animales. Funcionarios federales dicen que es probable que muchas de estas infecciones no se reporten porque no todos los estados requieren que se informe sobre la Fiebre del Valle. También porque muchas personas no desarrollan síntomas y no van al médico.

El doctor Royce Johnson, experto en Fiebre del Valle recuerda haber tratado entre 250 y 300 casos al año cuando llegó al condado rural de Kern en la década de los 70. Al 30 de noviembre de este año, el condado —ahora un área crítica para la enfermedad— informó más de 2 mil 700 casos confirmados, sospechosos o probables, según el Departamento de Salud Pública de California.

«Es un gran problema de salud, y está creciendo», dijo Johnson, director médico del Valley Fever Institute en Kern Medical, en Bakersfield. «La extensión del área endémica está aumentando, y el número de casos en todo el suroeste también».

Un estudio de la Universidad de California que examinó el costo financiero de la Fiebre del Valle en California estimó los costos directos e indirectos de por vida de los casos de 2017 en aproximadamente 700 millones de dólares, al considerar los gastos de tratamiento, la pérdida de productividad y la mortalidad.

Investigadores atribuyen el pico de casos a una serie de factores. Existe una mayor conciencia de la enfermedad debido a las campañas de salud pública y a la cobertura de los medios. California ha destinado 2 millones de dólares para una campaña de concientización pública, y se requerirá a empleadores que eduquen a sus trabajadores en las regiones del estado en donde corren un mayor riesgo de contraer la enfermedad.

El crecimiento de la población en el suroeste de Estados Unidos, donde el hongo es endémico, también juega un papel: aumenta el número de pacientes, pero también el hongo crece más y afecta la tierra.

En el condado de Kern, que informa la mayoría de los casos de California, la población ha crecido un 65% desde 1990. Pero el factor más significativo puede ser el cambio climático, que expande los ecosistemas donde el hongo puede desarrollarse exponencialmente.

Utilizando modelos climáticos, investigadores de la Universidad de California, UC-Irvine proyectaron que para 2100 la extensión de áreas con condiciones cálidas y secas favorecidas por el hongo podría duplicarse y el número de casos de Fiebre del Valle podría aumentar en un 50%.

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