De la redacción
El presidente Biden echa a andar hoy una reunión preliminar con un grupo bipartidista de legisladores para discutir una amplia noción de infraestructura, como parte de su nueva propuesta legislativa de monto similar al de la Ley de Rescate Estadunidense recién aprobada y a punto de discutirse en el Congreso. El monto de la nueva propuesta de Biden es de 2 billones (millones de millones) de dólares, para cubrir las necesidades más apremiantes de la nación.
El grupo de legisladores que participa en la reunión de hoy en la Casa Blanca estará integrado por cuatro demócratas (los senadores María Cantwell, de Washington y Alex Padilla, de California, y los representantes Donald M. Payne Jr., de Nueva Jersey y David E. Price de Carolina del Norte); y cuatro republicanos (los senadores Deb Fischer, de Nebraska y Roger Wicker de Mississippi, y los representantes Garret Graves, de Luisiana y Don Young de Alaska).
Los miembros del Congreso han comenzado un cabildeo “frenético”, para garantizar que sus respectivos proyectos y prioridades políticas se incluyan en el referido plan de empleo e infraestructura de la administración Biden, que podría ser una de las inversiones en obras públicas más importante y ambiciosa de una generación.
Por lo general se piensa en infraestructura en aquellos rubros relativos a los transportes, caminos (de 173 mil millas de carreteras, una de cada 5 está en malas condiciones), baches, puentes (45 mil están en mal estado), y túneles, para lo que Biden destina 115 billones del nuevo presupuesto que presentará.
Pero la noción de infraestructura de Biden incluye entre otras cosas a la vivienda, el empleo, la educación, el acceso a Internet de banda ancha en todo el país, que ya es elemento de primera necesidad en una nación competitiva, y todo aquello que facilita el desenvolvimiento de la economía.
De acuerdo con The New York Times, funcionarios de todo el país “están desempolvando listas de proyectos de construcción y programas sociales, con la esperanza de asegurar su parte de un plan destinado a abordar lo que la administración estima es al menos 1 billón de dólares en mejoras de infraestructura atrasadas, así como las desigualdades económicas y raciales que se han producido y que ha existió durante décadas”. Léase la inequidad económica y en casi todos los rubros para las minorías negra, latina, asiática, nativo estadunidense, las mujeres.
Para cubrir los gastos del plan, Biden propone un aumento de impuestos del 28 por ciento a quienes ganan más de 400 mil dólares anuales, a fin de realizar un plan de largo aliento revirtiendo décadas de desinversión pública.
Además, el plan de infraestructura de Biden propone cerrar lagunas legales que permiten a las grandes corporaciones evadir impuestos y enviar sus fortunas a bancos del extranjero donde sí pagan impuestos.
Declaraciones del líder de la minoría republicana en la cámara alta, el senador de Kentucky Mitch McConnell afirman que no hay manera de que la propuesta de Biden cuente con un solo voto republicano, por lo que a la administración demócrata no le queda otra que recurrir a la herramienta congresional conocida como Reconciliación Presupuestara; vehículo utilizado para pasar el Plan de Rescate Estadunidense, de 1.9 billones de dólares.
Como se sabrá, la semana pasada la parlamentaria que dirige el órgano del Senado que otorga la Reconciliación Presupuestaria, que usualmente está permitida una sola vez en una misma Legislatura para pasar proyectos no ligados a cuestiones presupuestarias, Elizabeth MacDonough dijo al líder de la mayoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, que esta vez los demócratas podrán usar el recurso de la reconciliación hasta tres veces en este periodo legislativo.
Una alternativa para pasar este plan de infraestructura sería deshacerse del filibusterismo, otra herramienta que permite al partido en la minoría, en una votación del Senado, exigir al partido opositor la necesidad de contar con 60 votos (el voto mayoritario), en lugar de 50 votos más uno (o el voto de mayoría simple) para aprobar ciertas legislaciones.
Curiosamente las instituciones financieras del mercado no creen necesaria la reconciliación presupuestaria esta vez, dice CNN, porque la bolsa de valores la está haciendo muy bien sin que todavía se asigne siquiera el dinero del Plan de Rescate Estadunidense, lo que analistas dijeron a la fuente que augura una economía boyante con la nueva creación de empleos y el circulante de dinero en la economía que acarrean estos proyectos propuestos por la actual administración.
Maconnell ha objetado los nuevos impuestos planeados para las corporaciones y ha hecho claro que tanto él como otros lo rechazarán firmemente, y Biden no puede darse el lujo de perder ni un solo voto demócrata. Pero el senador de Virginia del Oeste, Joe Manchin propone un aumento en la tasa impositiva a los ricos de sólo el 25%, a pesar de que Manchin no estará hoy en la negociación.
De hecho, en cuanto al filibusterismo Manchin volvió a repetir que «no hay ninguna circunstancia» bajo la cual votaría para deshacerse del obstruccionismo (filibusterismo), en un golpe a la agenda de Biden. El senador también sugirió en un artículo de opinión publicado en The Washington Post que se opondría a utilizar el proceso de reconciliación presupuestaria, bajo el cual cierta legislación requiere sólo un voto simple para eludir el obstruccionismo.
Pero los otros senadores demócratas han considerado esta vía para aprobar el ambicioso paquete de infraestructura del presidente Biden■